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Izuku realmente agradecía los días libres, no tener que levantarse temprano y poder desvelarse mirando sus series favoritas. Pero extrañaba demasiado su rutina, su entrenamiento y a Shota. 

El menor sabía que era demasiado intenso, hablaba con el mayor al menos dos veces al día por llamada y recibía mensajes de él a casi toda hora. Pero nada de eso era suficiente ni lo sería si Midoriya no podía tocarlo y sentir el calor de Aizawa en la palma de su mano curiosa. 

— Realmente lo extraño, Aizawa-sensei... —el hombre sonrió sin mirar a la cámara, estaba revisando unos papeles que debía entregarle a Nezu en unos días.

— Solo quedan dos días para que vuelvas a la academia, deberías concentrarte en descansar todo lo que puedas. Luego deberás ponerte al día con las clases y adelantar tus exámenes, no será sencillo... —Izuku suspiró mientras se desparramaba sobre el sofá, terminó colgando sus piernas en el respaldo, quedando de cabeza. El adulto se tomó un segundo para ver la pose divertida del chico, parecía un gato hiperactivo, sin poder quedarse sentado tranquilo mientras hablaban.

Midoriya siempre era así. Durante sus llamadas con Shota caminaba por la casa, se removía inquieto en el sillón o caminaba en círculos por el patio, jamás podía quedarse quieto como el mayor. 

— Lo sé, es solo que los últimos meses he estado todo el tiempo con una rutina muy movida. Me cuesta trabajo dejar de hacer cosas, mi cuerpo está tan acostumbrado a la rutina pesada... —un suspiro de exasperación salió del hombre al encontrar otro error en los documentos, iba a matar al idiota que los había redactado— ¿Lo puedo ayudar en algo?

Los ojos negros examinaron al menor de arriba a abajo en la pantalla, el mocoso no dejaba de moverse y lo estaba poniendo de los nervios. Seguramente, él iba a tener que soportar las quejas del mocoso cuando regrese a la academia y comience a llorar por no haber valorado su tiempo libre como era debido. 

— Voy a pasarte unos archivos. Si quieres ayudar, redáctalos como es debido, por favor. —Midoriya asintió enseguida, agradecido de tener algo para hacer— El imbécil que tenía que preparar estos documentos al parecer no sabe formular una simple oración, tiene tantos errores de ortografía que podrían sangrarme los ojos.

Shota disfrutó escuchar la suave risa contagiosa de Izuku, dejando que una suave sonrisa aparezca en sus labios mientras seguía leyendo los papeles. Hasta el trabajo se volvía más llevadero cuando estaba con él. 

El pecoso comenzó a transcribir los documentos, confirmando por mano propia que realmente estaban muy mal formulados. Vamos, no era un experto en el tema, pero Toshinori le había enseñado mucho sobre eso. Recuerda con exactitud sus palabras:

"Ser un héroe no es solo salvar personas. También deberás llenar formularios, formular notas y firmar contratos. Te enseñaré todo." 

Aizawa escuchaba atento la rapidéz al teclear y los suaves murmullos que el mocoso soltaba mientras escribía. El hombre pensó que era impresionante, Izuku realmente daba todo de él en cualquier actividad que realizara. 

— Ya terminé. Se los enviaré para que los revise, aunque los leí tres veces y creo que son correctos... —Shota le sonrió, aunque sabía que el otro no lo veía. Tenía abierta otra pestaña en la computadora para poder enviar los archivos. 

—Lo leeré en un segundo, solo déjame terminar esto... —Midoriya levantó rápido la cabeza hacia la entrada principal cuando la puerta fue abierta de golpe. 

— ¡Izuku, ya regresé! —lo último que pudo ver Shota fue la alarmada mirada verde del chico antes de que la tapa de la laptop fuese cerrada de golpe, cortando la llamada.

Ilícito °AiDeku°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora