Ya estaba amaneciendo, el albino despertaba a su hora habitual. Se habían dormido un poco tarde anoche, sentía mucho sueño, pero tenía que irse a trabajar.
Se levantó con cuidado para dejar dormir un poco más al azabache, sabía que estaba cansado, y hoy también tenía trabajo.
Salió de la habitación, y como era costumbre le dejó listo el desayuno. Volvía a la habitación para despedirse.
—ya me voy, Ryu, hasta en la noche —le susurró para darle un beso en la mejilla.
Salió de aquel gran edificio, era un condominio hermoso, en un área cara de Yokohama.
Caminaba de regreso a su pequeño departamento, sinceramente le gustaba más el de su pareja, pero por obvias razones no podía mudarse completamente a su departamento.
Al llegar entraba en total silencio, para no despertar ni a Kyoka ni a sus compañeros de edificio.
Se cambió a su ropa habitual, hizo el desayuno para Kyoka y para él, había agarrado la costumbre de hacerlo él.
El tiempo pasaba y todos empezaban a despertar a prepararse para el día.
Al momento de salir se encontraron con los hermanos Tanizaki y Kunikida, caminaban a paso lento, y con unos regaños de parte de Kunikida como siempre.
Obvio que el albino moría de sueño, pero nada que un café no pueda arreglar, o tal vez tres...
Por parte del azabache, pues... se había quedado dormido.
Ni bien vio como se levantó de la cama y se alistó lo más rápido que pudo, en su prisa vio el desayuno que le había preparado el albino. No quería dejarlo ahí ni que se desperdiciara, así que agarró uno de los toper que tenía por ahí y lo metió para irse rápido.
Iba algo despeinado, bueno, no necesitaba peinarse, pero su cabello ya había crecido un poco, así que iba revoloteando por el viento mientras saltaba por los techos y se metía a los callejones.
A su camisa le faltaba ser abotonada en los dos primeros botones de arriba, y se le había quedado la corbata de volantes en la casa.
No le tomó mucha importancia, lo que importaba era llegar para no salir tarde como ayer.
Había llegado sólo unos minutos tarde, se dirigía a su oficina, donde se encontraba lagartija negra y Chuuya.
—llegas tarde —le dijo Chuuya viendo su teléfono.
Akutagawa solo se fue a sentar a su escritorio, tirándose en el y dejando el toper a un lado.
—Ryu, ¿por qué se te hizo tarde? —preguntaba la azabache
—me quedé dormido —respondió aun tirado en su escritorio.
—ah, es que ayer saliste tarde, ¿no? —preguntó de nuevo la azabache.
—si, ayer salimos tarde por el escándalo que armaron esos tipos —decía Chuuya levantándose y acercándose a donde los dos azabaches.
—oh, ¿qué traes ahí? —preguntó el peli-naranja.
—mi desayuno —respondió el azabache.
—creí que no desayunabas
—si desayuno, a veces...
—Hermanito, debes de comer más —regañaba Gin.
En eso Gin se dio cuenta de que el abrigo del azabache estaba un poco suelto al igual que su camisa. Pero al momento de decirle algo vio una marca en su cuello.
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Entre noches || SSKK
RomanceAtsushi salió una noche de madrugada, tenía varias cosas en mente, así que quiso salir a despejarse por la ciudad, pero oh sorpresa, quien diría que se encontraría con cierto azabache, y a partir de esa noche empezarían a verse más seguido, al punto...