Capítulo 8

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El albino despertaba a su hora habitual, como siempre abrazando al azabache, admirandolo mientras dormía tan plácidamente.

—"espera… si ellos ya saben… significa que puedo quedarme un poco más" —pensaba el albino sonriendo.

Así que se volvió a acostar sin despertar al azabache volviendo a dormir con un sonrisa en su rostro.

El azabache despertaba, abría sus ojos de poco a poco para acostumbrarse a la luz que entraba a la habitación, pero sintiendo un peso que no estaba cuando él despertaba.

Se dio cuenta de que el albino seguía ahí, por lo que lo despertó. Le sacudió con cuidado.

—mmn…

—despierta, ¿por qué sigues aquí? —preguntó el azabache sentándose de poco en poco en la cama.

—ah, porque ya no es necesario que me vaya tan temprano —dijo ya despierto sonriendo al contrario.

El azabache sonrió un poco, era cierto, si todo salía bien, de ahora en adelante podrían hacer muchas más cosas.

—vamos entonces —dijo en azabache levantándose de la cama.

Los dos se empezaron a alistar, algo nuevo para ellos, también cocinaron y desayunaron juntos, cosa también nueva para ellos, les ponía felices poder hacer esas cosas juntos.

Ya era hora de salir para sus trabajos.

—nos vemos más al rato —decía el albino —recuerda que puede que el presidente quiera hablar contigo, así que te llamaré —le recordaba.

—está bien —respondió acercándose para darle un beso —cuidate.

Los dos fueron por caminos diferentes, iban a buen tiempo, llegando así tranquilos a sus trabajos.

—Buenos días —saludaba Atsushi.

—Buenos días —saludaron los de la agencia.

El albino fue a su escritorio para empezar su día.

Dazai le hizo una señal a Kunikida, el cual la captó, vieron a Atsushi el cual también estaba al tanto de lo que iban a hacer. Así que los dos mayores fueron a la oficina del presidente.

Tocaron la puerta esperando la respuesta del mayor.

—adelante —se escuchó desde el otro lado.

—buenos días, presidente —saludaron los dos con una reverencia, cerrando la puerta por detrás.

—hay un tema del cual queremos hablar con usted —decía el rubio.

—¿de qué trata? —preguntaba.

—Es algo sobre Atsushi-kun —dijo el castaño.

En la sala principal estaba un albino nervioso, el tiempo pasa, los minutos largos, convirtiéndose en horas. Después de dos largas horas de pánico salieron los dos mayores.

El albino los vio esperando que le iban a decir.

—El presidente quiere hablar con él —dijo el idealista.

—Llamale, y dile que venga pronto —dijo esta vez el castaño.

El albino obedeció sin rechistar, llamando al contrario.

—el presidente quiere hablar contigo —dijo el albino por teléfono —si, ahora —volvió a decir —está bien —fue lo último que se escuchó antes de colgar.

—ya viene —dijo a los dos mayores.

Esperaron la llegada del mafioso y no tuvieron que esperar mucho, en diez minutos ya estaba subiendo las escaleras.

Entre noches || SSKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora