Sami

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Siempre fui ese chico al que le cuestan las cosas del amor. Todos mis compañeros de escuela habían tenido su novia en la adolescencia y un montón de sexo casual. Yo entré a la universidad sin saber lo que se siente entrar en una vagina.

Por ese entonces, conocí a Samanta. Ella era de pelo castaño, casi rubia, ojos celestes y muy blanca, y lo que yo llamé (con cero imaginación)  "un cuerpo tallado por ángeles". No era la más culona ni la más tetona pero todo era hermoso en ella, de forma celestial. Claro, no me culpen por parecer obsesionado con el sexo: Sami también es una persona, pero me siento bien de poder ser un poco cochino a veces. La verdad es que estoy enfermo.

¿Y cómo un vírgen que no sabe nada de mujeres pudo llegar a estar con una mujer hermosa? La respuesta es que "no llegué yo", todo lo hizo ella. Si Sami me abandona, simplemente voy a volver a mi vida de soledad sin poder conseguirme otra. Lo sé. No tengo ninguna habilidad para nada más. Pero, por alguna razón que ni ella debió entender, a Sami le gusté. La atraje y no pudo resistirse, así que se puso a la tarea de darme pistas, invitarme, poner excusas para estar conmigo. Y de mi parte, yo nunca estaba seguro. ¿De verdad le intereso? No lo podía creer. Esto la complicó mucho y hasta la fastidió a Samanta, aunque me tuvo paciencia.

¿Y cómo es ella como persona? Bien. No es una mujer tímida, pero tampoco está tan enfocada en el sexo. Su personalidad es una mezcla de simpatía con franqueza brutal. Muy gestual. Ya dije que es muy paciente conmigo. Puede ser dulce pero también ácida, amable y sarcástica. Me ha demostrado su amor sin dejar de burlarse de mí cuando cree que lo merezco. No lo tomé nunca como una cosa destructiva porque yo sería incapaz de entenderla si no me dijera lo que piensa directamente. En fin, así es. Una mezcla de todo.

BETA WHITE: Mi adicción a la BBCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora