"Como todos aquí ya saben, estamos celebrando esta noche que una de las nuestras anunciará su campaña para la elección especial de la Cámara de Diputados", proclamó Johann Vera, alcalde de la Ciudad de Nueva York, levantando una copa de champán, mientras hacía contacto visual con ella desde el otro lado de la habitación.
María José movió la cabeza ligeramente, incluso mientras una sonrisa complacida escapaba de sus labios.
Le había pedido a Johann que se abstuviera de hacer un brindis, pero no podía negar que le emocionaba un poco todo eso.
"Aunque inevitablemente estaremos tristes de verte partir, no puedo pensar en nadie más adecuado para el cargo. Majo, hablo por mí mismo y en nombre de todo el personal, cuando digo que te apoyamos y creemos en ti. Así que, aunque signifique que tengamos que despedirnos de ti, ¡salud por una elección exitosa!"
Levantó su copa, seguido alegremente por la multitud que se unió con gritos y aplausos en su dirección. Los aceptó a todos con un gesto de cabeza y una sonrisa, levantando su copa hacia ellos antes de dar un sorbo.
Todo el personal del ayuntamiento estaba allí, acompañados por algunos de sus colegas funcionarios en el concejo municipal para su despedida.
No era frecuente que organizaran una fiesta en su oficina, pero Johann la consideró una ocasión especial. Se acercó hacia ella, desabrochándose los puños de su traje. A pesar de que ya había terminado su horario laboral, detestaba que lo vieran como algo menos que impecable.
Ella le arqueó una ceja, con una sonrisa juguetona en los labios. "Ese fue un discurso bastante conmovedor."
"Creo que las palabras que estás buscando son gracias."
Ella posó la mano que no sostenía con fuerza su copa de champán en su brazo. "Gracias."
A pesar de sus bromas, lo decía en serio. Johann había sido su jefe durante varios años y, en esos años, se había convertido en alguien en quien podía confiar. Alguien que lograba mantener su respeto, incluso después de verlo salir corriendo del apartamento de su hermano solo con bóxers a rayas después de ver un ratón.
Solo eso ya era un logro para enorgullecerse. Johann era un verdadero amigo, uno de los pocos que había hecho hasta ahora en el juego de la política. Por eso había estado algo reacia e incluso nerviosa al contarle sobre sus planes de postularse para el recientemente vacante asiento de la Cámara de Diputados. Se lo había dicho solo unos días antes, porque no podía soportar esa sensación de nervios y culpabilidad en el estómago; no era algo con lo que estuviera familiarizada y quería deshacerse de ello lo antes posible.
"¿Qué? ¿Pensaste que creía que te quedarías en nuestra trinchera para siempre? Deberías saberlo mejor", le había dicho cuando ella le informó que pensaba que él habría estado un poco más sorprendido de que quisiera irse.
A María José le encantaba el trabajo que estaba haciendo ahora; Johann era uno de los alcaldes más centrados, progresistas y efectivos en el cambio en la historia de la ciudad. Ella trabajó para él como Jefa de de salud y servicios públicos en los últimos años, había podido implementar programas y desarrollar sistemas reales para ayudar a las personas. Para hacer un cambio real.
A pesar de su amor por su posición actual, era solo una nota al pie en el gran plan que tenía para su futuro. Y Johann sabía muy bien cuáles eran sus ambiciones.
Había estado en la política desde que era lo suficientemente mayor para trabajar. Se graduó de Yale con títulos dobles en leyes y ciencias políticas. Luego completó su licenciatura en derecho en Columbia, solo por si acaso, mientras obtenía empleo a tiempo completo en la oficina del gobernador.
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Quienes esperan - Caché (Completa)
FanfictionLas ideas que Daniela Calle tenía para su vida eran bastante sencillas: terminar la carrera y enamorarse. Sería mucho más sencillo si pudiera saber exactamente qué hacer cuando se gradúe dentro de menos de un año. Ah, y si pudiera averiguar cómo ha...