Un mounstro

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Cassidy ya no sentía nada. Era extraño; Se sintió como si acabara de despertar de algo, pero no recordaba haber quedado dormida. Ni siquiera recordaba qué había pasado. ¿Cuál era lo último que recordaba? Estaba en su cumpleaños, pero no recordaba mucho más.

Cassidy intentaría moverse, pero por alguna razón no podía mover ninguna parte de su cuerpo. En realidad, no sentía nada. Cassidy, de un segundo a otro, le daría un ataque de pánico. ¿Qué le estaba pasando? Intentó gritar, pero tampoco podía hacerlo. Esta sensación de terror invadía todo su... ¿cuerpo? ¿Acaso poseía un cuerpo? No sentía nada. Cassidy intentó respirar para calmar su desesperación. Después de unos segundos, se calmó solo un poco y empezó a pensar. Quizás esto solo era un sueño. Sí, debía ser eso. Era lo lógico. Pero eso no la calmó, porque sueño o no, esto se sintió horrible. Cassidy se esforzaría por ver, pero seguía sin poder ver nada. Intentó abrir sus ojos, pero no sintió que tuviera unos. Intentó mover algunos de sus brazos para tocar sus ojos, pero tampoco los sintió. Cassidy se rendiría y solo se quedaría en silencio con sus propios pensamientos. Hacer esto le hizo darse cuenta de algo que no se había dado cuenta por la desesperación de su situación: se escuchaban sirenas de autos de policía. Cassidy las escuchaba fuera del local. Esta intentaría comenzando a intentar dar una explicación de por qué este sueño se sentía tan real pero al mismo tiempo tan raro. Antes de que Cassidy pudiera seguir haciendo esas preguntas, escuchó algo acercándose a ella. Eran sonidos muy suaves, sonaban como pasos, pero eran muy livianos para ser pasos. Cassidy, aterrorizada, comenzaría a intentar moverse desesperadamente, pero por alguna razon comenzó a escuchar algunos sonidos provenientes de ella. Era raro; Se escuchaba como metal moviéndose. Cassidy seguía sin entender qué pasaba, pero tenía que hacer algo. Con toda su voluntad, intentó ver. Necesitaba ver. Mientras aún se escuchaba el metal, Cassidy pondría toda su voluntad en ver y comenzó a hacerlo. Veía todo borroso, pero empezaba a ver. No podía distinguir dónde estaba, pero dónde era que estaba era oscuro. Cuando la vista de Cassidy comenzó a mejorar y aclararse, vio una larga figura parada enfrente de ella. Cassidy intentaría gritar, pero no podría. Solo podía verla enfrente. Lo que sea que fuera esa cosa pareció entender el nivel de confusión de Cassidy porque se alejó de ella al instante mientras con sus brazos hacía una señal de redención, para mostrar que no le haría daño a Cassidy. Eso no calmó a Cassidy. Cassidy intentaría ver su cuerpo, pero tampoco podría mover su cabeza. Solo podía ver un hocico sobresalir de ella. ¿Acaso estaba dentro de un disfraz? Su vista se aclaró por completo: era la Marioneta, esa Marioneta que le dio su pastel. Cassidy miraría totalmente confundida, intentando hablar solo saldrían sonidos que Cassidy no entendería.

-No te fuerces. También me costó acostumbrarme a hablar.

¿Esa era la voz de una niña? ¿Por qué un robot tendría programado eso? Eso no tenía sentido. La Marioneta se le quedaría mirando unos segundos. Se veía casi igual de confundida que Cassidy a pesar de que su cara era solo una máscara que solo tenía una expresión.

—Hmm, supongo que tu alma logró encontrar el animatrónico sin mi ayuda, como yo lo hice.

Eso no ayudó en nada a entender qué le pasaba; Solo abrió más preguntas. ¿Alma? ¿Animatrónico? ¿De qué estába hablando? Cassidy pondría toda su voluntad en articular alguna palabra, pero seguía sin salir más que estática.

—Espera, espera. Creo que sé cómo puedo ayudarte.

Cassidy se quedaria confundida. La Marioneta se acercaría a ella lentamente. Cuando estaba al frente de ella, pondría su mano debajo de su ocico. Cassidy debería haber tenido miedo, pero era la única oportunidad posible que tenía de hablar, así que permitiría hacer lo que sea que la Marioneta hacía. Luego de un momento, escucharía un sonido de lo que parecía su interior. La Marioneta sacaría su mano con algunos cables y lo que parecía ser una caja metálica de su interior.

—Listo, deberías poder hablar como yo.

—¿Ya?

Cassidy soltaría el alivio más satisfactorio que haya recordado en su corta vida. Ya podía hablar. Era raro; No sentía su boca, pero podía hablar.

—¿Qué está pasando?

La Marioneta suspiraría mientras se sentaba al frente de ella, se quedaría mirándola unos segundos para decirle.

—Lo siento mucho. Te ha ocurrido algo realmente terrible. No sé cómo decirte esto, pero has fallecido.

Cassidy quedaría un momento en silencio para luego mirarla confundida.

-¿que? ¿De qué estás hablando?

—Escucha, sé que es difícil de procesar, pero un hombre te ha asesinado. Te metió en este traje. Lo siento tanto. Tu alma ha quedado atrapada dentro de este.

Cassidy se permitiría reír un momento. ¿Eso era absurdo, no? No podía haber muerto. Todo eso de los fantasmas era algo ficticio, ¿cierto? Cassidy comenzaría poco a poco a pensar en todo lo que había sucedido. Todo cuadraba, pero era imposible. Cassidy comenzó a temblar otra vez, y ahora pudo ver que era ese metal que se escuchaba antes. Era ella. Al fin pudo mover su cabeza y vio su cuerpo. Solo era metal, un animatrónico sucio de metal. Cassidy soltaría un grito, un grito de desesperación y confusión. La Marioneta rápidamente pondría sus brazos alrededor de ella abrazándola.

—Lo siento, lo siento tanto...

Cassidy seguiría gritando por un rato, intentando despertar de este infierno, hasta que se daría cuenta de algo: la policía. Eran por ella. Había desaparecido.

—¡MIS PADRES, NECESITO VERLOS Y DECIRLES QUE ESTOY AQUÍ!

Cassidy daría un movimiento brusco con el traje, apartándo a la Marioneta. Esta vería a Cassidy y suspiraría.

—Lo siento, pero no puedes hacer eso.

-¿QUE? ¿POR QUÉ NO?

Cassidy diría alterándose más. La Marioneta guardaría silencio unos segundos y seguiría.

—Si ven a un traje de oso acercándose a las personas, solo los asustará y es probable que termines desmantelado. O si descubren que tienes un alma, solo harás que experimenten contigo.

—¡NO, DEBO INTENTARLO, YO...!

Entiendo que estés alterada, pero eso solo causará daños. Puedes intentar hacerlo después. Ahora necesitas calmarte, relajarte y...

-¡NO!

Cassidy gritaría con toda la fuerza que tenía. Su voluntad era fuerte. Esta, con dificultad, comenzaría a mover las piernas metálicas del robot. Se lograría levantar. Mientras la Marioneta la miraba, Cassidy pondría una de sus manos en una pared para mantenerse de pie. Cada paso era más difícil que el anterior. Cassidy miraría a la Marioneta.

—No te voy a intentar detener si es lo que piensas. Tú eres libre de ir.

Cassidy bajaría su cabeza viendo sus pies robóticos y amarillos. Era un monstruo. Ella ya no pertenece a ese mundo. Caería de rodillas, intentaría llorar, pero no podía. No podía más que hacer sonidos de su sufrimiento. Quería desaparecer. La Marioneta se acercaría a ella abrazándola otra vez.

* * *

Un policía entraría a la sala de partes y servicios, iluminando la sala con una linterna. Solo vería partes de trajes y endoesqueletos regados por todo el cuarto. Encontraría el interruptor y lo subiría. Al iluminarse el cuarto, pudo ver un traje amarillo tirado en el suelo. Estaba sentado con su mandíbula abierta por completo, donde se veía la oscuridad interna del traje. Pero lo que le extrañó al oficial fue ver una Marioneta rodeando al traje vacío, casi como si fuera una especie de abrazo.

El Oso y La Marioneta (cassidy x charlie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora