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Abro los ojos de golpe, al mismo tiempo me levanto de la cama, miro a mi alrededor y no se en que lugar estoy.
—¿Hermana? — mis ojos viajan rápidamente a la persona que está acostada en mi cama.
Los ojos celestes adormilados me miran con un poco de preocupación, ¿Haruchiyo? Su cabello rosado largo y despeinado me regala una vista fabulosa.
Aún no se que me pasa, ni en qué año estoy, incluso estoy con una pijama de terciopelo, sin nada abajo
—¿Hiromi? — me agarra de las mejillas — ¿Estás bien? Te has puesto pálida de un momento a otro
Lo veo fijamente, creo que tiene ahora mismo 15 años, aún es adolescente, ¿No estaba muerta? Takeomi me disparó, morí, ¿Ahora estoy viva?
Suelto una risa irónica, me alejo de su agarre y me levanto, es de día, me veo al espejo de la pared y empiezo a tocarme todo el cuerpo ¿Estoy viva?.
— ¿Hice algo malo? — se pone a mi lado, es alto. No recordaba que a esta edad se le notaba la altura.
—¿Que? — ni siquiera se que decirle, me veo bastante joven y el también.
— ¿Estás enojada? ¿Cometí algún error? ¿No lo hice bien? Por favor — me toma de las manos — No te enojes conmigo sé que suelo ser brusco, pero no te enojes,
No entiendo de que está hablando, supongo que es porque ambos tuvimos sexo, pero no es por eso, ni siquiera sé cómo volví al pasado
¿Soy bruja? ¿Hice algún pacto con alguien? ¿Con un demonio? ¡Ya ni se que paso!
— No hiciste nada malo — me acerco a él, beso sus labios lentamente.
— ¿En serio? Te siento muy apática, me asuste a la hora que te levantaste — le sonrió.
— No te preocupes tuve una pesadilla — paso mis brazos por sus hombros. — Se que va a sonar raro, pero quiero saber qué edad tienes, cielo.
Me mira confuso, pero contesta buscando mis labios.
— Acabo de cumplir los 15 años — me besa.
Si el tiene esa edad yo tengo ¿20? ¡Eso es! ¡Volví al pasado! Cuando morí tenía 30.
Volví diez años al pasado, ¿Cómo lo hice? No tengo idea pero me siento feliz ahora mismo.
Le corresponde el beso, me empuja poco a poco a la cama, se aleja y empieza acariciarme el rostro suavemente.
— Ojalá tú y yo no fuéramos hermanos — empiezo — Me encantaría decirle a todo el mundo que estoy enamorada de ti.
Se acomoda entre mis piernas, los sentimientos fluyen de la nada recordando que en el futuro próximo Takeomi nos va a descubrir.
— ¿Porque estás llorando? — las lágrimas se me salen. Me duele el pecho — no llores, te amo mucho y no importa si no podemos gritarlo al mundo, mientras yo este aquí contigo ten en cuenta que te atesoro con devoción.
Asiento sollozando, tengo una segunda oportunidad, una segunda vez en algo que no todo el mundo tiene, sus ojos son tan bellos, mi corazón se siente cálido, tan cálido que moriría en este momento sin querer conocer el maldito destino.
— Amame siempre — cruzo mis brazos en su cuello y lo acerco a mi, beso lentamente sus labios. — Está vez nadie nos va a separar, te lo prometo.
No me dice nada y seguimos en el proceso de besarnos y terminar hechos un desastre.
Aunque está vez siento que lo que estamos haciendo es diferente, sus besos, caricias, incluso parece que finge todo, mi cuerpo reacciona diferente incluso cuando se que él que me está follando es Haruchiyo.
