Capitulo 17

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Hiromi Akashi | 22 años|•

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Hiromi Akashi | 22 años|•

- ¿A dónde quieres ir? - me pregunta mientras corta la carne.

- A visitar a Rena, no la he visto desde navidad - un trozo pequeño me lo alza a la boca

- Bien, entonces te paso dejando, ya que tengo un poco de tiempo - asiento

Seguimos comiendo hasta terminar, me levanto antes que él para ir a vestirme, eh adelgazado demasiado, después del accidente y que tuve que estar en el hospital una semana. No he comido lo suficiente.

Toda mi ropa me queda grande, lo único que encuentro es un pantalón antiguo color negro, una blusa del mismo color decente, busco mi sudadero del mismo color y mis tenis.

Al salir Haru me toma de la cintura, besa mi mejilla, me lleva de la mano hasta el auto, al entrar me mantengo en silencio completo

- Me llamas cuando quieras regresar, pasaré por ti - asiento.

Llegamos en minutos, le doy un beso en los labios para despedirme, bajo rápido y al mismo tiempo se marcha, tocó el timbre unas veces seguidas, desesperada.

- Voy - abren la puerta, es ella - Hola amiga.

Me besa la mejilla, entra un poco para agarrar un bolsón grande.

- Vámonos, pase un día entero preguntándole a Ran lo que iba hacer hoy - caminamos despacio - Me dijo que iría a Yokohama, así que tenemos tiempo.

-¿No vendrá verdad? Ese imbécil me odia tanto que no quiere que lo visite.

- No te preocupes, yo te ayudo, la verdad es que nunca he ido al cementerio a verlo, es que Ran me lo prohibió también

- Yo ni siquiera pude ir al velorio, no quería incomodar - cruzamos la calle a la derecha

- Si, no creí que te llevarás bien con él

- Era un buen amigo - digo seca.

- Si, era muy chistoso, la última vez que lo ví pase la tarde con el pintando su cabello y lo corte

-¿Lo pintaste? - volvemos a cruzar la calle ahora a la izquierda y seguimos recto.

- Si, el me dijo graciosamente que era para cerrar ciclos, era de un color morado, muy bonito se miraba.

No digo nada más, seguimos el paso unos cinco minutos más, luego llegamos a la entrada, me entrega la bolsa.

- Te espero aquí, no me gusta mucho entrar hasta allá, él está al fondo, su lápida es una color morada. La madre lo pinto de ese color.

- Bien, avísame si miras algo sospechoso.

- Está bien.

Camino en busca del espacio, hasta que estoy frente a él, mi corazón se estruja, me inclino a limpiar las hojas secas, las plantas que lo quieren cubrir, en la bolsa que me entrego Rena están flores de diferentes colores y formas, adorno esquina a esquina, evitando llorar.

Llenos De Lujuria | Sanzu HaruchiyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora