Capitulo 6

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Hiromi Akashi |•

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Hiromi Akashi |•

Al entrar a la casa, Haruchiyo está frente a la puerta, trago en seco, a un lado está la katana que me da escalofríos.

- Hermana - me sonríe. Camina hacia mi y yo continuo, ambos nos quedamos mirándonos.

- Cielito - alzó mi mano y acaricio su mejilla.

- Olvide mis llaves de mi habitación en el templo, ¿Puedo dormir contigo hoy?.

Sus ojos se ven rojos, llevo mi mano a su frente y está quemando de fiebre, toma mi mano y empieza a besarme

- Estás enfermo, vamos - lo llevo a mi habitación

Lo acuesto en la cama y bajo de nuevo a la cocina, busco algunas pastillas, un vaso de agua, subo de nuevo y lo obligo a tomar el medicamento. La fiebre la tiene alta.

- Quédate conmigo. - me jala y quedó sobre él.

Me quito su agarre, voy a la puerta y lo cierro, me acomodo a un lado suyo.

- Tengo calor - se levanta y empieza a quitarse la ropa, lo ayudo y después lo cubro con las sábanas.

Nos quedamos en silencio, acaricio su cabello rosado, sus manos suben y bajan en mi cintura, me apega mas a él, su rostro queda en mis tetas.

- Quiero follarte como te gusta - se levanta, abre mis piernas, sus labios empiezan la ronda de besos por mi cuello.

- Estás enfermo, dejemos esto mañana - niega. Me sube el vestido hasta que me lo quita.

Su dureza queda cerca de mi entrada, juguetea con mi sujetador besando mis pechos y estrujandolos a su gusto. Empiezo a perderme en el calor de su cuerpo y me exitación.

- Hermana - entierro las uñas en su espalda mientras se desliza dentro de mi poco a poco.

Blanqueo los ojos, callendo en la condena de lujuria que se desata cuando solo estamos los dos, sujeta mi cabello en puño para que no deje de mirarlo.

Su mano libre me sujeta de la cadera y empieza a moverse, salir y entrar en mi interior, sus ojos se vuelve en un azul tan profundo, las gotas de sudor caen en mi frente y bajan hasta mis ojos, los gemidos se intensan más.

- Haru - Jadeo sin perder el contacto visual.

Me vuelve loca cuando sonríe sin dejar de moverse sobre mi, mis manos lo toman por el rostro, acaricio las dos cicatrices que me hacen querer y desearlo de una manera sobre humana. Una dónde ya no importe nada como en mi vida anterior.

Siempre pierdo contra el impuro pecado, mi razonamiento se va y solo me dejó llevar por la lujuria, por lo que estamos hechos. Busco sus labios y él se deja, esto está mal, aún volviendo al pasado sigo pensando que esto está mal.

Disfrutar las estocadas, sentir como entra y sale de mi, lo grande y gruesa de su polla, los gemidos que se convierten en gritos de placer, el calor corporal que está quemando cada parte de nosotros.
Todo eso está muy mal, ni siquiera tratando de buscar una mejor manera no se podría dar una oportunidad a esto.

Llenos De Lujuria | Sanzu HaruchiyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora