Capitulo 9

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Hiromi Akashi | 25 años |• Abril

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Hiromi Akashi | 25 años |• Abril

- Hermana - me restriego en su cuerpo mientras me muevo suave y profundamente.

Me sujeta del cabello acariciando mi rostro con las dos manos, sigo con el mismo ritmo sobre él, sonrió mientras le señalo con mi dedo que haga silencio.

- Hiromi, mierda - abro un poco mis piernas.

Me mantiene alejado de sus labios, solo me mira fijamente, sus ojos oscuros brillan, el sudor lo hace más impuro para mí mente.

- No hagas tanto ruido, nos van a escuchar - observó la puerta y nadie a entrado.

Estamos en un sauna, aunque claramente nos hemos quedado en el baño de mujeres. Mi cuerpo está un poco tenso por el miedo, este lugar se llena con mucha gente.

- dame un beso - le hago un puchero cuando no me deja acerca mi rostro.

- No, te conozco y vas hacer algo - sonrió.

-¿Y que voy hacer? - me río - Vamos, un besito

- Solo un besito - sonrió, me suelta el rostro.

Lo sujeto de la nuca, y dejo caer mi saliva dentro de su boca que abre por voluntad propia, me muevo más rápido y jadea, sumerjo mi lengua por su boca, me recibe con la misma intensidad.

- Hermana - me aferró a él sin dejar de moverme.

Mantengo mis manos en su pecho y ambos terminamos al mismo tiempo, me levanta y después de minutos salimos.

- Joder me dejaste con ganas de más - me pone delante de él en la fila para comprar agua. Siento su dureza en mis nalgas - Te la voy a meter, deja de moverte.

- Pero te estoy aliviando el dolor - me toma del cuello mientras hace simulaciones de embestirme.

Solo llevo un sort delgado y el también lleva uno, me apego más, esconde el rostro en mi nuca.

- Tu cabello me fascina - está largo así que lo enrolla en toda su mano - Dios quiero penetrarte.

Lo empujó cuando unas señoras nos miran con mala cara, aquí la temperatura está alta, un calor insoportable.

Llegamos a la caja, pedimos agua, toallas y el ticket del lugar donde vamos a estar solos. Paga, me jala para el elevador, me pone en la misma posición, el elevador se llena de gente y quedamos cerca.

Llegamos y entramos, me jala desesperadamente. Me tumba en la camilla, me abre de piernas, me desviste, roza su miembro en mi piernas mientras me besa.

- Carajo estoy tan caliente - me abre los pliegues con los dedos y se funde en mi con fuerza.

- Haruchiyo esto no es para coger - empieza a penetrarme con desesperación - Es para relajarnos.

Llenos De Lujuria | Sanzu HaruchiyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora