25. "No es mi hijo"

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Rebecca Armstrong

-Tan hermosa... -habló Freen mirándome despertar, ella estaba acurrucada en mi pecho, y eso me hacía sentir plena.

-¿Tienes rato despierta? -pregunté mientras le daba un beso.

-Unos minutos...

-Sabes levantarme junto a ti, es lo único que necesito en mi vida.

-No sabes lo feliz que me haces Bec... -me contestó dándome un beso más intenso.

-Freen... -jadee al sentir sus manos traviesas entrar por mi ropa hasta tocar mis senos.

-¿Tienes idea de lo mucho que me encantas? -dijo entre besos, yo solo sonreí.

-Despertaste con mucha energía... -hablé mientras ella seguía juguetando con mi cuerpo.

-Entonces debemos gastarla, ¿no lo crees? -susurro en mi oído, para luego bajar sus besos por mi cuello, sentí cómo dejó alguna que otra marca.

-Amor... -gemí, al sentir su mano buscar la mía para colocarla en su parte más sensible. -No conocía esta parte de ti. -sonreí, mientras me colocaba encima de ella, Freen me miraba intensamente, sentía su calor incrementar y su centro mojado.

-Yo tampoco... -me contestó, yo solo sonreí mientras le daba leves acaricias por encima.

-Me haces perder la razón... -dije, mientras lentamente empezaba abrir sus labios para adentrar un dedo en ella. La escuché gemir, el cuarto estaba claro por la luz del sol, realmente no tenía noción del tiempo, solo estaba perdida en su cuerpo.

Despertar junto al amor de tu vida, viendo una nueva faceta de ella. La cuál me encantaba, saber que tenía un lado travieso, me hacía enloquecer, todo de ella me encantaba, me podría perder en su olor, en su calor, en su cuerpo.

Para mi lo único que importaba era ella.

-Te amo... -dije, mientras me acurrucaba a su lado, habíamos hecho el amor, realmente no supe cuánto tiempo paso, pero seguía siendo relativamente temprano.

-Yo más... -contestó cansada, reí por eso, sus ojos estaban empezando a cerrarse.

-¿No tenías energía? -pregunté inocentemente, ella me miró molesta.

-Eres la peor... -dijo, yo solo le sonreí para empezar a darle algunos besitos en su pecho, luego subir por su cuello, por su mandíbula y después dejando un tierno beso en sus labios.

-No eres la única agotada babe, sabes lo cansada que estoy... -dije, mientras estiraba mi mano, ella también río.

-Bueno, no ví que te quejaras cuándo me estabas haciendo tuya.

-Nunca me quejaré amor... -la volví a besar, hasta que fuimos interrumpidas por el sonido de un celular. Me alejé, y solo pude ver el puchero que hizo Freen al no sentir mi calor cerca. Agarré mi celular y miré extrañada mi celular, hasta que vi el nombre, me atragante con mi propia saliva.

-Buenos días señora Chankimha... -susurre, Freen que estaba a mi lado solo jadeo sorprendida.

-Buenos días Rebecca, me preguntaba si mi hija ya está despierta.

-Oh... si...

-Me la podrías pasar, yo espero, cómo dijiste que iban a dormir en camas separadas. -habló la señora Chankimha, esas palabras me hicieron estremecer.

-En un momento... -dije con nervios, Freen me miro confundida.

¿Yo había dicho eso?

-Bromeo hija, sé que durmieron juntas, ¿no te desmayaste o si? -habló la señora Chankimha riendo, a mi me iba a dar un paro cardíaco.

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