29. "Heng el otro lado de la historia"

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Rebecca Armstrong

-Heng escapó... -susurre, Freen me miró confundida por mis palabras, yo estaba alterada, ella intentaba calmarme.

-Babe... tranquila. -dijo, mientras me abrazaba.

-Maldita sea... -solté en llanto, estaba demasiado preocupada, por Freen, por mi papá, por la gente que quiero...

-Estaremos bien amor... vamos a estar bien. -susurro Freen acariciando mi espalda.

-Tengo miedo... -dije bajo, pensé que no me escucharía, solo sentí cómo Freen me abrazó más fuerte.

-Estamos juntas, no estás sola. -dijo Freen, intenté calmarme, y siendo sincera estar entre sus brazos me tranquilizaba.

Necesitaba reponerme, después de todo, debía estar el doble de alerta, necesito proteger a mi familia, no importa si eso significa morir en el intento.

Eso es lo único que tenía claro, no permitiría que nadie en mi familia sufra, ya no...

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La vista desde el otro lado...

Heng...

-Tardaste en liberarme padre. -hablé con un poco de rabia.

Sunan, mejor conocido como el segundo lugar, era mi padre. El saber la verdad fue algo tan doloroso y confunso.

En un principio pensaba que era mentira, que solo me quería utilizar para acabar con mi padre, después de todo Sunan odia a mi padre desde hace tanto tiempo.

Pero siendo sincera, no pensé que fuera desde mi nacimiento, o incluso antes, desde que mi madre y Armstrong se juntaron.

-Fue más complicado de lo que pensé, aparte tuve problemas con tu hermana. -contestó, yo la miré sonriendo.

-¿Ya me acepta?

-Por lo mismo tuve problemas, de todas maneras necesito que acabes lo más pronto con Rebecca.

-¿Por qué la prisa? -me estire, miré a mi papá que parecía un poco fastidiado por mi. -Yo todavía me quiero divertir.

-Algunos piensan que yo estoy enfermo, tú me ganas por mucho hijo. -contestó con una sonrisa. -Estoy orgulloso de ti. -dijo, mientras se alejaba de mi, yo sonreí victorioso.

Mi vida no era mala, mi infancia no fue tan dura, mucho menos dolorosa, crecí de la educación de mi mamá, él señor Armstrong era alguien que no le gustaba estar con ella, pasaba relativamente tiempo de calidad conmigo, pero no era suficiente, según mi madre nunca era suficiente.

Yo tenía que ser su centro de atención, ser la persona por quién diera su vida. Ese hijo por quién debía estar orgulloso, al quién heredaría todo.

Eso decía mi mamá, siempre sentí que de verdad ese era mi destino, ser él mejor en todo, él más poderoso.

Y lo estaba consiguiendo, después de todo yo era su único hijo, él único a quién le daría atención...

Hasta que de pronto una estúpida carta llegó...

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Recuerdos...

-¿Por qué lloras papá? -pregunté inocentemente, mi papá sostenía una carta junto a su pecho, mientras lloraba, me miró sorprendido, nunca se había mostrado vulnerable ante nadie.

-¡Sal en este momento Heng! -me gritó, me asusté, nunca lo había hecho. Salí corriendo pero me quedé en la puerta, lo escuché sollozar.

-¿Por qué Emma? Porque nunca me lo dijiste... Rebecca... mi hija... -susurro, era jóven no entendí a que se refería, yo solo estaba preocupado porque mi padre estaba triste.

Te Elegiré SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora