Te Elegiré Siempre

36. "Mi historia"

Rebecca Armstrong

-Sabes que ya me cansé de ser golpeado hoy. -habló Heng, no tengo ni idea de cómo puede hacerlo, su boca esta completamente con sangre, su cuerpo apenas se mueve.

-Terminemos con ésto Heng... -mi voz sonaba realmente frustrada, quería ir con Freen y decirle que todo terminó, que ya nadie la va a dañar, que estos imbéciles no la iban a utilizar, necesitaba estar con ella, besarla, calmarla, intentar hacerla olvidar todo esté día de terror.

-Sabes Rebecca apunté a Freen, pero veo doble... -empezó a reír cómo si fuera lo más divertido del mundo.

-Eres un imbécil despreciable.

-Gran halago... -nosotros no nos movimos, sabíamos que si alguien hacía un movimiento todo esté show terminaría, posiblemente con uno muerto.

-¿Me dejas matar a Sunan antes de seguir con lo nuestro? -preguntó, yo la miré sin entender, no tenía arma, miré al suelo y vi, la que traía antes Sunan, lo supe por su color dorado.

-¡Heng alto! -no me hizo caso, la alzó y disparó todo el maldito cartucho a dónde estaban Sunan y Nop. -¡Maldita sea! -grité, mientras lo golpeaba, soltó el arma pero no llegué a tiempo, todas las balanzas salieron disparadas.

-¡Es Sunan! Debías estar agradecida. -me gritó cómo si me hubiera hecho el favor más grande del mundo, miré a dónde Sunam, él estaba muerto con 4 disparos, y Nop lastimado con dos, no pude observarlo porque Heng se lanzó contra mi.

-¡Crees que matar es divertido! -le grite, mientras seguíamos peleando, éramos solo nosotros dos, Nop estaba en el piso, no vi lo grave que estaba, Sunan en el suelo en un charco de sangre.

La oscura noche era tan fría y siniestra, las balanzas que sonaban un poco lejos de aquí se detuvieron, solo estábamos nosotros dos...

Posiblemente esa pelea se termino, se escuchaba que la policía debía estar deteniendo a todos, yo solo respiraba al saber que Freen estaba bien, pero pensar que su familia no...

-¿Es divertido esto o no? Rebecca por fin nuestra batalla final.

-Heng por favor acabemos con ésto. -tomamos distancia, yo respiraba cansada, mi cuerpo dolía, pero me importa todo un carajo, tenía mi arma todavía...

Lo sabía...

Sabía que podía terminar todo esto... sé que puedo dispararle y darle todo ésto un fin...

Podía manchar mis manos de sangre...

Nadie me echaría la culpa, no me dirían que hice algo malo, después de todo es en defensa propia...

-¿Por qué no lo haces y ya? Se acabaría todo ésto... -mire a Heng confundida por sus palabras.

-¿Qué mierda hablas?

-¿Crees que no sentí el arma? -preguntó con sarcasmo. -¿No tienes el valor? Me da risa, Rebecca ten por seguro si salgo vivo de aquí no te dejaré en paz.

-Eso lo sé, pero en el fondo pienso en mi padre.

-¿Ah si?

-Heng fuiste criado por él, te quiso desde el minuto que estuviste en sus abrazos, ¿qué fue lo que te volvió loco? Mi papá te quiere, después de todo eres su hijo, no de sangre, pero lo eres. -grite, me miró serio.

-Nunca me quiso...

-¿Cuándo te entró esa idioteces en tu cabeza? ¿Cuándo perdiste la razón?

-Lo loco, lo he sido desde siempre, eso lo sabes, ¿cuántas veces no nos golpeamos? ¿No lo dejé claro en ese momento?