XXII

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Era una mañana fría, el invierno quería llegar más rápido de lo estimado y los institutos privados de la organización, comenzaban a cumplir su último cronograma académico para cada grado escolar. Como se acercaba la culminación del año, casi todos los días eran de fiesta, donde organizaban festivales con atracciones juveniles, danzas artísticas, exposición de talentos y encuentros deportivos. Todo con apenas un par de horas de clase.

La jornada se desarrollaba como si se olvidara de toda la formalidad impuesta por las distintas colonias, era temporada para descansar de tantos limites que cada casa procuraba cuidar.

Los grados cuaternarios (1)  se encargaban de organizar los eventos. Se trataban de los jóvenes próximos a terminar de prepararse culturalmente, para integrarse en el mundo con los demás adultos. Mientras que los primarios a terciarios de último nivel, disfrutaban de las demás actividades rotativamente. Así pues, en uno de los patios de una de las instituciones principales de la GAFH en ese estado, habían deportes urbanos y de cultura POP, donde el grupo de skaters de closet, compartían la mañana con invitados externos a la institución.

—Fwah. Vale, tiempo fuera. Voy a morir...—. Suplicó Jainer cansado con la lengua afuera—; creo que ya es hora de irme— dijo en voz alta a propósito, cargando con un brazo la tabla, mientras revisaba el reloj de su muñeca.

A lo que Izeth, casi que escupiendo su soda, lo mira como un cachorro huérfano—, ¿Qué ya no me quieres?—; responde en un tono infantil.

—¿Se te olvida que debo estar trabajando?—, lo mira colmado el mayor de cabello púrpura oscuro—, te dije hasta el medio día, la bodega queda a casi cuarenta minutos de aquí.

—¡Pero hoy es domingo!—, levanta su tabla de skate con el pie—; ¡El inventario puede hacerse en la tarde!—, lo siguió el peli teñido tratando de convencerlo.

—¡Ohhhh verdad, hoy es domingo!—, exclamó alegre—; tú también deberías irte conmigo—, concluyó con nada de gracia el mayor.

—Tsssssk—. Siseó ruidosamente con pereza—; da igual, vete adelante. Te alcanzaré después.

—¡Oye mocoso! ¿Quién te crees para ordenarme? ¡Te necesito en serio hoy!—, vaciló irritado tratando de mandar a su empleado.

—¡Que sí! ¡Yo te alcanzo!—, exclamó confiado el skater, echando con la mano a su amigo y jefe.

Tras un gruñido, Jainer se resigna y se va a paso apresurado a cumplir su deber, a la par que Izeth cómicamente se da la vuelta, maldiciendo su trabajo—. ¡Por Dios! ¿Qué he hecho para merecer este castigo?—, carraspea tirando de sus mechones—; ¿Sí te das cuenta por qué no lo invito ya? ¡No le debe nada a nadie y trabaja como bur...!

Pero es interrumpido inmediatamente por la disposición de la chica, apaciguando los humos que traía el peli teñido—. Hey Ev...—, trató de llamar su atención, puesto que tenía una expresión depresiva—, ¿Todo bien?

—Deberíamos irnos también, yo la verdad ni quería venir—. Comentó cabizbaja, mirando al suelo.

Por lo poco que podía hacer, Izeth la acompaña atento, respetando con un breve silencio la atmósfera de su compañera de salón. Puesto que recientemente, se había hecho público un escándalo que al menos se espació por tres instituciones principales.

—...Pues, yo te pregunté si querías venir... dijiste que estaba bien...—, comentó el peli teñido ligeramente preocupado.

—¡Ugh! Sí, sé que lo dije—, respondió Evastian irritada—, pensé que estaría cool distraerme, pero en toda la mañana he visto cómo me han estado mirando y riéndose de mi, me siento como un pedazo de mierda.

RED | PASADO: ¿En serio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora