XIII

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Transcurría la tarde, el edificio tenía ocupados todos sus salones presentando conferencias de la GAFH. Varias de esas comenzaban a desocuparse, los delegados extranjeros y locales terminaban de ajustar negocios en los pasillos, en las escaleras y zonas de espera. Una que otra conversación se elevaban de tono por estas zonas, muchos de ellas causadas por los líderes que no lograban pescar un pez gordo o porque quedaban fuera de negocio, perdiendo grandes oportunidades.

Familias populares como los Rizzio, fueron altamente demandados, pero familias que manejan bajo la Purgazione, estaban en declive. Sus miembros en oferta, estaban aún en huelga y nadie quería ejecutar la unión concertada con ejemplares propensos abandonar su tradición.

"¡No puedo creer que ahora tenga que certificar obligatoriamente la castidad de mis hijas!"

"¿Qué quieren que les diga a mis niñas de seis y diez años cada vez que las evalúan? ¿Que tienen un objeto peligroso en sus genitales?"

"¡Hacerlos consientes de su objetiva sexualidad es el problema de la rebelión!"

Exclamaban algunos delegados indignados del nuevo decreto que la Mesa General estaba comunicando para las familias practicantes de la Purgazione.

« Infantes que parten de los cinco años en adelante serán evaluados y certificados con urgente obligatoriedad. »

"...Varios de ellos logran comprar el certificado al médico por una jugosa suma de dinero..."

"Tienen razón, un primo logró unirse con una dama y resulta que esta ya no era virgen..."

Izeth escuchaba los comentarios de los miembros que emergían de las puertas de salida, podía más que concluir que Ecta era un blanco muy peligroso de tratar, en lo que significaba seguir saliendo con ella.

Cualquier alteración en su estilo de vida, lo señalaba directamente a él.

Su mente estaba limpia, no es como si estuviera haciendo algo malo directamente. El frotarse con ella, era el punto más peligroso que podía llegar, aunque ella le insistiera hacer acciones más densas como la felación o descubrir y palpar los genitales, Izeth no permitía pasar de allí por más que ella quisiera.

En su interior, lo único que le perturbaba era pensar que su amigo Jainer y lo que dicen sus compañeros, podría ser cierto. Trataba con una chica menor a lo que decía ser.

Un punto a favor del juego que Ecta tenía, eran los modales básicos que se debían tener frente a una aspirante a Dama Avsil: bajo ninguna circunstancia preguntar datos personales que puedan ayudar a definirlos; tales como su edad, lugar de residencia, nombres de familiares, entre otras pequeñas condiciones que normalmente se les aconseja a los chicos de colonias estrictas como la Asrapse, no preguntar.

Todo bajo la excusa de que ese tipo de información motivaba a generar un interés en sus círculos sociales y así, era más fácil que existieran los pequeños 'noviazgos' y situaciones que pudieran cancelar la Purgazione de sus tradiciones.

Es por esto, que miembros de estas familias con tal tradición se limitan a socializar entre ellos, crear una comunidad barrera, para « protegerse entre ellos » . Es su mayor fuente de ingreso y poder, criar un ejemplar puro y educado para las familias que deseaban la lealtad y castidad de estos para sí mismos.

Así pues, Tronte, veía en su hija un buen resultado de la rigurosa educación que tuvo. Era la razón por la que cambiaba tanto de escuela, las pocas señales de madurez prematura que ella trasmitía.

Fue así que confió en estas señales y, como pocos, se atrevió a darle el gusto de estar en un colegio mixto y con apellidos que no eran de su minoría.

RED | PASADO: ¿En serio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora