Capítulo 14 | Pareja secundaria parte única.

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DECEPCIÓN

Lía Helen Reyes de Vilthen, fue un niña criada en una cuna de oro literalmente, sus padres la amaban y siempre le dieron todo lo que deseaba, ella junto a sus hermanos recibieron todo lo mejor del mundo, una familia estable, mucho dinero y amor.

Al menos así iba la historia hasta que su hermano mayor falleció en un accidente, él junto a sus amigos robaron el helicóptero de sus padres y no pudieron controlarlo, terminaron estrellándose y aunque la mayoría sobrevivió, los pilotos, su hermano mayor y su amigo, fallecieron. Los padres de Lía no sonrieron más, los trataban fríamente y se hicieron más estrictos, la pérdida de su primogénito los afecto tanto que dejaron de lado a sus hijos, ya que no podían soportar la pérdida de uno, fue así como Lía y su hermano menor fueron creciendo, apartados uno del otro, porque al igual que sus padres, desde la pérdida del hermano mayor, ninguno pudo reconectarse con el otro, llegó a un punto donde Lía vivía en otra casa, su hermano menor Kevin vivía en otra y sus padres en otra, ninguno pudo reconectarse con el otro, aunque, al menos los padres de Lía se tenían el uno al otro.

Años después, Lía se reveló como una omega, su hermano menor como un alfa y debutaron en la sociedad que pertenecían, ambos debían trabajar por el bien de su familia y empresa. Cuando Lía estaba por su segundo año de universidad, le llegó una propuesta de matrimonio muy buena, era de la familia que dirigía el mercado de los automóviles, los padres de la omega aceptaron la propuesta y ella dejó la universidad para casarse por el bien de su empresa y familia.

Esa era la historia de Lía, quien en la actualidad vagaba mucho, incluso por el aburrimiento consiguió un trabajo de medio tiempo vendiendo flores en un supermercado, estaba aburrida porque no tenía nada que hacer, en la enorme mansión donde vivía la servidumbre hacia el aseo, preparaba la comida e incluso lavaban la ropa, ella sólo debía existir, porque ni su esposa, la alfa con quien se caso estaba presente, una vez firmaron los papeles matrimoniales, la alfa dominante se fue a China y no regresó en dos años, luego regresó y se quedó a dormir en su oficina en su empresa, ni siquiera volvió a la mansión donde su esposa estaba, no, se quedó una semana y volvió a irse, las únicas veces donde pasaron tiempo juntas fue en galas de empresarios, en el cumpleaños de los padres de la alfa y en otro tipo de festividades similares que eran contadas, pero, incluso si estuvieron bailando juntas o estuvieron prácticamente al lado de la otra, ni siquiera hablaron correctamente, apenas y se saludaron, pero ninguna preguntó por la vida de la otra.

A Lía no le importaba mucho, no hasta hace unos meses, su esposa llegaba muy ebria a la mansión, cada noche era lo mismo, ella llegaba ebria y empezaba a gritarle a todo el mundo, los sirvientes vivían estresados, pero lo peor fue para ella, ya que su esposa la criticaba abiertamente, le señalaba sus defectos, que no tenía educación y que por su culpa se arruinó su vida, decidió ignorarla pero el límite fue cuando su esposa le dijo que amaba a otra omega antes de conocerla, que iba a casarse con esa omega pero la obligaron a casarse con ella, le dijo que era infeliz, que deseaba morir o que ella muera para así terminar con todo, ella furiosa le dio una bofetada y le reclamó todo, su indiferencia, el infierno que vivía, la discusión subió a un punto donde estaba sobre la alfa golpeandola pero con fuerza bruta la alfa dominante la tomó fuertemente de la muñeca y la empujó hacia una pared lista para golpearla, sin embargo, al final no lo hizo, pareció reaccionar y solo se fue en silencio, ni siquiera pidió disculpas.

- Se ve horrible -los moretones de su muñeca estaban morados y verdes, esa alfa la había sujetado con mucha fuerza y Lía tenía una piel muy sensible.

Suspirando cansada en el sanitario de un centro comercial después de salir del trabajo se cambió de ropa, se puso tacones, una falda fina junto a una blusa que tenía un poco de escote, aunque todo era de color rojo vino, se puso joyas y arregló como pudo su cabello, su anterior ropa la guardo en su maleta y salió del sanitario para irse a la salida trasera del centro comercial, ahí estaba Steve, el anciano mayordomo de su mansión, siempre la esperaba ahí para llevarla a ese infierno.

Omegaverse Mi Querido Omega Alfa Mujer X Omega Hombre | My dear omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora