Capítulo 15 | Esperanza y tristeza

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FEROMONAS Y NIDO DE SOLEDAD

Allen se sentía estar en las nubes, las manos de Wisteria tocaban su cuerpo sin vergüenza alguna, acariciando su piel y besando con devoción su piel, como si tocara y besara algo precioso, un diamante, algo importante algo venerable.

— Precioso, hermoso... Tantas palabras y ninguna puede describirte —murmuró la alfa mientras besaba su cuello dejando marcas— Eres efímero y tan eterno...

— ¿Q-Qué? —cuestionó Allen apenas concentrándose en las palabras de su ahora esposa, estaba sobre estimulado y ella sólo estaba jugando con él susurrandole muchas cosas al oído.

Fue entonces cuando noto que Wisteria dejó de besarlo, en cambio solo lo observaba fijamente, Allen se sintió muy expuesto, nunca antes lo habían apreciado de esa manera, ver cada parte de él sin temor de sentirse inseguro, porque con solo ella se sentía bonito, perfecto, fue de las cosas veces en su vida que se sintió avergonzado pero no por su cuerpo o el temor de verse feo, si no por la expresión que estaba haciendo y que podía ver en los ojos de la alfa que era un reflejo de él, estaba muy sonrojado y la excitación se reflejaba en su expresión, su cuerpo estaba demasiado caliente, sus feromonas descontroladas y su mente comenzaba a nublarse.

— Eres demasiado hermoso —acusó la alfa levantando el cuerpo del omega con facilidad, poniéndolo encima de su regazo, rozando su pene entre las nalgas del omega que contuvo un gemido— ¿Cómo quieres que sea cuidadosa cuando pones una expresión así? —preguntó en un susurró tocando el trasero del omega, notando lo húmedo que estaba, el lubricante que todo omega producía por la excitación se escurría de su esposo.

— Hazlo ah —pidió Allen con la poca paciencia que le quedaba, alzó un poco su trasero para rozar con más ansias el pene de su esposa— P-porfavor —suplicó, su cuerpo comenzaba a quemar y su paciencia estaba al límite.

Wisteria noto la agitada respiración de su esposo, así como el temblor de su cuerpo, Allen estaba en su límite y ella también, con cuidado alineó su miembro en la entrada mojada de su omega y sin  decir una sola palabra ingreso de una sola estocada hasta el final, Allen quedó completamente sentado sobre ella.

— ¡Ah! —gimió Allen sintiendo todo su cuerpo retorcerse, como un escalofrío recorriendo cada parte de su cuerpo.

El miembro de su esposa lo hacía sentirse lleno, no recordaba el tamaño exacto de la alfa pero enserió era una exageración, con razón y solo bastó una noche para hacer a su hijo, sin embargo, le agradaba, sintió una sensación muy placentera que sentía que podía venirse en cualquier segundo.

— Perfecto... —la alfa gruñó excitada— Me aprietas demasiado bien —murmuró besando las mejillas del omega que empezaba a soltar lágrimas— Te amo —dijo cogiendo las caderas del omega con fuerza, volvió a moverse comenzando con un vaivén demasiado intenso.

Allen sentía como el miembro de su esposa salía por completo de él y volvía a entrar de la misma manera, sintiendo que con el paso de los minutos las embestidas solo se hicieron más desenfrenadas y con más fuerza, golpeando de manera constante su trasero, fue ahí que recordó sus días de juventud, olvidó algo muy importante de aquel entonces, Wisteria era una pervertida, era insaciable, tenía una resistencia que superaba con creces la suya, pero aún así le gustaba, sentía su propio pene gotear de puro placer, se sentía caliente, vivo y insaciable por primera vez en su vida.

— ¡Más! ¡Ah! ¡Más! ¡Porfavor, Wisteria! —pidió fuera de sí, su mente se estaba nublando por completo, sus propias feromonas estaban descontroladas y sentía que su celo estaba cerca.

Wisteria con una sonrisa lasciva aumentó sus movimientos sujetando fuertemente las caderas de Allen, moviéndose con más ansias y más fuerza, en un impulso recostó a su omega en la cama y separó sus piernas siguiendo con un vaivén aún más desenfrenado, tenía mucha energía, había pasado mucho tiempo desde que se sintió así.

Omegaverse Mi Querido Omega Alfa Mujer X Omega Hombre | My dear omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora