Parte 54

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El efecto de la droga sobre el cuerpo de Yulia iba pasando. Estaba acostada en la cama de Leonella. Aun su pecho estaba descubierto. La castaña, permanecía sentada en un rincón de la habitación esperando el momento preciso para ir por ella. Al percatarse que Yulia estaba despertando solo la hizo excitarse mas.
La morena se sentó en la cama mientras tomaba su cabeza con sus dos manos. Estaba despeinada, sin camisa. Ésta se puso alerta. Buscó por toda la habitación hasta dar con la mirada penetrante de Leonella que la miraba desde aquel rincón.

Yul: Qué es esto Leonella? Dónde está mi camisa? Qué *** es ésta?!!!! - gritó mientras se levantaba de la cama directo hacia la puerta.

Por mas que trataba de girar la perilla, esta no cedió, estaba bajo llave. Comenzó a darle golpes a la puerta pero aun estaba allí, encerrada.

Leo: Buscas ésto? - mostrándole una llave que tenía en su mano derecha.
Yul: Abre la **** puerta Leonella. Abre ya!!!
Leo: No, no, no - negando con la cabeza al mismo ritmo de sus palabras - no mi preciosa,de aquí no saldrás.
Yul: Abre esta porquería Leonella - girándose de nuevo hacia la puerta para hacer un último intento de que esta cediera.

Leo: Te dije que no vas a salir de aquí *** no oyes o eres estúpida? - había llegado hasta donde se encontraba Yulia mientras comenzaba a rodearla con sus brazos. Lo que no se esperaba era que la ojiazul se girara de manera brusca y lograr que la cara de ésta girara hacia un lado después de haberla abofeteado.

Aquello fue la humillación mas grande que había sentido en su vida. La castaña había perdido ya toda la paciencia que tenía. Le dio un golpe en la cara a Yulia haciendo que su labio comenzara a sangrar. La lanzó sobre la cama para ver como ésta se golpeaba la cabeza al caer con brusquedad. Se lanzó encima del cuerpo de Yulia y con sus dos manos, atrapó por encima de la melena oscura, los delgados brazos de su víctima para que permaneciera inmóvil.

Leo: No vuelvas a golpearme *** imbécil. Eres una completa estúpida y sabes por qué? - comenzó a besarla salvajemente en el cuello, lograba darle mordiscos mientras Yulia comenzaba a llorar con mas intensidad.
Yul: Suéltame bastarda. Suéltame, eres una infeliz - su cuerpo trataba de zafarse pero no podía. Su piernas estaban prisioneras debajo del cuerpo de Leonella.
Leo: Vas a ser mía quieras o no Yulia Volkova, conmigo nadie se mete, no debiste haberme dejado *** Te dije que ibas a pagarme una por una todos estos desplantes.

Le arrancó el brassier a la morena. Mordía sus senos como animal salvaje haciendo que Yulia se retorciera de dolor debajo de ella. Ésta, trataba de tantear con sus manos sobre la mesa que estaba cerca de la cama. Logró sentir algo sobre sus manos y lo tomó con fuerzas golpeando la cabeza de Leonella y sentir como todo el peso de aquel cuerpo, caía sobre el de ella.

Había logrado calmarla. La lanzó a un lado de la cama y se levantó velozmente. Volvió a intentar abrir la puerta pero no obtuvo ningún resultado. Estaba nerviosa, pensó, pensó. Lo hacía mientras caminaba de un lado a otro por la habitación. Se detuvo al instante al recordar la llave que le había mostrado Leonella.

Comenzó a buscar dentro de los pantalones que llevaba la chica. Buscó en los bolsillos y no encontraba nada. Solo logró dar con su celular. Maldijo en ese instante por haber dejado el suyo en el bolso cuando siempre lo tenía con ella en algún bolsillo de su ropa.
Nada. No encontró nada. Se levantó y buscó encima de la mesa que estaba allí, donde descansaba el cenicero con el cual había golpeado la cabeza de la castaña, tampoco visualizó nada.

Abrió la gaveta del otro mueble, encontrando gran variedad de químicos allí dentro. Sintió como su estómago se revolvió de inmediato al recordar que tal vez en aquel vaso, había vertido ésta, alguna de esas sustancias. Agarró su cabeza y le dolió. Tenía un pequeño hematoma encima al haber sido lanzada con fuerza en la cama. Su respiración comenzaba agitarse. Dónde estarían esas *** llaves? Miraba el cuerpo de Leonella desmayado en la cama y sabía que tenía que apurarse antes de que ésta despertara. Dio la vuelta, rodeando la cama y decidió agacharse a buscar. Tal vez se le habían caído y estarían por alguna parte. Tanteaba y tanteaba, no conseguía nada. Decidió meter su cabeza un poco cuando sintió que fue halada bruscamente por el cabello haciendo que su frente chocara con el filo de la cama. Un hilo de sangre corría por su frente cuando su cabeza fue a parar de nuevo contra la pared. Todo se volvió negro, solo unas piernas delante de ella fue lo último que sus ojos azules alcanzaron a ver antes de cerrarlos.

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