Overlord: "El Supremo"

Capitulo 9: "Los cautivos"

La noche estrellada cayo sobre la superficie de Re-Estize.

Su luna ilumino con fuerza sobre aquellas llanuras extensas y los bosques, provocando que los arboles proyectaran sombras inmensas, capaces de proporcionarle cobertura a cualquier cazador lo suficientemente habilidoso y listo como para usar su entorno a su favor.

Desafortunadamente para los monstruos del bosque, el pueblo al cual se hallaban al acecho hacia un rato ya no parecía ser un lugar viable para atacar. Sus instintos asesinos rápidamente se esfumaron al sentir la presencia de un ser mucho mas peligroso que ellos. Y el miedo se apodero de ellos en el momento en el que vieron de lo que era capaz.

Y entonces, hicieron lo que cualquier animal haría al hallar un depredador mucho mas grande y peligroso que ellos.

Huir.

Sin saber exactamente a donde, ni por cuanto, pero huyeron. Hasta que fueron incapaces de sentir o siquiera ver a aquella criatura inmensa que no hacia mas que asustarlos hasta la medula.

Ahora, varados en un lugar desconocido, los monstruos se vieron atrapados en un bosque que no les era familiar. Peor aun, la mayoría de ellos se habian separado, dejando a su suerte a todos y cada uno de ellos, quienes se valieron de sus sentidos para encontrarse los unos a los otros.

Monstruos colaborando. Nada demasiado extraño, en verdad.

Era bien sabido que algunos tipos de ellos podían trabajar juntos, y hasta formar alianzas o vínculos muy inusuales.

No obstante, la probabilidad de hallar alguna coalición entre razas era muy rara. Sobre todo porque estas criaturas tienen por costumbre el atacar a cualquier cosa que no se parezca a ellas.

A medida que una pequeña familia de ogros se aventuro en el bosque, la tensión y el miedo se hizo presente en cada uno de sus cuerpos.

Caminando sobre un terreno oscuro, a causa de la gran muralla de sombra causada por los altísimos arboles que se hallaban colocados de forma tan uniforme a lo largo y ancho de todo el bosque, la inquietud y la duda de hacia donde se dirigían los carcomía desde dentro.

Había algo observándolos.

Inseguros, estos no pudieron evitar detenerse cada cierta cantidad de pasos para observar sus alrededores.

¿Era acaso algo producto de su imaginación?

¿El miedo hacia el gran ser alado los había vuelto paranoicos?

No, de verdad había algo en el bosque. Lo suficientemente peligroso como para tenerlos en alerta constante.

Los adultos solo alcanzaron a oír el grito de su cría durante una milésima de segundos, antes de darse la vuelta y ver como es que esta desapareció. Confundidos, ambos volvieron a mirar sus alrededores con confusión y nervios.

Un par de ojos azules de pupila rasgada se encendieron detrás de ellos, pero para cuando se dieron cuenta, fue demasiado tarde. Una enorme criatura cuadrúpeda salto a una velocidad que hacia imposible discernir su forma con detalles, solo para ver como es que esta se llevo entre sus fauces a la hembra del grupo y luego desapareció de la vista del macho.

Los gritos de la hembra no duraron mas que otros dos segundos, silenciados tras el ruidoso sonido del hueso partirse y la carne desgarrarse.