Capitulo 11: "Llegada a la ciudad fortaleza"

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El ruido del viento chocar con los arboles de los alrededores lleno el silencio del ambiente. Las hojas cayeron suavemente hacia el suelo con el peso de una pluma, generando una escena cautivadora en mitad del bosque. Los trinos de las aves resonaron en sus oídos con suavidad, acompañando al viento en una hermosa sinfonía natural.

El camino de tierra bajo sus pies, sumamente definido por la frecuencia del paso de carruajes y viajeros marco un contraste con el denso follaje sin tocar a los lados del camino.

Y entre medio de tal escena, dos individuos equipados con armaduras oscuras caminaban con tranquilidad.

Uno de ellos se trataba de un hombre alto e imponente. Llevaba un conjunto completo de piezas de acero negro con una gran capa roja, la cual se deslizo desde sus hombros hasta casi tocar el suelo y tapó la totalidad de su espalda.

Dos espadas relucientes y lujosas y una bolsa de cuero atada con una correa en su cintura era todo con lo que parecía cargar a parte de su vestimenta.

El otro individuo pareció tratarse de nada mas y nada menos que una mujer.

A diferencia del hombre a su lado, ella no era tan alta. Y su cuerpo, contrario a lo que muchos creerían con respecto a su aspecto delgado, demostró ser lo suficientemente fuerte como para llevar una pesada armadura junto a un gran martillo de combate ubicado firmemente en su espalda.

_"¿Señor Ainz?" - Dijo la mujer con una voz dulce y melodiosa, tratando de llamar la atención de su acompañante.

_"¿Que sucede, Albedo?" - El hombre bajo la armadura volteo la mirada en su dirección, inclinando la cabeza con curiosidad.

_"¿Por que nos teletransportamos tan lejos de la ciudad? Cree que haya hechiceros allí capaces de detectar su magia?" -

Ainz poso una de sus manos en su barbilla, como si estuviera pensando.

_"Bueno... En verdad no estoy seguro. Pero considerando que las probabilidades de que haya como no haya... Son iguales, es mejor tomar medidas de precaución. Además, quería caminar un poco. Estar tanto tiempo dentro de Nazarick a veces me resulta... Agobiante" -

_"Oh, ya veo..." -

Ainz la miro de reojo.

_"¿Recuerdas lo que te dije que debías hacer?" -

Darle instrucciones acerca de que cosas debía hacer y cuales debía evitar no fue muy difícil.

Ahora... Ponerlo en practica, eso era otra historia.

Ni bien le menciono de nuevo el hecho de que iba a tener que relacionarse con humanos, Albedo se quedo quieta y no dejo de sonreírle por lo que pareció una eternidad, pero en verdad solo habian sido unos segundos.

La sensación de incomodidad y miedo que sintió tras ver a la mujer quieta como una escultura permanecían grabados en sus recuerdos mas recientes.

¿Cómo era posible que una belleza como ella pudiera dar tanto miedo sin hacer nada?

Y lo mas preocupante...

¿De verdad seria capaz de relacionarse con ellos sin intentar causar un genocidio?

Hasta donde habia podido ver, el odio de Albedo por la humanidad era tal, que era capaz de desobedecerlo y matar a quien fuera que tentara demasiado su suerte y terminara por agotar su paciencia.

No es que la hubiera visto hacerlo hasta ahora, tras su reciente llegada al nuevo mundo, pero esa impresión es la que le habia dado.

Albedo levanto la mirada y comenzó a enumerar las instrucciones que Ainz le habia dado con sus dedos.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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