Era un día nublado, y la atmósfera en la escuela parecía pesada. Tom, aún adaptándose al uso de las muletas, caminaba lentamente por los pasillos. Aunque trataba de disimular su incomodidad, el dolor y las miradas curiosas de algunos compañeros no ayudaban.
Tord estaba ocupado con un grupo de estudiantes que querían saber más sobre su vida en Noruega, lo que dejó a Tom más aislado de lo habitual.
Fue entonces cuando Elizabeth y Lucía aprovecharon la oportunidad. Fingiendo sonrisas amables, lo interceptaron en el pasillo.
—Tom, ¿podemos hablar contigo un momento? —dijo Elizabeth, bloqueando su paso con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
—¿Qué quieren? —preguntó él, ajustando el peso sobre sus muletas y mirándolas con desconfianza.
—Solo queremos ayudarte —dijo Lucía, poniendo una mano en una de las muletas—. Hemos notado que pasas mucho tiempo con Tord...
Tom apretó los dientes y retrocedió ligeramente, alejando su muleta del contacto de Lucía.
—¿Y eso qué?
Elizabeth suspiró teatralmente, inclinándose hacia él como si compartiera un secreto.
—Mira, sabemos que te agrada, pero... ¿no crees que solo está siendo amable contigo? Eres, bueno... diferente.
—¿Diferente? —repitió Tom, sintiendo cómo su pecho se apretaba.
—Ya sabes —continuó Lucía—, él viene de una familia rica, tiene una reputación que cuidar. Probablemente siente lástima por ti.
Las palabras golpearon a Tom como una bofetada. Aunque sabía que no debía creerles, no podía evitar que esas dudas se instalaran en su mente.
—No tienes que sentirte mal por eso —añadió Elizabeth con falsa compasión—. Pero deberías dejarlo ser feliz con gente de su nivel.
Tom no respondió. Simplemente apartó la mirada y se fue lo más rápido que pudo con sus muletas, dejando a las chicas sonriendo satisfechas por lo que creían que era una victoria.
-
Más tarde, en el patio trasero
Tom se sentó en un rincón apartado, descansando sus muletas a un lado mientras trataba de calmar su mente. Las palabras de Elizabeth y Lucía resonaban en su cabeza, mezclándose con los ecos de otras burlas que había soportado antes.
No se dio cuenta de que Tord lo estaba buscando. Cuando finalmente lo encontró, el noruego se acercó con el ceño fruncido.
—¿Tom? ¿Qué haces aquí solo? —preguntó, inclinándose hacia él.
Tom se limpió rápidamente las mejillas, evitando mirarlo.
—Nada. Solo quería estar solo.
—Bullshit [mentira] —respondió Tord, sentándose a su lado y mirando las muletas—. ¿Al menos estás bien?
Tom asintió, aunque su expresión lo traicionaba.
—Sí. Estoy bien.
—No parece que lo estés —insistió Tord, cruzando los brazos—. ¿Quién te hizo esto?
Tom negó con la cabeza, aún sin mirarlo.
—No importa.
Tord suspiró, pero no se movió.
—Det betyr noe for meg [Sí importa para mí].
Tom finalmente lo miró, sorprendido por las palabras en noruego, aunque evidentemente no entendió nada. Su labio tembló y, antes de poder contenerse, las lágrimas comenzaron a caer.
—¿Por qué te importa? Ellas tienen razón... no soy como tú. No debería estar cerca de ti.
Tord frunció el ceño, acercándose más.
—Tom, esas chicas son idiotas. Ellas no saben nada de ti, y mucho menos de mí. Si tú no fueras importante para mí, ¿por qué estaría aquí ahora?
Tom no supo qué decir. Las lágrimas seguían cayendo, y Tord lo miraba con una seriedad que hacía imposible dudar de sus palabras.
El noruego finalmente sonrió levemente y levantó una de las muletas del suelo.
—Por lo menos, si vamos a hablar de cosas importantes, hazlo con dignidad. Vamos a caminar un poco.
Tom dejó escapar una leve risa entre lágrimas.
—¿Caminar? ¿Así como estoy?
—No tienes opción, kompisen [amigo] —dijo Tord, poniéndose de pie y extendiéndole una mano.
Tom tomó su mano y, con algo de dificultad, se levantó. Aunque las muletas lo ayudaban, el apoyo de Tord era lo que realmente lo hacía avanzar
Vamos a seguir ampliando la relación entre estos dos
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In Another School | TordTom
Fiksi PenggemarTord Larsson, nacido en cuna de oro, proviniente de Noruega. La familia Larsson era reconocida por tener poder y riquezas por todo el mundo, por lo que tener buena reputación es importante. Tord era considerado hegemónico. Desafortunadamente el noru...