Baile

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 Levi se encontraba en su suite, un lujoso apartamento en el centro de la ciudad. Estaba vestido con un traje negro impecable, pero su rostro reflejaba su desgana.

Levi era un hombre reservado y solitario. No le gustaban las fiestas ni los eventos sociales. Para él, eran una pérdida de tiempo y una oportunidad para que la gente se mostrara hipócrita. Sin embargo, esta vez tenía que asistir a la fiesta. Era una obligación de su trabajo. La fiesta era supuestamente de caridad, pero Levi sospechaba que era solo una excusa para que la gente se divirtiera.

Levi terminó de arreglarse y tomó el casco de su motocicleta. Salió de su suite y se dirigió a la fiesta.

Mientras conducía, Levi reflexionó sobre su aversión a las fiestas sociales. No entendía por qué la gente disfrutaba de esas reuniones. Para él, eran solo una forma de fingir que se preocupaban por los demás.

Cuando llegó a la fiesta, Levi se sintió aún más desanimado. La sala estaba llena de gente hablando y riendo. Levi se dirigió a la barra y pidió una bebida.

Se quedó parado en la barra, observando a la gente. Todos parecían estar disfrutando de la fiesta. Levi se sintió aún más fuera de lugar.

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Hange estaba frente al espejo mientras Rico la peinaba. 

-Deberías dejar tu cabello suelto esta noche, eres hermosa. Deberías aprovechar tus encantos con Moblit.- Ella negó, comentando que solo eran compañeros, amigos, y que no tenía ningún interés romántico por él

Rico le colocó maquillaje y luego le mostró varios vestidos que había seleccionado para ella. -El rojo o el morado son muy lindos, y seguro los colores te quedan bien.

Hange miró ambos y negó. No le gustaba usar vestido, era incómodo. Al final decidió por el morado.

Vaya, tus pechos se ven bien.- Comentó Rico. -Y tu trasero igual. Todos se van a desmayar.-

Sonó el celular de Hange "Hange no podré ir, estoy enfermo, lo siento mucho, espero no se moleste. Moblit"

-AHHHHH MOBLIT NO IRÁ, ENTONCES NO IRÉ, PUEDO DECIR QUE ESTOY ENFERMA 

-Debes ir, te peine y estoy en casa por ayudarte, así que nada de no ir señorita.

No le quedo otra opción que ir, vino un transporte por ella, empezando a llevarla a la fiesta, entro en el gran salón viendo todo. Lucía hermoso, camino con cuidado por los tacones que llevaba, su cabello suelto con unos ligeros rizos, las gafas se las dejo a pesar de la insistencia de su amiga de usar lentes de contacto. Miro a su alrededor hasta que sintió la mano de Erwin sobre ella

-¡Hange, luces hermosa!

Sonrojada se encogió de hombros mirando al rubio -Gracias, tu luces bien, me gusta tu corbata- era muy mala para dar halagos

Erwin la acompaño hasta la mesa, habían distintos pasabocas, probaron algunos y charlaron sobre los experimentos de ella, sobre los sabroso que estaban los bocadillos, hasta del clima, el rubio era un buen comandante y además ayuda a que ella se relajara.

-Sabes Levi estaba aquí, tampoco le gustan las fiestas, así que fue a la barra por algo de beber, si quieres vamos, así estamos los tres juntos.

Levi estaba tomando un cóctel en la barra de la fiesta, cuando vio cómo se acercaba Erwin con una castaña muy bonita. Pero cuando la vio bien, no podía creer que se tratara de la cuatro ojos de Hange. Lucía hermosa con ese vestido morado. Además, llevaba el cabello suelto, ondulado y cayendo sobre sus hombros. Bebió un poco más y, al ver que se acercaban, se levantó del asiento saludando y tratando de halagar a Hange con algo de torpeza. Erwin lo saludo primero, pero se desvió dejándolo solos al ver que un general lo llamaba.

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