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Ana - hola familia -sonrió alegre e invito a pasar a victoria quien siguió-

Alejandro - ay ya llegaste, que gusto, ya teníamos hambre -sonrió y ella le devolvió la sonrisa- buenas noches victoria -miro a la chica y también le sonrió-

Ana - familia, ella cenará con nosotros está noche, por lo que necesito que pongan un plato más, por favor -anunció viendo cómo dolores ponía otro plato después de lo dicho-

Camilo - traeré otra silla -y se fue al patio por otra-

Isabella - yo iré sirviendo la comida, tomen asiento por favor -sonrió y se retiró del comedor-

Luisa - te ayudo -la siguió-

El resto de la familia fue llegando al comedor, más que todo los más pequeños en la familia ya que estaban jugando entre ellos en el patio,siendo avisados de la cena por Camilo. Cuando llegaron todos, se sentaron en sus puestos e Isabella y Luisa llegaron con la comida.

Empezaron a servir en los platos las porciones y el jugo en los vasos, después de eso dejaron las ollas en la cocina y se sentaron a comer aunque, faltaba alguien...

Ana - Dolores, ¿Sabes donde está la abuela? -le preguntó antes de agarrar su cubierto y comer-

Dolores - está en su habitación Ana -  respondió con su voz suave y serena-

Ana - ¿Hay una razón por la que no baje a comer? -la miro esperando respuesta-

Dolores - no... No escucho nada -dijo mirandola con una pequeña sonrisa indicandole que todo estaría bien, a veces ella no podía oír las cosas a su alrededor y a veces resultaba ser algo malo, pero este no era el caso-

Ana - -le devolvió la sonrisa de la misma forma- bien -se volteo a mirar a su hija que estaba al lado izquierdo de ella- Cataleya, ¿Podrías ir y avisarle a la abuela que baje a cenar?

Cataleya - voy -se paró y fue caminando a las escaleras-

En el proceso los demás empezaron a charlar entre ellos antes de iniciar la cena, hacían chismes, hablaban de su día o simplemente recordaban cosas y las contaban, cuando eran pequeños y de pequeñas travesuras que jamás se enteraron sus padres, los más pequeños que no superaban los 20 escuchaban atentamente mirandose de vez en cuando entre ellos como cómplices, hicieron sentir a Victoria como parte de su familia, preguntándole diferentes cosas, como situaciones o anécdotas que pudiera tener para hacerla sentir aún más cómoda de lo que estaba.

Era un ambiente bastante cómodo, lleno de sonrisas y recuerdos que claramente no iban a salir de sus mentes fácilmente. Pero así como ese momento llegó, se esfumó...

Rápidamente llegó Cataleya corriendo por las escaleras llamando a su madre "¡mamá!".  Todos al escuchar ese grito borraron la sonrisa que tenían y se presentaron por ellos, Ana fue la primera en levantarse al escuchar el grito de su hija llamándola, seguido de ella fue Alejandro y poco a poco todos estaban de pie, esperando que llegara para ver qué había pasado.

Al llegar la muchacha Ana se alarmo al verla con el cachete ligeramente rojo y tocándoselo por el ardor, corrió hacia ella y la examinó de pies a cabeza y noto que tenía rojas las piernas y brazos con pequeños rasguños, al ver el estado de su hija Alejandro fue hacia su hija y esposa examinando la también y abrazándola en el proceso

Ana - ¿¡Qué te pasó?! -le preguntó algo exaltada-

Cata - ¡La abuela mamá! ¡Se volvió loca! -respondió ella- cuando llegue le dije que bajara a comer, me respondió que no quería y yo le pregunté el por qué -la chica estaba agitada asi que tomo un suspiro para calmarse- me dijo que simplemente no quería y que me fuera, le dije que había una chica de visita -volvió a suspirar más calmada - ¡ella se dió la vuelta y me pegó una cachetada, después me agarró de los brazos y me azotó contra la puerta...! -decia mientras sus ojos se cristalizaban de a poco- ¡yo me quise safar pero no pude de lo fuerte que me tenía y por eso los rasguños, después la empuje y se cayó y justo cuando abrí la puerta me agarró de las piernas, yo la patee y luego simplemente corrí hasta aquí! -agora estaba sollozando- ¿Hice mal en pegarle mami? -dijo sin mirarla con las manos cubriéndole la cara-

• Dolor de alma •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora