Campione Di Magnolia.

Capítulo 2. Vol 2: Nichijō.

Parte 1

Los primeros rayos del sol, iluminaban el interior de un templo Shinto. Alrededor de los jardines de Kyu Shiba Rikyu, cerca de la torre de Tokio, y rodeado de restaurantes, escuelas, edificios de teledifusión y una embajada. Este era solamente uno de los muchos templos y santuarios de la zona.

Si uno se adentraba por uno de los caminos a un costado de la carretera, podría terminar en este santuario.

Un laberintico y sinuoso camino adentrándose en un frondoso entorno natural.

Siguiendo este camino en cuestión y luego de subir los 200 escalones al final del camino, podía terminar por adentrarse en el "Nanao Jinja".

A pesar de no ser una reserva natural, el bosque que rodeaba al templo, le daba una sensación de calma que cualquiera podría disfrutar.

Las estatuas y el aspecto particular que rodeaba a el santuario que se alzaba en el centro, era distintivo de esta clase de templos. Un diseño clásico, pero no por ello menos encantador.

Este era al final el paisaje que llenaba los ojos de Godou, a pesar de haber corrido cuesta arriba por esas empinadas escaleras, la paz del templo ayudaba a que recuperara sus energías.

Con la mirada buscaba la cabaña que se erguía a un costado del santuario, tan temprano en la mañana, probablemente la persona que vino a buscar estaría dentro, terminando de cambiarse.

Al visualizar dicha cabaña, la cual acompañaba perfectamente la arquitectura y estítica del templo, el joven decidió tomar asiento en uno de los bancos de piedra al costado del camino.

Sin más, el hambre comenzó a atacarlo, rápidamente metió su mano en la mochila y retiró un pequeño estuche donde guardaba su almuerzo.

Su almuerzo o mejor dicho desayuno, era karaage acompañado con un puñado de arroz mezclado con un ligero surtido de verduras. Dicen que la comida debe tener verde y rojo siempre.

Esta vez su hermano menor apenas se había esforzado en su desayuno, es decir siempre creaba platillos muy diversos, sin embargo, esta vez fue por el camino más rápido.

No podía culparlo, después de todo, últimamente no paraba de viajar de aquí para allá, pasar de estar la mayor parte del tiempo encerrado en casa, a vagar por fuera del país, debía ser un cambio agotador.

Pero con todo y eso, la calidad de su comida era sublime, podía ser poco original, mas estaba perfectamente preparado. Por supuesto que no existía nada mejor para desayunar, antes de comenzar a entrenar.

Fue un interesante calentamiento, el tener que correr desde la carretera hasta este templo, a pesar de entender la necesidad religiosa de tener contacto amplio con la naturaleza. En el fondo preferiría que estos lugares fueran más céntricos.

Riéndose solo, producto de sus propias ocurrencias, Godou seguía esperando por la persona que vino a buscar.

"Buen día Godou-San, ¿puedo ayudarlo?".

Mirando en la dirección de la persona que había hablado con él. Godou quedó cautivado, el viento movía ligeramente su cabello, de un color marrón más que negro, una cosa bastante particular, viniendo de una chica 100% japonesa.

Vestía una kosode bajo un furisode, también una hakama de un curioso color verde esmeralda.

La vestimenta típica de las sacerdotisas de este estilo de templos. Sus ojos marrones combinaban perfectamente con su cabello y adorable rostro.