Capitulo 10

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Kokonoi Hajime

Salgo de la habitación cuando el reloj marca las 12 de la noche y Seishu aún no llega al departamento. Inspecciono cada esquina de la sala y cocina para después notar que su olor se desvanece.

No ha llegado en todo el día.

¿Dónde se abra metido?

La reunión debió acabar hace cuatro horas.

Gruño al considerar que esta en el taller con Shinishiro. 

¿Debería ir a buscarlo?

Me rebusco al imaginar que ya está intentando ligar a Shin.

Mágicamente tendrás una deuda millonaria en el banco si tocas a Seishu.

Me tiro en el sofá y abrazo el cojín, hundiendo la nariz. Me estremezco sintiéndome sobre una nube cuando el aroma de Seishu se apodera de mis fosas nasales.

Omega...

Es triste pensar que Seishu se entregué a un Alfa que no lo sepa apreciar, que no sabe como cuidarlo y desconoce sus comidas favoritas.

Yo puedo cuidarte, puedo peinarte por las mañanas, prepararte el desayuno y la cena. Y que me regañes porque desperdició mi dinero. Pero yo estoy feliz de gastar mi dinero en ti. Te pondré una casa, grande para que nuestros hijos tengan suficiente espacio para jugar y tu y yo tengamos privacidad. 

Date cuenta que estamos hechos él uno para él otro.

Suspiro, al recordar que es un sueño imposible. Hace tan solo un mes podría jurar que te gustaba, sabes como hacerme feliz, solo existes y ya, pero ahora... solo sabes romper mi corazón. 

Se abre la puerta del departamento y un olor a decepción y tristeza me hace despertar de mi paraíso perfecto.

Corro hacia la puerta y paro en seco cuando veo pequeñas lágrimas empañar sus ojos.

— seishu...

Me mira, avergonzado y después baja la cabeza. Me llama la atención el broche que sostiene su cabello, es lindo. Sin embargo, no es algo que suele usar.

Me acerco a él y lo abrazo, con una mano acaricio su cabello y con la otra sujeto su espalda.

Arrugo la nariz cuando su aroma se intensifica, huele a decepción... tristeza y vergüenza.

No me gusta ese olor. 

— cuéntame, ¿Qué paso? — acaricio su cabello, su cara se esconde en mi cuello y sus brazos pasan a mi espalda. 

Tal vez sea mayor que yo, pero aún está pequeño y necesita que lo cuiden. Puede parecer un perro rabioso cuando lo hacen enojar, incluso desinteresado. Pero siempre está atento a todo, y no teme abrirse a las personas que confía. 

¿Entonces por qué no quiere contarme?

— Sei... — me duele escucharlo llorar. — Seishu... — pido, acariciando su espalda con delicadeza. — cuéntame que paso... — beso su cabeza sobre el cabello y retiro el broche.  — ¿por qué te pusiste esto?

Se separa de mi y con su antebrazo limpia sus mejillas. Acerco mi mano para ayudarle y mi curiosidad crece entre más tarda en responder. Muero por saber porque se vistió de esa manera.

Espera

¿fue por Shinishiro?

— quería verme más... atractivo — Baja la mirada en lo último, avergonzado.

Condenados al amor|| OMEGAVERSE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora