GIGOLÓ

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En el espejo había una nota pegada.

"Salí a comprar, dúchate hueles a mí"

Rio mientras llevaba esa nota a su boca, recordando lo que había ocurrido durante la noche.
Casi no durmieron y efectivamente todo ahí olía al chico americano.
Tenía el cuerpo adolorido, estaba cansado pero feliz de tanto amor y de que su historia con Cohen se repitiera.

Tomó una ducha breve para esperar a Oliver bien vestido y perfumado, podía llegar en cualquier minuto y quería verse perfecto. Se sentó en el sofá y comenzó a ver la TV en una pose donde se viera atractivo apenas el mayor abriera la puerta.

******

Debió esperar una hora hasta que Oliver llegó, entre el sueño y la TV ya se había dormido.
Lo despertó el ruido en la cochera, para luego ver entrar a su atractivo profesor con una expresión extraña en su rostro, la misma expresión de cuando lo vio por última vez en Italia.

El rubio no reparó en la presencia de Elio, sus ojos no se fijaron en el a pesar de estar frente a la puerta cuidadosamente arreglado. Dejó las compras en la mesa y comenzó a desempacar cuidadosamente.

- ¿Tienes mucha hambre? Ya traje el desayuno...aunque no había café Italiano-

-Buen día Oliver, como amaneciste-

Dijo el invitado, con la intención de mostrar a su querido lo descortés que era con él a pesar de la apasionada noche juntos. Quizás hasta un gigoló era más amoroso al amanecer.

Oliver lo notó y se acercó para besar suavemente sus labios.

-Perdón vida, tengo muchas cosas en mi cabeza y prácticamente no dormí, entiendo que tú tampoco. ¿Cómo amaneces? -

-Bien, a pesar de despertar solo. Aunque en Italia lo hacías-

-Elio, de verdad, lo siento... Fui por el desayuno, no acostumbro a cocinar el fin de semana-

El menor lo abrazó por la espalda mientras desempacaba unos pancakes y café, que olían deliciosos.

-Te traje un desayuno auténtico americano, espero que lo disfrutes. Por favor toma asiento-

-Oliver, A veces pienso que me gusta mucho lo americano-

Dijo riendo de forma coqueta mientras se sentaba; sin embargo, el mayor no dijo nada como si no hubiese escuchado.

Elio no entendía su actuar. ¿Acaso era de esos chicos que después del sexo se volvían fríos? ¿Realmente lo recordaba con amor o solo era un asunto carnal?

- ¿Te ocurre algo? Me siento ignorando desde que llegaste, actúas muy diferente a anoche-

Oliver lo miró con angustia. Guardaba un secreto para protegerlo, pero no contarle era injusto.

-Elio, a veces el resto tiene problemas-

-Lo sé, no me trates como un niño tampoco, dejé de serlo hace tiempo-

Oliver tomó su mano, acariciado sus finos dedos de pianista.

-Por favor, no discutamos por nada. Es solo que me ocurrió algo desagradable en la tienda. No quería decirlo porque estábamos demasiado bien, pero creo que será mejor que lo sepas-

El chico se asustó al ver el rostro de su amado angustiado y cansado.

-Elio, te dije que este es un pueblo universitario pequeño, que relacionarnos podía ser complejo...-

El estudiante sintió que lo estaban cortando, que prácticamente había sido usado y sería desechado con esa excusa. Sin embargo, no soltó la mano de Oliver y lo miró con atención.

-Vida, una persona de la universidad con muy malas intenciones te vio entrar aquí anoche-

*Gracias por sus votos y comentarios, espero que les guste como va la historia. ¿Qué creen que pasará?*

Llámame por la noche +18 (ElioxOliver)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora