AMBER

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Esa misma mañana...

Oliver abrió sus ojos, viendo como su amado dormía profundamente en la cama.
Cubrió su cuerpo desnudo ya que se sentía algo de frío, sentía el deber de protegerlo y cuidar de él a contar de ahora.

-Agradezco que volvamos a encontrarnos, Elio...-

Susurró pensando en el tiempo que perdió en Italia cuando ninguno de los dos se atrevía a confesar cuanto amaba al otro.
Se sentó en la cama agotado. Necesitaba el doble de tiempo libre ese fin de semana para descansar de lo que fue aquella noche junto a Elio.
Se duchó con prisa, debía ser buen anfitrión y amante. Pasar la noche con su chico no estaba en los planes precisamente. No tenía nada para desayunar.

Se vistió, no sin antes dejar una nota graciosa para Elio y una toalla.

Los Perlman lo habían acogido muy amablemente en Italia, recordaba a la familia con mucho cariño. Para compensar con el mismo trato a su amado compraría un desayuno típico americano en "Pancake Square".

Fue hasta su auto y salió esperando no dejar solo a su hombre por mucho tiempo, ya le había hecho cosas así en Italia y estaba arrepentido de priorizar sus partidas de póker a un amor que tenía tiempo límite.
Llegó a la tienda, ¿sería muy cursi un pancake con forma de corazón?
Decidía que compraría cuando una voz nasal desagradablemente familiar lo saludó.

-Profesor Cohen buen día-

-Ah... esto... hola, Amber-

Amber trabajaba en la secretaría de la facultad de arte. Era escultora y alguna vez hizo talleres, pero su real ambición siempre fue hacer clases teóricas; puesto al que postuló, pero rectoría prefirió a Oliver considerando su alto nivel de conocimientos.
Debido a esto, suele ser irónica o pasivo-agresiva con él.
Si había alguien a quién no quería ver esa mañana, era a ella.

-Si, se que te alegra verme. Supongo que llevas desayuno para dos-

Mierda, ¿acaso los había visto?, prefirió ignorarla.

-Quizás Amber, jamás me falta compañía ... debe ser triste estar tan solo-

-No tan triste como acostarse con chicos de la facultad, o hacer clases particulares a uno un viernes por la noche-

Dijo seriamente mientras efectivamente, se llevaba un café y una medialuna-

-No sabía que debía dar explicaciones sobre lo que hago en mi casa-

Dijo Oliver ya imposibilitado de ocultar su molestia y tirar ese café a la cara de Amber.

-Descuida, solo vi una silueta delgada, no sé quién sea, pero profesor no era.
Ninguno luce tan joven.
En cuanto a explicaciones, no me debes ninguna somos colegas. Solo cuida de que no llegue el chisme a la rectoría, donde soy secretaria-

Dijo arqueando una ceja y moviendo su melena rubia.

-Maldita...-

Susurró Oliver, tratando de ignorar su rabia y preocupación. Fue a dar una vuelta al parque de la facultad, necesitaba dejar esa rabia y pensar que haría con Elio. No quería dejarlo, pero tampoco exponerlo de esa forma. El odiado era el, no su chico ... no podía sufrir las consecuencias ni el quedar sin trabajo.
Luego de un largo rato volvió y compró desayuno para ambos.

Volvió a su auto guardando cuidadosamente la compra.Condujo ese corto trayecto pensando que haría con Elio, como cuidarlo de esabruja y los rumores de pasillo de la facultad. Por nada del mundo lo dejaría,prefería luchar contra cualquier adversidad esta vez. Ya había sido un cobarde,ya no más.

Entró a casa... solo pensaba

"Ya no más, no seré un cobarde esta vez"

Notó que Elio ya había despertado.

- ¿Tienes mucha hambre, ya traje el desayuno? ... Aunque no había café italiano-

"No seré un cobarde esta vez, esta vez te protegeré Elio"

Llámame por la noche +18 (ElioxOliver)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora