ALUMNO

208 13 0
                                    

-Me pides algo imposible Oliver, no puedo verte como mi "Profesor Cohen", sobre todo después de todo lo que hicimos anoche-

Sonrió coqueto al americano, quien hablaba muy en serio. Debían contenerse y no dar ninguna señal de su relación.

-Elio, de verdad. Como profesor no podré hablar tanto contigo, tocarte, ir a tu cuarto. Aunque me gustaría-

Se besaron apasionadamente, mientras Oliver tocaba el trasero de su alumno Perlman.

-Si no te contienes, llámame por la noche. Hay teléfonos de uso público más ocultos que nadie usa, te diré cuales-

¿Tendremos sexo telefónico señor Cohen?

-No, eso no es posible... En realidad, sí, pero no te quiero haciendo un espectáculo y hacerlo acá es mucho más divertido-

Volvió a besar con pasión y mucha lengua a Elio, lo que aumentó más la erección que tenía desde que comentó la imposibilidad de ir a verlo a su cuarto en la facultad. Necesitaba volver a ser saciado.

Oliver tocó la entrepierna de Perlman, notando que también estaba muy estimulado. Esta vez tenía una nueva fantasía; tener sexo como una relación profesor-alumno.

Lo desvistió rápido notando las marcas que había de la noche anterior... Esto lo excitaba aún más. Miraba el cuerpo de Elio mientras esta vez él se quitaba la ropa.

Tomó a su alumno y lo llevó hasta el sofá no sin antes sacar un lubricante de las bolsas de las compras, ya que no tan solo había ido por el desayuno en su escapada matutina.

Se sentó tomando a Elio por la cintura, quedando montado en su cadera.

Puso lubricante en dos de sus dedos para introducirlos en la entrada de su amante, mientras continuaba besando cada espacio de su torso.

El joven gemía suavemente y se movía extasiado por la caricia de Oliver. Comenzó a retribuir masturbándolo enérgicamente.

-Ne... Necesito que, entre usted, profesor-

El americano sacó sus dedos para penetrar suavemente a Elio, quien comenzó a cabalgar en medio de jadeos y gemidos. Había entendido su fantasía, hacer algo prohibido se volvía interesante y muy caliente.

Oliver intentaba no ceder a los encantos de Elio y extender ese éxtasis el mayor tiempo posible, pero era difícil; la piel del joven era perfecta, solo interrumpida por rastros de la noche anterior como si fuese su ganado ya marcado, además era tan estrecho que siempre lo sentía como un virgen.

Elio se detuvo y juntó su frente con la de Oliver.

-Seré tu alumno y todo lo que tú quieras... -

Se calmaron para dar paso a un caluroso beso.

-Eres tanto para mi Elio-

Se movió dejando al joven bajo su cuerpo, para continuar amándose con cada centímetro de su cuerpo.

-Elio... -

Comenzó a llamar a Oliver por su propio hombre, evocando la primera vez que sus cuerpos se encontraron.

-Oliver... -

Respondió el contrario sonriendo, mientras ambos estaban al borde de llegar a su clímax.

-Mas rápido... Voy a... -

El americano cedió al deseo de su toy boy, afirmando su cintura con fuerza para embestirlo con rapidez hasta acabar juntos.

Quedaron inmóviles por unos minutos hasta que Oliver se sentó agotado en el sofá sin hablar.

- ¿En serio crees poder aguantar una semana sin esto? -

Dijo Elio recostándose en sus piernas como un gato consentido.

-No se trata de poder Elio, debo controlarme.

créeme que lo haría todos los días-

Acarició su cabello mientras el menor tomaba una de sus manos entrelazando los dedos.

- ¿Todos los días? No soy un muñeco inflable-

Se sentó en las piernas de Oliver abrazando su cuello y mirándolo fijamente.

Quiero que me muestres esta ciudad como lo hice contigo en Italia, vámonos lejos de aquí mañana, si quieres y puedes. Quizás nos sentiremos más libres y felices.

-Lo que tú quieras, mañana te llevo a conocer la ciudad. Amarás la comida rápida y los museos-

Elio se mostró feliz con el panorama.

Pero su ansiedad por conocer américa necesitaba algo más para ser saciada.

-Emm Oliver, ¿cerca de la ciudad hay moteles de paso como en las películas? -

Llámame por la noche +18 (ElioxOliver)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora