Capitulo III: Acá no.

2.4K 126 90
                                    

-Santiago.. no.

-¿No qué? ¿Qué pasa? -Pregunta él, con una sonrisa atrevida.

-Para de hacer eso.. nos pueden ver, acá no -Le digo algo preocupada, mientras el sigue toqueteando mi pierna por sobre la tela de mi vestido.

-¿Hacer que? No estoy haciendo nada malo, estoy cenando con mi mujer nada más.

Rápidamente aparte la mirada, tratando de alejar cualquier pensamiento impuro que apareciera por mi mente, por que yo no me olvido que el sigue siendo mi jefe, y yo simplemente su secretaria.

-¿Y? ¿Mucho trabajo esta semana? -Pregunté, tratando de alivianar la tensión en el ambiente.

Él asintió con la cabeza, a la vez que miraba la carta del restaurante.

-La verdad que sí, más de lo que me gustaría admitir -Bromea- Todos los días hay reunión de gabinete, pero igualmente no es nada de lo que no sepas.

Solté una leve risa mientras que Santiago me pasaba la carta.

-Yo ya se que me voy a pedir, fíjate vos ahora. El precio no importa.

-¿Seguro? -Pregunte dudosa.

Él murmuró un "obvio" mientras sacaba su teléfono del bolsillo y lo usaba, aparentemente estaba hablando por WhatsApp con alguien.

Miraba atentamente la carta, la verdad que quería comerme todo pero al final terminé optando por una ensalada César con carne asada y salsa tártara.
Cuando ambos estuvimos listos para ordenar, llamamos al mozo y el mismo anoto nuestros pedidos, "mi marido" se había pedido unos ravioles de verdura con salsa.

-Hace mucho no hablábamos.. -Él asesor de Milei arranca a decir- Yo te quería pedir perdón por todo lo que pasó cuando eramos más jóvenes, me zarpé pero fue todo por qué mi ex mujer me llenaba la cabeza.. y nunca encontré el momento indicado para pedirte perdón, ¿Me perdonas, _______?

Dijo, y luego entrelazo su mano con la mía, un acto total de ternura. Sus ojos brillaban con total arrepentimiento y mi corazón no pudo evitar suavizarse ante tal imagen, tengo que admitirlo y la verdad es que seguía un poco resentida.. pero lo hecho hecho esta.
Acaricie su mano con ternura.

-No te preocupes, pasado pisado dicen, ¿No? -Lo tranquilicé, y el automáticamente empezó a sonreír como un nene chiquito. Es hermoso, por dios.

Cuando nuestra cena llegó estuvimos hablando un largo rato y disfrutando de la compañía del otro, haciéndonos preguntas para conocernos más ya que hace mucho tiempo no hablábamos.

-¿Y? ¿Cuantos años tenias vos? -Interrogue.

-Treinta y ocho -Contesta mientras se limpia la boca con su servilleta.

Abri los ojos en estado de shock, asombrada ante su respuesta.¿Cómo? Si parece mucho más chico..

-¿Vos cuantos tenes?

Pregunto, sacándome de mi nube de pensamientos.

-Veintidós -Susurré.

-Yo no tengo problema, ¿vos si? Parecías bastante sorprendida cuando te dije mi edad -Bromeó Santiago.

-No no, yo tampoco tengo problema -Conteste sonriendo- Pasa que me sorprendí un poco por que pareces mucho más chico.

-Me lo dicen siempre -El rié- Pero no, hasta hijos tengo.

-¿Enserió? -Pregunte divertida- Les cagaste el sueño a las locas de Twitter que querían hacerte papá.

Él río junto a mí, hasta que pasaron dos horas en las cuales tuvimos ya que volver a mi casa.
Mientras íbamos en su auto, decidí poner música para que el viaje sea más divertido, fue entonces cuando "Dress" de Taylor Swift empezó a sonar. Mire disimuladamente a Santiago, esperando que entienda la indirecta pero, ¿Quiero que lo haga?

-¿Escuchas Teilor Suift? -Pregunto riendo- Sos re básica.

-Es "Taylor Swift", no "Teilor Suift" -Corregí- Vos seguro escuchas soda stereo y todo eso, estas peor que yo.

Él estaba por responder, hasta que mi teléfono comenzó a sonar.

Número privado de vuelta. Decidí atender por que me ganó la ansiedad de saber quien era.

-¿Hola?

-Te dije que mires bien donde te metas y no me hiciste caso -Dijo la voz al otro lado del telefono- Te estoy vigilando, ¡Aléjate de él, pendeja!

-¿Vos quien te crees que sos para amenaza-

Iba a seguir contestando, pero de repente Santiago me arrebato el teléfono de las manos sin decir una palabra.

-¿Qué le andas diciendo a mi mujer vos? -Pregunto él, con un tono amenazante y su voz grave.

-Ah, así que ahora cualquier conchita que te cruzas es tu mujer, ¿No te acordas de mi, Caputo?

-¿¡Catalina!?

"Falso Amor" - Santiago Caputo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora