Capitulo IV: Catalina.

2.4K 138 132
                                    

-¿¡Catalina!?

¿Qué? ¿Santiago conoce a esta persona que me estuvo llamando? ¿Quién es Catalina? ¿De dónde se conocían?

Miles de dudas comenzaron a surgir en mi mente, enloqueciendo.
Fruncí el ceño al mismo tiempo que veía como Santiago cortaba la llamada y desbloqueaba mi telefono, bloqueando a ese número privado.

-¿La conoces? -Pregunte, dudosa.

-No te importa, ademas no me gusta hablar de eso. Ya te bloquee el número para que no te joda más.

Arruge las cejas mirándolo mientras manejaba con sus manos apretadas al volante. ¿Puede ser más sexy este hombre?

-Te pregunto por que me estuvo llamando varias veces amenazandome, como si no fuera a importarme -Retruque- También me incumbe a mi tu 'temita'.

Él chasquea su lengua.

-A ver, ______, no seas tan metida. Sos mi secretaria nada más, no tengo por qué contarte todo, no te comas el cuentito de que sos mi esposa por que vos y yo sabemos que no lo sos.

Decidí quedarme callada mientras tragaba saliva con dificultad, ¿Quién se creía él que era para tratarme de tal forma?
Robe mi teléfono de sus manos mientras lo apagaba y bajaba la música de la radio del auto.

Una vez que llegamos a mi casa, Santiago quiso despedirse de mi con un beso en el cachete, pero yo le corrí la cara.
Igualmente no puedo negar lo mucho que me calentaba verlo de traje, y encima serio.

Cerré la puerta del auto y busque las llaves de mi casa en mi cartera, mire disimuladamente de reojo hacia atrás y vi que su auto aún no se había ido.

Una vez que encontré mis llaves y abrí la puerta, note como puso el auto en marcha y se fue. Que caballero.

Estaba cansadisima, así que apenas llegue a mi cuarto tire mi cartera a la cama, me senté en mi sillón para sacarme los tacos y me fui al baño para limpiarme todos los restos de maquillaje.
Cuando termine, le mande un mensaje a Euge y al ver que no le llegaba le mande otro a Iñaki.

Me encontraba esperando que contesten, cuando de pronto el cansancio me ganó y decidí irme a dormir. Me saqué el vestido y me puse el pijama de seda, que estaba usando antes que Santiago llegara como un maníaco a casa, luego prendí la televisión y puse el modo 'sleep'.

Mientras cambiaba de canal buscando algo para ver pensaba en lo idiota que se había comportado Santiago hace un rato, su tono de voz violento y maleducado, el hecho de robarme el teléfono de las manos, tratarme como si no fuera nada.

Tal vez lo había idealizado mucho.

[...]
Dos semanas después.

-¿Por qué no me habías contado antes, _______? -Iñaki dice sorprendido- No sabía que te estabas cogiendo a Sant-

Mientras caminabamos por los pasillos de la casa rosada rumbo al despacho de Santiago, le tape la boca con mis manos para que nadie escuchara.

-¡Iñaki! Te van a escuchar boludo, baja la voz -Demandé algo avergonzada- Además no cogemos, soy la 'esposa'.

Dije, y le mostré un anillo bañado en oro en dedo anular de la mano izquierda.

-Ah, se lo tomo muy enserió se ve -Rie el rubio mientras ve el anillo- Pero si hace dos semanas no hablan.. ¿Qué pasó, familia disfuncional?

Negué con la cabeza.

-Después te cuento, ¿Dale? Ahora tengo que ir a trabajar.

Dicho esto entre a la oficina de mi jefe, y me parecio raro no encontrarlo allí sentado en su escritorio, o estresado por la cantidad de propuestas laborales que recibe todo el tiempo por teléfono.

Siempre fue un hombre ocupado.

Aproveche mi tiempo para acomodar unos papeles que encontré en la mesa, cuando de repente escuché como la puerta detrás de mí se cerraba con fuerza.
Al notar una presencia detrás mío me di la vuelta.

Era Santiago.

Nuestras miradas se cruzaron y traté de escapar rápidamente ya que no quería hablar con él después de lo mal que me había tratado.

-¿Qué pasa? ¿Por qué me ignoras? -Preguntó mientras me tomaba de la cintura.

-Ya sabrás, ¿No, Santiago? -Conteste desafiante, tratando de zafar de su agarre posesivo.

Termine contra la pared, él con una mano por sobre mi hombro y la otra en mi cintura.

-Dale amor, contame que te pasa..

-¿No era que yo era solo tu secretaria? ¿Qué el jueguito de la esposa lo guardará para las cámaras? -Retruque.

-Si queres lo podemos pasar a la cama ese jueguito también -Respondió mirándome con sus ojos seductores.

Trate de escapar nuevamente de su agarre, pero él era lógicamente más fuerte.
Fue entonces cuando puso una de sus piernas entre las mías.

"La puta madre" pensé.

______________________________

¿Qué dicen? ¿Quieren que escriba +18 para el próximo cap?

"Falso Amor" - Santiago Caputo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora