Capitulo X: Auto.

2.1K 125 86
                                    

Me aleje rápidamente después de que escuchamos como una cámara capturaba el momento.
Fulmine con la mirada a Santiago, por que él simplemente se reía mientras empezaba a manejar.

-¿Sos boludo? -pregunte- ¿No entendes la gravedad del asunto?

Él niega con la cabeza mientras sigue riendo.

-No tiene nada de malo, chiquita -dice- somos 'marido y mujer', ¿o ya te olvidaste y andas de trola con el granadero ese?

-Vos y yo no somos nada, Santiago. Lo hice para ayudarte nada más -Respondi bufando- Además Karina va a matarnos, y lo sabes bien. La gente va a empezar a opinar.

-¿Y a mi que carajo que importa lo que opine la gente? Que piensen lo que quieran ____.

-Anda a decirle eso a alguna de tus trolas Santiago -dije, medio en broma medio enserio- Sos un pelotudo. ¿Qué te pensas que todo se arregla con palabras lindas?

Él simplemente cerró la boca y no la abrió en todo el viaje hasta que me dejo en el edifico de mi vieja.

-Ahora seguro despues te vas a garchar con el granaderito ese de mierda. Yo me voy a encargar de que lo despidan.

Negué con la cabeza mientras me bajaba del auto y lo ignoraba. Que chabon pelotudo. Pensar con la cabeza nunca, ¿No? Siempre con la chota.

-Chupamela Santiago.

Dije, y cerré la puerta del Mercedes. Toque el timbre del departamento de mi mamá, que grito "¡Bajo!".
Me inquietaba que Santiago no se hubiera ido, entonces fue cuando se bajo del auto al instante que vio a mi mamá abrirme la puerta y recibirme con un abrazo.

-Hija, no sabía que venias acompañada -Ella dijo sonriendo cómplice.

-No ma, Santiago ya se iba -Sonreí fingidamente a la vez que lo empujaba para que no pasara.

-No amor, si te dije antes que iba a pasar a tomar unos mates para conocer mejor a mi suegrita -Dijo mientras me guiñaba un ojo.

Lo odio.
Mi mamá asintió re contenta mientras nos dejaba pasar a los dos. Cuando subimos al ascensor ella no paraba de hacerle preguntas a Santiago sobre su vida personal, laburo, estudios, familia..

Las horas pasaron muy lento para mi, y a este punto yo ya estaba harta. Mi vieja también se había comido el cuentito de que el mentiroso y yo eramos una parejita felizmente enamorada.
Estaba aburrida viendo LAM en el sillón mientras ellos dos habían bajado a comprar al coto, fue entonces cuando mi telefono empezó a vibrar por las notificaciones del WhatsApp.

"+54 11 6101-2219 te envío un mensaje".

Wtf. Bueno, dicen que la curiosidad mato al gato ¿No?, igual me pareció raro por que nunca me hablaban números desconocidos.

+54 11 6101-2219
Hola hermosa.
Soy Mariano ;)

________
Aaah, síí, me acuerdo que nos vimos hace un rato.
¿Cómo conseguiste mi número che? Re raro jajajsa.

+54 11 6101-2219
Me lo paso la vice. Copada x suerte.
Queres salir hoy a cenar?

Dude por un segundo antes de contestar.

'Ya fue' pensé. Si total no estoy en nada con nadie.

________
Dalee, a donde queres ir??

+54 11 6101-2219
Te espero a las 21hs en el Four Seasons, hermosa.

Sonreí leyendo sus mensajes, aun que había algo en él que no me cerraba.
Fui a agarrar las llaves de mi casa, que estaban en la mesita de luz de mi vieja, y abrí la puerta con mis llaves en mano dispuesta a irme.

Saliendo me choque con Santiago y mi mamá.

-¡Mami! Me tengo que ir, me surgió un inconveniente.

Ella me discutió un poco pero al final entendió, le metí alguna que otra excusa.
Santiago, como siempre de metido, se ofreció a llevarme a donde tenga que ir, y tuve que aceptar.

[...]

-¿Qué te pensabas? ¿Qué no me iba a enterar que hoy a la noche te ibas a ver con el negrito ese? -Dijo Santiago, con su voz grave e intimidante.

-¿A vos que te importa lo que yo hago y dejó de hacer? -Replique- soy solamente tu secretaria Santi.

Su mirada se endureció mientras su mano se dirigía a mi muslo, subiendo lentamente.

-Sos mía.

La sorpresa no me dejó hablar. Santiago ni siquiera me estaba mirando, al contrario, mantenía sus ojos en el camino por el tránsito que había.

Sus dedos largos comenzaron a subir por mis piernas mientras yo temblaba levemente.

-Santiago.. para..

Él no contestó.
Yo, que estaba sentada en el asiento de acompañante, tenía mis piernas cerradas hasta que sentí la mano de Santiago toqueteando mi parte íntima.

La puta madre.

La intromisión me obligó a abrir las piernas.

-El único que puede tocarte soy yo.

Dijo, comenzando a acariciar por encima de la tela.

-El único que puede tenerte así soy yo, ¿entendiste?

"Falso Amor" - Santiago Caputo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora