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[Spreen's pov]

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[Spreen's pov]

Salir con ella era algo que jamás me imaginé. Tocarla, incluso besarla era imposible.

Que me ame, aún menos posible.

Yo sabía que Dan la engañaba y cada día me carcomía la culpa de no poder decir nada, hacer algo por ella. Y cuando finalmente él la dejó, creí que podía ser mi oportunidad de sanar su corazón. De amarla.

Ella aceptó, me quiso al menos por un segundo y eso era suficiente para mí.

Pero la abrumé con mis sentimientos, con mi impaciencia por querer más de ella, y no la volví a ver.

Recuerdo la mañana de ese día cuando la recogí fuera de su edificio, el que visité constantemente para saber algo de ella. Una señal, pero la única que obtuve fue del encargado avisándome que se mudó.

Recuerdo ese vestido negro que le quedaba de ensueño. Su sonrisa cuando me miraba y la suavidad de su voz mientras cantaba las canciones de su artista favorita.

Sabía bien que me mostraba una parte de su corazón por cada canción que se reproducía, era un honor estar ahí.

Su sonora risa y el temblor en su voz cuando sentía duda por mis planes con ella me producían ternura.

Y el dolor en su mirada cuando no lograba expresarse, la culpa que había en su voz queriendo hacer las cosas llevaderas. El tono que usaba para disculparse conmigo por no poder amarme, la mirada de culpa que tuvo antes de huir, de dejarme en el Motel bar.

Tomó las llaves y se marchó.

La llamé una infinidad de veces hasta que el tono dejó de marcar. Y me hundí en alcohol hasta que mi amigo fue a recogerme.

Los días siguientes fueron devastadores, porque quería verla. Disculparme y rogarle una oportunidad. Asegurarle que yo puedo amarnos por ambos, pero eso sería mentirme a mí mismo.

Y luego de casi tres meses lamentando la forma en la que terminaron las cosas, finalmente la he vuelto a ver. Estaba nuevamente en el Motel bar, aquel en el que ella me dejó, pero ahora no estaba solo yo. Brooke volvió aquí.

Ella con un vestido blanco con flores negras y labios rojos. Su sonrisa imperturbable y su mirada puesta en alguien más.

Se ha vuelto a enamorar.

Me vi envuelto en un shock con los nervios de punta, no podía creerlo. Era ella.

La miré durante tanto tiempo que por un segundo cruzamos miradas, y sé que me reconoció. No esperaba verme aquí, ni yo esperaba verla de nuevo.

Sus ojos, tan azules como el mar me observaron de arriba a abajo y sus hermosas pecas que adornaban tan hermosamente su rostro se movieron cuando sonrió.

GETAWAY CAR - SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora