Tuve un par de sueños anoche y quisiera poder contárselos.
Hay muchas cosas nuevas que han estado sucediendo de este lado que quisiera poder compartirle.
He de confesar que tengo miedo de que se haya ido para siempre. Quiero enmendar el error, volverle a hablar, pero hay quienes (gente de relativa cercanía) desean con harto ahínco que pase página y lo deje atrás, poniéndome algunas restricciones ciertamente intimidantes que me da miedo desafiar.
Me queda claro que no la quiero dejar atrás. Naturalmente, sé que nunca más cometeré este error sea con quien sea que se pueda volver a suscitar el escenario, pero de verdad desearía que fuera con ellas.
A mis lectores, sé que les prometí mayor variedad de temas y soy hombre de palabra. Ya vendrán nuevos aspectos de mi vida y de cómo lidio con ellos. Únicamente les pido paciencia en estos nuevos y confusos tiempos para arreglar las circunstancias en mi cabeza y con quien tenga que arreglarlas. Espero que, la próxima vez que surja el tema, sea para contarles las mejores buenas posibles. Prometo hacer mi mayor esfuerzo para traerles pronto una nueva actualización en los siguientes días enfocada en mis avances profesionales y académicos.
A día de hoy, les habla un autor con el corazón roto y el peso emocional de tener que cargar con su propio error sentimental.
Ya vendrán mejores tiempos, de eso estoy seguro.
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365 Días de una Vida Completamente Ordinaria
Non-FictionCarlos acaba de entrar junto al resto de las Américas al Año Nuevo. ¿Cómo es que había llegado ya al 2021? El tiempo pasa volando y el joven de 17 años lo sabe. Admisiones universitarias, un virus que amenaza a la población mundial, relaciones falli...