one shots Game of thrones/ House Of The Dragon 🐉

Jaime Lannister

🐉- morning Air
🐉- autor: betelgrouse in Tumblr
🐉- traducción de inglés a español
🐉- advertencia: +18 (Jaime con ambas Manos!)

El sol entraba a raudales por las puertas abiertas del balcón y una brisa fresca del océano levantaba suavemente las largas cortinas traslúcidas al entrar en la habitación, llevando consigo el aroma del agua salada y del sol. Podías escuchar las olas del océano chapoteando rítmicamente en las rocas de abajo cuando te despertabas, un sonido ligeramente más lento que la respiración de tu esposo a tu lado. La vista desde Casterly Rock era hermosa por la mañana, pero preferirías mirar al hombre que duerme a tu lado. Pensaste que los Siete debían haberlo esculpido con sus propias manos. Ojos cerrados bajo una corona de cabello dorado y un cuerpo fuerte y delgado bajo las sábanas color arena. Tus ojos recorrieron su pecho y brazos, marcados con alguna que otra cicatriz descolorida; nadie le había dado un golpe al Matarreyes en mucho tiempo, gracias a los dioses.

Su cuerpo se movió y volviste a mirar hacia arriba para encontrarte con la cálida mirada de Jaime. Extendió la mano, acarició suavemente tu rostro y te besó lentamente. Se echó hacia atrás, flotando sobre ti, el cabello rubio rozando tu frente.

"Parecía que querías algo de mí", murmuró Jaime, trazando tus labios con el pulgar. Aún sosteniendo tu cara, Jaime pasó su otra mano por tu pierna, dibujando círculos en la parte interna del muslo. "Dime lo que quieres, amor."

Le sonreíste suavemente. "Quiero que llegues a tiempo a tus sesiones informativas matutinas con tu consejo. Por primera vez esta semana", bromeaste.

"Si no quieres que te folle por la mañana", susurró Jaime contra tus labios, "no deberías despertarte luciendo tan hermosa". Sus dedos se deslizaron más arriba y comenzó a frotar pequeños círculos en tu clítoris (o punta). Sentiste que tus piernas comenzaban a abrirse.

Te agachaste para corresponderle, pero él levantó la mano de tu cara y te detuvo. Se llevó tu mano a los labios antes de clavarla en la cama, mientras dibujaba esos círculos que ya empezaban a deshacerte.

"Además, no creo que realmente quieras que me vaya tan pronto, ¿verdad?" Reflexionó Jaime, sonriendo ante la cara que haces mientras desliza un dedo dentro de ti, añadiendo ritmo. "¿Realmente te dejo tan insatisfecho?"

Ambos sabían la respuesta a su pregunta, pero a él le encantaba burlarse de ustedes. Añadió otro dedo, entrando y saliendo de ti un poco más fuerte ahora. Empezaste a mover las caderas con el ritmo de forma involuntaria. Dioses, se sentía bien. Siempre se sintió tan bien.

Plantó un beso junto a tu oreja. "¿Bien?" -Preguntó, acelerando el paso.

"¿Bien que?" preguntaste de nuevo, un poco más jadeante de lo que pretendías.

"¿Quieres que me detenga?" Sus ojos brillaron con picardía.

"No", jadeaste. Sus dedos eran buenos, pero lo querías dentro de ti. Realmente iba a hacerte rogarle por ello, ¿no?

"¿Qué quieres, cariño?" Es tan arrogante, pensaste. Bueno, cuando se ve así, supongo que puede serlo.

"Quiero que..." Aún te sonrojaste al decir palabras tan vulgares, que es exactamente por qué a Jaime le encantaba que las dijeras. "Quiero que me folles".

Jaime sonrió. "¿Qué fue eso, amor? No te escuché."

Oh, su cara arrogante, molesta y perfecta, pensaste. "Quiero que me folles, Jaime, y quiero que me folles ahora mismo".

"Si insistes." Él sonrió aún más, evidentemente bastante satisfecho consigo mismo. Sosteniendo tu muslo, se hundió en ti, gimiendo deliciosamente en tu oído. Se balanceó dentro y fuera de ti, golpeando ese lugar dentro de ti una y otra vez. La follada se sintió increíble, por supuesto, pero también te encantó cómo su pecho se movía contra el tuyo como la marea alcanzando la playa, y cómo viste el mismo placer que sentías reflejado en los ojos de Jaime con cada embestida.

Ustedes dos estaban enredados, con las piernas cruzadas y las caras tocándose. Tiró suavemente de tu cabello, inclinando tu cabeza hacia atrás para poder plantar besos descuidados y con la boca abierta a lo largo de tu cuello. Te encontraste con sus labios y saboreaste su sabor, su calidez, su suavidad.

Después de un momento, Jaime se sentó y sirvió una taza de agua, ofreciéndotela antes de servirse otra. Esperabas que se levantara y se vistiera para el día, pero simplemente tomó un sorbo de agua y te miró con expresión enigmática, como si estuviera decidiendo algo.

"¿Qué es?" Le levantas las cejas y sonríes. No puedes evitar sonreír cuando lo miras.

Jaime devuelve silenciosamente ambas tazas a la mesa a su lado antes de rodar sobre ti, con la cabeza enterrada en la curva de tu cuello. Te ríes y deslizas tu mano en su cabello, jugando suavemente con él. Su cabello brilla como oro real a la luz del sol, reflexionas.

"Vas a perderte tus sesiones informativas otra vez", presionas, pero lo estás abrazando y no quieres dejarlo ir.

"Shhhh", responde, acercándose más a ti.

Combinas tu respiración con la de él, y tus pechos suben y bajan juntos, como el ritmo del mar debajo.