Capítulo 2

16 14 0
                                    

Capítulo 2
Anti-hero

Abrí los ojos al escuchar cosas caer al piso, escucho a mi tío quejarse de algo en la planta baja. Me quito la pereza y me permito bostezar para quitarme un poco la pereza. La mañana esta fresca y soleada lo que logra ponerme de buen humor. Veo el reloj y me levanto apresurada para lavarme el rostro.

—Buenos días, tío —saludo bajando las escaleras— es muy temprano para pelear con...

—¿Conmigo mismo? —pregunta divertido— No te preocupes, linda, siempre tengo tiempo para pelear conmigo mismo. Estoy buscando unos libros que necesitas, pero no los encuentro por ningún lado.

—¿Libros?

Mi tío se toma el tiempo para descansar.

—Libros que necesitarás para mañana tu primer día de clases —aclara angustiado.

—Ni te preocupes —respondo— hoy en día cualquier duda se la consulta con el señor internet.

Mi tío hace un gesto de molestia, pero al final acepta la realidad del mundo moderno.

—Tienes razón, pero hay uno en especial que necesitarás, créeme.

—Si lo dices con ese tono preocupante, lograste ponerme nerviosa, tío.

—Nah, no es nada para temer —responde más tranquilo—. Hablaba de la asignatura de matemáticas básica aunque estoy muy seguro de que mi bella sobrina es súper inteligente para los números.

—De hecho, soy muy mala porque no me gusta las matemáticas —admito.

Es que no quiero que se ponga expectativas demasiado altas sobre mi.

—Pues considerando que tu tío es profesor de finanzas, me acaba de ofender completamente con tu comentario.

Me permito reír bajito. A diferencia de mi, mi tío adora los números. Creo que puedo asegurar que cada paso o acción que va a dar lo calcula con alguna fórmula matemática.

—Bueno, ya que estás despierta, vamos a desayunar.

Marchamos a la cocina, mi tío muy confiado asegura que me preparará la mejor tortilla de huevo. No es que no sea capaz, pero si tan solo hubiera huevos en esta casa.

—¿Donde están lo huevos? —pregunta confundido—. Compré una cubeta la semana pasada... no, la compré el 3 de este mes.

Me reo al verlo dudar con tanto detalle.

—Considerando que estamos 24, creo que esos huevos ya no existen.

Mi tío casi se tiende al piso en un dramático desmayo.

—Lo siento, soy el peor ama de casa que puede existir.

—No te culpes tanto, puede que estés compitiendo por ese puesto con mamá —bromeo —Ella sí que se olvida de hacer las compras. De hecho, yo soy su administradora, me ocupo de lo que hay y de lo que falta en casa para recordarle a mi madre.

Mi tío sonríe feliz. Chasquea sus dedos como si una idea asombrosa haya pasado por su mente.

—¡Estas contratada!

Desde las cenizas, cariño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora