Para sorpresa del viejo, el hombre al que le iba a entregar su pedido salió de la finca, recargo el arma en su mano y disparo certeramente en la mano de aquella cosa, rompiéndole la mano haciendo que retrocediera.
Rápidamente el hombre alto y robusto corrio hasta donde se habia ido aquella cosa, al no ver nada solo negó con decepción.
—Ah~, ¿En qué te metiste ahora, viejo?— El hombre de cabello negro puso la pistola a lado de su cabeza mientras suspiraba decepcionado al no encontrar nada—.
—No es de su incumbencia, Fushiguro— Wasuke rápidamente abrazo a Satoru, estaba agradecido con el hombre, pero sabia lo que podría hacer por ganar solo un poco más de dinero—.
—Por supuesto que lo es...— El pelinegro sonrió y lamio la comisura de su labio en donde habia una cicatriz— Todo lo que incluya a una maldición es de mi incumbencia y eso que te venia persiguiendo era una maldición—.
El viejo chasqueo la lengua, desvió la mirada hacia Satoru y negó, no, no le iba a decir nada a aquel hombre que estuvo a nada de vender a su propio hijo.
—Cuando me pagues la deuda que me debes, te lo diré— Wasuke saco el pedido de ese día de Fushiguro y se la estampo en el pecho, haciendo que el otro tomara el pedido para que no se cayera—.
Y sin más el viejo tomo la mano del pequeño Satoru el cual aun seguía desconcertado, asustado y en shock, pues el balazo tan solo habia sido a centímetros de Satoru, sin embargo no llegaron tan lejos cuando el mismo hombre alto de cabello negro les grito.
—¡¿Acaso ya se te olvido en donde termino tu hijo por no haberme escuchado antes?!— Wasuke rápidamente volteo, mirándolo con odio y resentimiento— No me mires así, viejo, no fue mi maldita culpa—.
—Ya entendí, Toji... Pero esto en verdad no te incumbe, mejor ve y cuida de la pequeña Tsumiki— Ahora fue turno del mas joven de chasquear la lengua e irse esta vez por la paz—.
El pelinegro entro a su finca, suspiro y dejo sus cosas en la cocina, seguramente le preguntaría a Megumi si no sabia algo de esto.
—¡Pero no le digan a nadie!— Los 2 niños asintieron, Yuji sonrió y abrió la puerta de la finca, los 3 pequeños se quitaron los zapatos—.
Entraron a la finca a pasos rápidos y silenciosos, el peli rosa se aseguro de que su abuelo no estuviera por el lugar, subieron a su habitación y abrió la puerta.
—¡Aquí esta!— Yuji cerro la puerta detrás de ellos y le señalo el bulto de ropa que estaba sobre su cama—.
—Eso no es una sorpresa— La castaña miro el montón de ropa y suspiro con decepción— Es simplemente normal en ti—.
—Estoy de acuerdo con Nobara— El pelinegro mínimo se acerco, tomando una de las prendas y lanzándolo perfectamente en el bote de ropa sucia—.
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Mi pequeño tú.
Science FictionSatoru, un pequeño leopardo de las nieves. Nació en una familia abusadora, de la cuál fue arrebatado por un malintencionado cirquero, su familia no le vio importancia ya que le daban una gran suma de dinero por ello. La escuela Jujutsu se enteró de...