Y entonces, Toji estiro su mano y lo tomo, lo vio a los ojos, lo abrazo y lo apego a su pecho, ocultando su rostro entre el cuello y hombro de Satoru inhalando el aroma que naturalmente sacaba.
—¿Por qué lo ocultaste de mi, Wasuke?— Toji comenzo a sollozar en el hombro de Satoru, recuerdos con el padre de Yuji llegaron a su mente—.
El pequeño albino se abrazo al cuerpo del mayor, sintiendo la tristeza del contrario, Yuji estaba desconcertado, hasta hace un momento percibía hostilidad en el mayor, intento rodearlo para poder salir corriendo, pero Toji de inmediato lo abrazo.
—Perdón por asustarte, estaba nervioso y emocionado— El peli-rosa lo miro confundido, si Toji se veía así nervioso, no quería verlo enojado—.
Y entonces su raro abrazo se vio interrumpido por Wasuke y un chico de raro flequillo, Megumi y Nobara venían detrás de ellos.
—Suelte a los niños y retroceda, señor Zen'in— El chico del flequillo fue el primero en hablar, el viejo solo le apuntaba con el rifle—.
Toji vio que habia metido la pata al ver como Megumi parecía asustado detrás de ellos, así que no le quedo de otra que soltar a los pequeños y alzar las manos.
—Le pediré de favor que no me llame por aquel apellido, lo deje hace años atrás, ahora soy Fushiguro— El pelinegro mayor intento sonreír, pero al ver aquel uniforme y aquel botón supo de quien se trataba o más bien de quienes se trataban— ¿Gustan un café?—.
—No, mi intención nunca fue hacerles daño, ya te lo dije— Explico por quien sabe cuanta vez Toji a Wasuke quien abrazaba firmemente a sus nietos— Y no, ya no me dedico a la subasta ni al comercio de híbridos en extinción— Esta vez se lo explico al chico de flequillo—.
Toji era muy consciente de que su pasado no fue bueno, comenzo como un simple don nadie en la hechicería, haciendo todo lo que le decían, matando y haciendo encargos, subastando y silenciando.
Hasta que un día se canso de todo y de todos, escapo del clan Zen'in, conociendo a la que seria su esposa en el proceso, sin embargo y por cosas del horrible destino, murió, dejándolo solo con su hijo recién nacido y con su hijastra.
No tenia un trabajo estable, a veces no les alcanzaba para la comida, fue entonces que conoció al que seria su socio por un tiempo Shiu Kong, aquel que le dijo que si volvía a subastar híbridos exóticos ganaría muy bien, así que estuvo cazando por un tiempo híbridos, tanto hechiceros como negociantes, ganaba mucho dinero, pero para mantener un perfil bajo se mudo a los suburbios en donde tristemente su hijastra contrajo alguna especie de enfermedad, dejándola en coma.
Sin embargo, gracias a que se mudo a aquel lugar, un día como cualquier otro lo encontró a él, aquel hombre de lentes y cabello rosa corto que vestía una sudadera blanca, con ojos encantadores de un lindo color anaranjado, tomando el sol mientras cargaba un pequeño bulto blanco entre sus manos, sin embargo no fue eso lo que lo maravillo, fue el hecho de que era un hibrido de tigre, que viviera en un lugar como ese, sin preocupaciones o sin personas que estuvieran cuidándolo del mismo sol fue impresionante.
Fácilmente podía ir y noquearlo, llevárselo y subastarlo al mercado negro como habia hecho con varios antes, pero antes de que pudiera moverse, aquel ser cautivador volteo a verlo, dedicándole una encantadora sonrisa mientras se acercaba por voluntad propia.
"—Soy Jin Itadori, este es mi hijo Yuji, ¿Eres el nuevo vecino?—."
Y eso fue todo lo que necesito para caer rendido a los pies de aquel hibrido de tigre, un simple saludo, así que dejo de lado aquel jodido trabajo, finalizando por fin su tramite de cambio de apellido, dejando atrás una vida de masacre para comenzar una vida nueva y mejor.
Por eso cuando Megumi habia llegado con aquellos cabello albinos de claramente un hibrido supo que habia encontrado una mina de oro, pues después de aquel incidente, nunca mas habia visto un hibrido, ni siquiera cuando deseo con todas sus fuerzas que Yuji sacara las orejas y cola de hibrido de su padre, ni siquiera así habia podido ver a otro hibrido en su vida.
—Creo que ambos sabemos cuanto me apegue a tu hijo, Wasuke— El mencionado asintió y acaricio los rosados cabellos de Yuji— No quería asustarlos, ni hacerles daño... Solo, me hicieron recordarlo que no supe ni que hacer y termine acorralándolos—.
Wasuke lo entendió, Megumi ahora solo estaba abrazado a su padre, le dio mucho miedo la expresión que habia puesto, pero cuando su papa le explico las cosas lo entendió, a medias, pero lo hizo.
—De todas formas, cometiste delitos en el pasado, no porque te hayas reformado mágicamente significa que todos tus crímenes desaparecieron— Suguru se levanto enojado— Deberás acompañarme hasta Tokio a...—.
—No, de hecho, el fue una victima más— El anciano tomo del brazo al del flequillo, haciendo que este ultimo se desconcertara— Si realmente hay alguien malo aquí fue aquel clan y el señor Kong, Zen'in, actualmente Fushiguro no tiene la culpa realmente, solo fue una victima que en sus peores momentos fue utilizado como un muñeco de trapo, si hay alguien a quien se deba castigar es al clan Zen'in—.
Suguru iba a protestar, pero la mirada fulminante de Wasuke le dio pavor, ese hombre, por alguna razón le daba mala vibra, era como si aquel anciano pudiera penetrar en su alma y saber lo que pensaba, quizás podía hacerlo, negó, no solo era eso, se veía que aquel viejo tenia influencias grandes, algo grande.
—¡Bien!, ¡Pero él viene conmigo y no es pregunta!— El de flequillo se cruzo de brazos y evito voltear, sentía que habia pisado campo minado y es que ahora no solo los adultos lo fulminaban con la mirada, si no también los niños—.
El anciano iba a volver a hablar, pero ahora fue Yuji quien tomo la palabra.
—Bien, tómalo...— El peli-rosa se encogió de hombros, haciendo que todos quedaran impresionados ante las palabras tan serias y seguras del menor—.
Suguru también quedo impresionado, pero no le dio importancia, seguro tan solo era un niño caprichoso que habia visto al albino y lo pidió sin parar, seguramente el viejo se lo compro y ahora ya no lo quería, eso era mejor para él.
Así que sonrió triunfador y justo cuando estiro su mano para tomar al pequeño, este mismo le gruño y saco sus garras, rasguñándolo, para después abrazarse al cuerpo de Yuji el cual sonreía triunfador, haciendo que la sangre de Suguru hirviera.
Sin embargo, volvió a intentar acercarse al menor, recibiendo mas golpes y rasguños cargados de energía maldita sin control, haciendo que temblara en su lugar, no, el era un hechicero de grado especial, no se dejaría intimidar por aquel niño hibrido, volvió a intentar tocarlo, pero hubo una fuerza inexplicable que lo freno.
—No, esto no puede ser cierto— El pelinegro negó, Toji se sorprendió y Wasuke sonrió con orgullo al igual que Yuji—.
—Shoko...— La mencionada volteo a verlo seria como siempre, hasta que lo vio todo golpeado—.
—¡¿Y a ti que te paso?!— Pregunto la castaña de cabello corto mientras se acercaba a su amigo—.
—Vamos a tener que hablar con Yaga...— Fue lo único que pudo decir antes de caer desmayado contra el suelo—.
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Mi pequeño tú.
Science FictionSatoru, un pequeño leopardo de las nieves. Nació en una familia abusadora, de la cuál fue arrebatado por un malintencionado cirquero, su familia no le vio importancia ya que le daban una gran suma de dinero por ello. La escuela Jujutsu se enteró de...