Strange Place

La carta.

Cuando llegamos a la cabaña de Zaack,  planee dirigirme directamente hacia el segundo piso, pero cuando iba a subir las escaleras, sentí como alguien me jaló del brazo y me hizo girar en su dirección instantáneamente. Era Dann, y cuando giré mi cuerpo por completo, vi a los cuatro sentados en el comedor familiar, y en el mismo, había un sólo asiento vacío.

El mío.

Todos tenían una expresión del rostro bastante dura y seria, y por eso mismo, no tuve ni la menor idea de lo que estaba pasando en ese momento,  pero sin pensar demasiado, me senté en silencio, y esperé a que alguno de ellos se dignara a hablar sobre el momento.

—Marry, le ordené a Dann que viniéramos a esta cabaña, porque hay un tema demasiado importante que debes saber. —dijo Zaack.

—¿Qué pasa?. —pregunté confundida.

—Durante el camino, Dann se detuvo para atar sus zapatos, pero en el suelo vio lo que parecía ser la punta de un papel que sobresalía del suelo. No nos dimos cuenta, pero él estuvo intentando desenterrarla hasta que lo logró, y se dio cuenta de que provenía  de una persona, de nombre Aarón Campbell, no tengo el conocimiento de quien es, pero me siento muy extraño por la situación, muy ajeno. Pero eso no es lo más extraño, pues lo que dice la carta es totalmente extraño. Ya que ninguno sabe que dice porque no la hemos abierto aún, mira —sacó un sobre arrugado y sucio de uno de los bolsillos laterales de su pantalón—, te la doy a ti para que puedas leer lo que dice. 

Después de que Shine terminó de hablar, sacó lo que parecía ser la carta de uno de sus bolsillos, y acercándola, la dejó justo al frente de mi.

Todos me miraban esperando a que abriera la carta, pero mis manos se encontraban temblorosas y sudorosas, mi ser estaba lleno de absoluto miedo, y tal vez había un toque de curiosidad en mi.

Ni siquiera tenía ganas de abrir el sobre en donde se encontraba tal mensaje que ni yo misma sabía que llegaría hasta mi, ya que el momento me parecía ajeno, extraño, salido de realidad y del tema. Era imposible que me encontrara en una situación así, pero así no quisiera, debía leerlo si o si, porque, desde muy adentro, una extraña sensación me obligaba a que lo abriera a toda costa.

Y con lo terca que yo misma reconocía que era, no me iba a resistir a leerlo, así que, me dispuse por fin a quitar el sobre de la carta, y al desdoblarla, quise preguntar:

—¿Quieren que la lea en voz alta para que ustedes también puedan escuchar?.

—Si, por favor. —dijo Zaack.

Di un suspiro ahogado, y empecé a leer.

—"Aunque suene demasiado doloroso para ti, lamento comentarte por medio de esta carta, que no fue posible salvar la vida de tu primogénito y mi gran sobrino. Asher, te pido perdón de todo corazón, pero hice lo que fue posible a mi alcance. Mi dolor es demasiado profundo por este desgraciado hecho, pero te doy mis más grandes condolencias hacia ti, y espero que puedas ser fuerte ante esto".

Att. Aarón Campbell.
Para. —el nombre estaba cubierto con una prominente mancha de sangre seca y oscura— Campbell.   16 de abril 1982. —Terminé en un tono entrecortado.

Todos se quedaron callados después de escuchar lo que decía la carta, y yo estaba jodidamente peor que ellos, ya que esa extraña carta que sostenía sobre mis manos, parecía tener más de diez años de antigüedad. 

Algo dentro de mi, me hacía tener un leve presentimiento de que algo iba a suceder, pero, después de haberla leído, no quería volver a tocarla ni leerla un segundo más, así que la dejé caer sobre el comedor cómo una simple hoja de papel.