capítulo 5.

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¡Eso no puede ser papá! ¡Tú no me puedes estar hablando enserio!. Replicó el ojiverde mirando fijamente a sus papás.

Lo siento mucho villamil pero ya estuvo bueno de estar jugando a la cacería, ya es momento de que te pongas los pantalones y empieces a comportarte como un villamil; así que te casas con María Cristina dentro de un mes y no quiero ningún tipo de objeción por parte de ninguno de los dos; ¿está claro?. Habló el papá y ninguno de los dos se atrevió a llevarle la contraria.

Luego de esa plática, El almuerzo transcurrió relativamente normal. Laura y makis habían logrado hacerse grandes amigas, cosa que a Juan Pablo y sus papás no les caía nada mal, pues al final de cuentas iban a ser familia, así que lo mejor que podía pasar era que esas dos se llevaran bastante bien.

A ver Juan Pablo ¿por qué demonios nunca me dijiste que el casarme contigo iba a ser parte de toda esta locura?. Reprochó una enfadada makis una vez que la familia villamil se había ido a la sala y la nueva pareja había quedado solos en la cocina. Cabe destacar que aunque makis estaba enojada, no llegó a alzar la voz.

Perdón, yo tampoco sabía que esto iba a pasar. Respondió el castaño bastante apenado.

Pues no me importa Juan Pablo si quieres búscate a otra persona que te ayude pero yo no quiero entrar en tu estúpido juego. Sentenció la azabache Y se volteó para irse pero Villa la detuvo.

Makis por favor no me dejes ahora, ayúdame a mantener a mis padres contentos y te juro que yo hago lo que sea, lo que tú me pidas lo haré con tal de que no me eches de cabeza al agua con mis papás. Suplicó el castaño con una cara de perrito regañado y desamparado.

Está bien Juan Pablo Pero eso sí, nada de besos, nada de abrazos a menos de que yo lo haga primero o te lo pida, nada de sexo y nada de engañarme con otras mujeres; ¿entendido?.

Muy bien pero quiero que sepas que de igual manera tendrás que dormir conmigo en mi cama; te prometo que no va a pasar nada que tú no quieras. Dijo y ambos estrecharon sus manos una vez más.

Oye Villa ¿qué piensas hacer esta Navidad?. Interrogó Makis una vez que volvieron a la sala con el resto de la familia.

Pues dudo que haga algo porque Papo es el Grinch de la Navidad; ¿cierto hermanito?. Se burló Laura y Juan Pablo la asesinó con la mirada.

Ay hermanito, no me mires así; tú sabes que lo que estoy diciendo es verdad, tú nunca haces nada en navidad porque eres un amargado. Siguió hablando Laura y el castaño nada que cambiaba la cara. Así duraron un largo rato hasta que makis habló.

Oye papo ¿Por qué no celebramos esta Navidad juntos?. Propuso con un brillo especial en los ojos.

Lo siento Makis pero no. Respondió el castaño firme.

¿Por qué no te gusta celebrarlo?. Interrogó la pequeña con una cara totalmente distinta a la que tenía hace un rato.

Porque no. Dijo y la pelinegra decidió dejar el tema por la paz y luego de un rato de charlas entre Makis,Laura, Mauricio y clemencia, los últimos tres mencionados decidieron irse a su casa pues ya era un poco tarde.

La pareja se fue a dormir sin mediar palabra alguna y al día siguiente María Cristina se levantó temprano como siempre, se arregló, bajó a preparar el desayuno y rato después, Juan Pablo hizo lo mismo.

En el horno está tu comida. Señaló la azabache.

¿Qué sueles hacer tú en las fiestas?. Preguntó el castaño sentándose frente a la chica.

Pues lo común: decorar la casa, armar el árbol, preparar la típica cena navideña, compartir con mis amigos. Respondió ella sin mirarlo.

Makis de verdad lo siento, ayer me comporté como un idiota y no te pregunté porqué tenías tanto entusiasmo en celebrar las fiestas, pero si es tan importante para ti, está bien accedo a hacerlo aunque no sea mi actividad favorita.

No te preocupes Juan Pablo no tienes que hacerlo si no quieres; yo hablaré con Olga y le diré que esta vez la celebración será en su casa y que no podré estar allí.

No! Mira ya te lo dije si esto es tan importante para ti, entonces hagámoslo; tal vez ayer no me di cuenta de ese brillo especial que había en tus ojos... bueno sí me di cuenta pero no le hice caso; el punto es que esta vez quiero hacer algo que esté fuera de mi rutina, a fin de cuentas vamos a ser pareja y deberíamos conocer las costumbres y tradiciones de ambos.

¿Lo... lo dices en serio Juan Pablo?. Preguntó y el brillo en sus ojos volvía a aparecer.

Claro que sí. Respondió él con una sonrisa.

¡Siiiií!. Celebró ella, llamó a Laura por teléfono mientras que buscaba a Susana para que junto con Olga la ayudaran a organizar todo; villamil por su parte no se notaba muy feliz pero se había prometido a sí mismo que haría lo que estuviera en sus manos para ver a la azabache feliz porque él se había enamorado sin querer y quería que ella hiciera lo mismo.

La pareja terminó de comer y una hora después, villamil estaba manejando hacia la casa de Olga pues habían quedado en ir a buscarla para que las acompañara a ella, a Laura y a Susana al centro comercial para comprar todo para la cena navideña y todo lo demás.

Por fin llegaron al centro comercial, se bajaron y se dispusieron a comprar todo lo necesario y Villamil por supuesto iba detrás de ellas.

Mientras caminaban, Laura tomó a maquis entre sus brazos, la subió al carrito de compras y con ayuda de Olga y Susana, empezaron a correr por toda la tienda.

¡AaaaaaaaaaaaaaaaaAAA! Gritaba la azabache moviendo sus brazos con desesperación.

¡Bájenme de aquíiiiiíí!. Seguía gritando pero las chicas estaban muy ocupadas riéndose abiertamente de la pequeña y villamil solo negaba con la cabeza.

¡Oigan chicas! ¡Miren ese árbol! ¡Está espectacular!. Gritó Susana cuál niña pequeña haciendo que las chicas dejaran de torturar a makis y se voltearan a mirar aquel árbol de navidad grande que la más alta señalaba.

No lo sé, está muy sencillo. Observó Laura.

Bueno pues claro Laura se supone que nosotras lo debemos decorar para que se vea bonito. Respondió makis y esta vez todas se reían de la mayor de los villamil.

Bueno, entonces vamos a llevarnos ese. Declaró Olga y tomaron el arbolito para finalmente pagar todo lo que habían comprado e irse a la casa otra vez.

Oye, no me contaste Porqué estás viviendo en la casa de Juan Pablo villamil. Comentó la rubia con una sonrisa pícara una vez que villamil arrancó el carro nuevamente.

Luego te cuento pedazo de chismosa. Declaró la azabache, la rubia aceptó y se pusieron a hablar de todo un poco hasta que por fin llegaron a la casa.

Las chicas se sentaron en una mesa que había en la sala y se pusieron a decorar el árbol que decidieron poner en el centro de la sala para que todos los que pasaran por allí lo vieran.

Ay ¡esa canción es genial!. Comentó makis cuando sonó una de las canciones de Navidad de morat.

Aah sí, ese es Juan Pablo villamil junto a Juan Pablo isaza, Alejandro posada y Simón Vargas; en pocas palabras, ellos son morat. Explicó Laura quien armaba unos regalos para poner en el árbol.

¡Claro! Esa es la banda de la que tanto me hablaba el hermano de mi ex. Recordó la pequeña y su cara se puso un poco triste.

Bueno Makis, ahora vas a ser esposa de uno de los vocalistas principales de morat. Comentó Laura y todas se empezaron a reír a carcajadas.

Villamil no se daba cuenta de que gracias a esos pequeños sacrificios que el joven hacía, lograban que el corazón de la pequeña fuera cicatrizando un poco cada día y con cada detalle que él tenía hacia ella, lograba que comenzara a nacer un bonito sentimiento que muy pronto se convertiría en amor.

Un Juego Sin Reglas (Juan Pablo villamil & makis deángulo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora