A la mañana siguiente, Makis se despertó al sentir un peso extra sobre su cuerpo y unos brazos sujetándola con fuerza pero sin llegar a lastimarla.
Abrió los ojos lentamente y se encontró con Villamil quien dormí a plácidamente con la cabeza apoyada en su pecho y los brazos alrededor de su cintura.
Aprovechó que estaba profundamente dormido y se dedicó a observar su rostro detalladamente; esas pestañas largas y negras, esa nariz respingada, esos labios suaves y perfectos los cuales habían besado cada centímetro de su piel la noche anterior y sus ojos, esos ojos verdes como la esperanza que había perdido hace mucho tiempo pero que ahora gracias a él volvía a tenerla.
De pronto, muchos recuerdos se le vinieron a la mente como un tornado y la torturaron hasta el punto en que sin darse cuenta hizo un movimiento brusco, causando que Villa cayera al suelo y se despertara por el golpe.
¡Auch!. Se quejó sobándose la cabeza. ¿Qué pasó?. Preguntó aún un poco adormilado.
Ai perdón ¿Estás bien? Ven, deja te ayudo. No esperó ningún tipo de respuesta y de un salto estuvo al lado de Villa, lo tomó entre sus brazos para recostarlo nuevamente y comenzar a acariciar su cabeza.
Buenos días princesa, aunque qué manera tan rara de despertar. Comentó haciendo un puchero y la pequeña solo tomó su cara entre sus manos y lo besó con delicadeza.
Mmm, eso está mucho mejor. Dijo haciendo que la azabache soltara una risa suave, causando que el castaño sintiera un calorcito que empezaba en su pecho y se extendía por todo su cuerpo.
De verdad lo siento, no era mi intención despertarte así. Se disculpó con la cara más roja que un tomate por la vergüenza que estaba sintiendo en ese momento.
Descuida, todo está bien. Aseguró dejando un suave beso en los labios de la pequeña, el cual ella misma se encargó de profundizar colocando sus manos en la nuca del castaño y enredando sus dedos en el cabello suave y sedoso de Villamil.
Después de una buena sesión de besos, ambos chicos se levantaron, hicieron su rutina matutina y finalmente bajaron al comedor donde ya se encontraban el resto de sus amigos desayunando y hablando entre ellos.
¡Buenos días!. ! Exclamó una Makis feliz tomando un plato y colocando unas tostadas con mermelada de fresa, unos huevos revueltos y una tacita de café para ponerlos en la mesa y luego buscar otro desayuno igual para su esposo.
Buenos días. Respondieron todos al mismo tiempo.
Mmm, parece que alguien se levantó de buen humor; ¿Es que tuviste una buena noche o qué?. Preguntó Susana con una gran sonrisa en el rostro y compartiendo una mirada cómplice con los demás.
¿Pa qué les digo que no si sí?. Respondió y Villamil se sonrojó hasta las orejas, lo cual no pasó desapercibido para ninguno de los que se encontraban allí.
Uuuuuuu, prepárate para ser tía querida Laurita. Bromeó el Juan Pablo de los sombreros haciendo que María Cristina se atragantara con el café que estaba tomando.
Mierda, mierda¡Mierda!. Soltó y en un segundo tenía los 9 pares de ojos puestos en ella.
Makis por favor ¡No seas grosera!. La reprendió la ojiazul.
¿Está todo en orden?. Interrogó Melissa preocupada.
¿A? A, sí, es que me acordé de algo pero no tiene importancia, así que no se preocupen.
¿OK?. Aceptaron todos no muy convencidos y siguieron desayunando tranquilamente.
Oigan ¿Qué vamos a hacer hoy?. Preguntó Villa para cambiar el tema de conversación.
Pues no lo sé, tal vez podemos celebrar su boda a nuestro estilo. Propuso Camila lavando los platos.
Sí, ¿Pero qué se les ocurre?. Investigó esta vez Alejandro.
¡Vamos a la playa!. Exclamaron todas las chicas muy entusiasmadas.
Pero en Bogotá no hay playas. Recalcó Simón con obviedad.
Entonces salgamos de Bogotá, anda Papo porfaaaa, ¿Sí?. Rogó la pequeña pelinegra haciendo un puchero, a lo cual sabía Villamil no se podía resistir.
Está bien, vamos. Aceptó y los chicos soltaron una risita suave, pues sabían que Makis podía dominarlo con tan solo un pucherito adorable, lo cual ninguna chica había podido hacer jamás.
¡Yuujuuuuuuuuuuu!. Celebraron eufóricas y después de organizar la cocina, salieron corriendo escaleras arriba a buscar todo lo que iban a necesitar para ese día que prometía ser inolvidable para todos.
Al tener todo lo necesario, bajaron nuevamente al comedor y prácticamente empujaron a los chicos arriba para que se pusieran sus trajes de baño y en cuanto bajaron los llevaron a empujones hasta el carro, pues ellas ya se habían encargado de subir agua, hielo y comida para el viaje.
Durante el viaje, los chicos ivan hablando de cualquier tontería que se les viniera a la mente y se entretuvieron tanto que cuando menos lo notaron, ya habían llegado a su destino.
Al llegar, se bajaron rápidamente del carro, buscaron un buen lugar y en cuanto lo encontraron, regresaron para bajar lo que habían traído, pusieron unas toallas en la arena y finalmente se sentaron a disfrutar por un rato del hermoso paisaje que ese lugar les ofrecía.
Después de un rato las chicas decidieron entrar al agua, y los chicos por su parte se quedaron en la arena hablando de todo un poco.
Papo ¿Eres feliz?. Preguntó Alejo de repente.
Sí Alejo, demasiado feliz; debo confesarles que al principio sentía que esta relación tan extraña no iba a llegar a ningún lado, pero en cuanto noté que ella empezó a mirarme con otros ojos, me di cuenta de que eso era lo único que yo necesitaba para estar completo; y para ser honesto, tengo miedo de que esto algún día se acabe y que Makis se dé cuenta que no soy el chico que ella piensa, tengo miedo de que algún día ella decida dejarme por alguien mejor y la verdad es que me muero si algo así pasa, porque llegué a amarla y no saben cuánto. Respondió con un tono suave y con las últimas palabras, la voz se le entrecortó un poco.
Ai Papo, por supuesto que sabemos cuánto la amas porque se te nota a miles de kilómetros de distancia; solamente con ver tus ojos como se iluminan cuando hablas de ella y eso sin contar que eres capaz de hacer lo que sea para que ella sea feliz, aparte de que aunque no sabes nada de su pasado sigues allí a su lado y nunca la has presionado para que te diga algo, sabes darle su espacio y su tiempo y eso es muy importante; mira Juan Pablo, no dudes de lo que ella siente por tí porque aunque no lo creas, ella también está empezando a amarte, solo que no es capaz de demostrarlo por miedo; por favor cuídala y no dejes que el pasado de ambos los separe. Aconsejó el baterista poniendo la mano en el hombro del castaño.
Papo dinos la verdad, ¿por qué justamente ahora tienes miedo de lo que pueda pasar?, ¿Qué fue exactamente lo que sucedió para que de pronto dudes de la relación que tienes con Makis?, ¿Acaso te arrepientes de haberte casado con ella?.
ESTÁS LEYENDO
Un Juego Sin Reglas (Juan Pablo villamil & makis deángulo)
FanfictionMaría Cristina de ángulo y Juan Pablo villamil son dos chicos que tienen una vida totalmente diferente. Ella vive con su padre quien abusa de ella cada vez que puede; por el contrario, él vive solo pero sus padres lo aman con todas sus fuerzas. Esto...