Antes de despertar a Phebe y Melody, que duermen en los asientos traseros del auto de mamá, les tomo una foto y sonrío viendo la pantalla. Esta, sin duda alguna, merece estar en el tablero polaroid de la banda como un recuerdo preciado. Les sacudo las rodillas y vuelvo a acomodarme en mi asiento fingiendo que recién acabo de detener el auto y no que en realidad llevo cinco minutos riéndome por como se ven.
—Llegamos. Si van a seguir durmiendo denme sus documentos e iré a registrarnos a los tres —digo, ajustando el espejo retrovisor para poder verlas—. La reserva cae en algunos minutos.
Ambas sacan sus identificaciones y me la tienden volviendo a cerrar los ojos. Sonrío negando con la cabeza y me dispongo a salir del auto. Una hora después estamos los tres encerrados a voluntad propia en la habitación y mientras las chicas se arreglan minuciosamente el cabello frente al enorme espejo en la pared, yo disfruto de la vida dormitando tirado encima de la cama.
—¿Creen que Kilian se sorprenda? —escucho a Phebe balbucear—. Llevo semanas diciéndole que no podría venir y él diciendo que podía ir a buscarme, yo negándome y él insistiendo... Así que de verdad espero que se sorprenda...
—Claro que va a sorprenderse —Le asegura Melody con un tono emocionado—. ¿Quieres que te ayude con eso?
Abro los ojos solo para ver como Phebe asiente a la vez que Melody se le acerca con una buclera en la mano.
—No quiero manifestar cosas, pero... Se imaginan que lo encuentro con otra...
—Estás viendo demasiadas películas, te están empezando a afectar la cabeza—comento y al segundo siguiente algo me golpea el rostro.
Abro los ojos y miro serio a Phebe volviendo a lanzarle el cepillo para cabello con el que me ha dado en la cara, pero entonces, al mismo tiempo en que ella se queja asegurando no haber hecho nada, Melody ríe por lo bajo y mi mirada viaja hacia ella con la misma expresión seria, asiento y vuelvo a cerrar los ojos.
—¡Se ha ofendido! —dice Phebe alargando las palabras.
—¡Ay, pobrecito! —noto la voz de Melody acercándose a mí—. Perdón, ¿sí? —Me da un beso en la mejilla.
—Harían bonita pareja —Abro los ojos y Phebe sonríe de lado—. ¿Qué? Se ven muy lindos juntos.
—Pienso igual que ella —Melody se encoge de hombros—. En lo de que nos vemos lindos, obvio.
—¿Y en lo de que harían bonita pareja? —insiste Phebe a pesar de la mirada asesina que le lanzo.
—También —Melody asiente mientras regresa junto a ella y toma la buclera para continuar dándole forma a sus rulos.
—Donde estábamos —Phebe me sonríe victoriosa—. Ah, sí. Sería épico encontrarlo con otra, porque claro, me rompería el corazón, yo haría un drama y tendríamos publicidad para la banda y...
—¿Estás hablando en serio? —pregunto alzando una ceja.
—No, claro que no. Nadie en su sano juicio se emocionaría porque lo engañen —Ella rueda los ojos—. Solo pienso en que si algún día pasa, a mí o a cualquiera de nosotros, tenemos que aprovecharlo para hacernos publicidad. A la gente le encanta el chisme y un corazón roto conquista cualquier cosa.
—Tener el corazón roto también te hace un mejor artista, o eso es lo que he escuchado —dice Melody sin dejar de mover sus manos sobre el cabello de Phebe—. Me gustaría oír las canciones que saldrían del afortunado.
—¿Quieres saber algo de la banda? —Phebe sube y baja las cejas—. Love theory fue escrita por un corazón roto.
Melody abre la boca tanto que temo que su mandíbula se salga de lugar—. ¿Por quién? ¿Por Abraham? —Enseguida niega con la cabeza—. No, Abraham no puede haber escrito algo tan bonito.
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Las canciones que quiero dedicarte [✓]
Romance[EL ARTE DE UN CORAZÓN ROTO #3 🎤] Una estrella volvió a encenderse; aunque parezca imposible, Melody Corbyn regresó de la muerte y ahora sus fans esperan ansiosos a que ocupe su lugar como lo que siempre fue: la princesa del pop newyorquino. Mient...