Soy solo su fan...

Madrid

El taxi frenó ante un gran edificio, de hecho bastante lujoso.
Los chicos iban todos los veranos a Madrid, por lo tanto tenían un departamento para los cuatro. El resto del equipo en otro departamento.
Mientras subíamos por el ascensor comenzamos a dividirnos por habitacion.

-Bien... hay cuatro habitaciones. No se como nos vamos a divir. --mencionó Isaza.

-Yo en mi habitación como siempre-- aclaró Martín con un tono de obvio.

-No --dijo cortante isa-- hay que dividirnos y dejar una habitacion libre para Cami.

La vergüenza invadió mis mejillas.

-No, no --hice una pausa-- yo me voy a un hotel que vi por ahí.

Los cuatro rieron.

-No sabia que venia vestida de payaso como para que se rían de mi --reproché haciéndome la ofendida.

-Usted no se va a ir a un hotel sola, deje de decir tonteras Camila. --agregó Villa.

-Pero no quiero molestar --respondí.

-No molesta, no se preocupe, nosotros nos organizamos. --dijo Simón con una tierna sonrisa.

Le respondí devolviendole la sonrisa.

-Entonces yo duermo con mi turroncito de café --comentó Martín abrazando a Villa.

Villa lo empujó sin dudar.

-Salgase huevon, no me toque. --lo miró con molesto.

Que tierno.

-Yo solo ¿verdad? --preguntó Isa desilusionado.

-Búsquese a una Juanpi --comentó Villa.

Isaza miró mal.

-Entonces con la almohada --rió.

-¿Y con Moncho? --agregué para aportar algo.

-El duerme con Nath, que por cierto, ¿dónde anda? --preguntó Martín.

-Su vuelo llega a las 20:00 pm, debo ir a buscarla al aeropuerto. --respondió Simon.

Cada uno dejo sus cosas en la habitación que le correspondía, la mía era la que Villa siempre usaba cuando venia acá, era muy acogedora. Me puse a observar detalladamente cada rincón, tenía pegado unos posters de Los Beatles, Queen y otros artistas que no lograba reconocer, algunos discos y vinilos, libros con partituras y fotos con los chicos, familia y una amiga.

Se me hacía lindo que tuviera estos detalles, hablaban mucho de él.

El sonido de la puerta abriéndose de golpe me sacó de mis pensamientos.

-¿Vamos por unas cervezas? --preguntó Villa entusiasmado y con una sonrisa de lado a lado -- ¿andabas viendo mis cosas? --preguntó curioso.

-Si... perdón, no me correspondía.

-No pidas perdón tonta, no pasa nada. --esbozo una timida sonrisa-- ¿ vamos ?

Caminabamos por las calles de Madrid y yo estaba atontada por cada rincón de esa hermosa ciudad. Nos frenamos en un pequeño pero acogedor bar. Unas luces colgaban afuera junto a unas altas banquetas rojas con sus respectivas mesas le daban un toque pintoresco al lugar.
Pedimos pizza, acompañada de unas cervezas.

Mientras esperábamos la comida los chicos contaban anécdotas de giras pasadas, yo lloraba de la risa.

-Y Martín sale corriendo hacia el escenario y justo estaba mojado --Isaza no podía hablar de la risa -- y bueno, allí fue.