Capítulo 2

23 1 1
                                    

CAPÍTULO 2

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO 2


-Te dije que no sería la última vez que nos veríamos-. Habló el desconocido con una sonrisa en sus labios.
Bonus no podía contener el nerviosismo, ocasionando que actuara de forma torpe.
-Sí.. Bueno.. yo... Me gustaría saber si necesitas algo-.
-Queremos hablar con el dueño de la tienda. Pero creo que nos presentamos primero. Yo soy Junior, él es Kad y este chico...-.
El desconocido, cuyo rostro lo vio el día anterior, se adelantó y se presentó él mismo.
-Yo soy Bank... Bank Toranin-.
"¿Bank? Se apoda igual que Thana".
Pensó Bonus.
-¿Puedo saber tu nombre?-. Bank le preguntó al no obtener respuesta. Pero Bonus no estaba dispuesto a dialogar con los recién llegados, así que tomó su celular y marcó a su padre quien respondió de inmediato.
-¿Hijo?-.
-Papá, vente de inmediato al local. Hay tres personas que quieren hablar contigo-.
-¿Tres personas? ¿Quiénes son?-.
-Dicen llamarse Kad, Junior y Bank-.
Al escuchar esos nombres, el anciano casi da un grito a través del auricular.
-¿Qué? Espera allí iré de inmediato-.
Cortó la llamada rápidamente.
El hombre prácticamente llegó corriendo al local donde lo esperaban estos tres jóvenes. Y al aparecer por la puerta, el dueño los enfrenta con valentía.
-Dejen a mi hijo tranquilo. Él no tiene nada que ver en esto-.
El hombre se coloca delante de él, parándose frente a los hombres arrimados en la mesa del mostrador de vidrio.
-¿Papá?-. Dijo Bonus, -¿Quiénes son ellos?-.
El anciano se volteó y se giró hacia su hijo.
-Vete de aquí-.
-No, quiero saber qué está pasando y de dónde conoces a esos tipos-.
Esta pequeña discusión entre padre e hijo comenzó a molestar a los jóvenes, quienes no tuvieron ningún tipo de consideración, hablaron de su visita.
-Escuche, anciano. Lleva más de un mes sin pagar el dinero que nos pertenece. Así que hemos venido por él-.
-Nong Junior, espera que se vaya mi hijo-.
Bank, quien no ha despegado su vista de Bonus, interrumpe a su amigo.
-Oh, espere un momento. Su hijo debe estar presente-.
Bonus, sin entender nada de lo que sucede, exige que se le informe de todo. Kad, quien estaba en silencio, no dudó en explicarle el lío en el que se había metido.
"¿Cómo pudo ser posible que mi padre se haya metido con unos prestamistas? Esta mierda no se acabará nunca". Su mente comenzó a funcionar a full cuando escuchaba la historia de su padre y los prestamistas.
Ahora entendería cómo es que logró tan rápido el dinero y el funcionamiento de la tienda.
-Ahora ya sabes lo que tú y tu padre nos deben, pero más tu padre. Él fue el que aceptó nuestro dinero. O mejor dicho, el dinero de nuestro jefe-. Acotó Junior.
-No hemos tenido el dinero. Las ventas no han ido bien-.
Al escuchar a Bonus excusarse, el padre levanta la mano para callar a su hijo, dando a entender que será quien explique todo.
-Como dice mi hijo, las ventas han bajado y no he reunido el dinero semanal que corresponde. Por favor, necesito un poco más de tiempo-.
-Lo siento, P', pero nuestro jefe está un poco ansioso, desde hace dos meses que no has pagado el dinero que corresponde y ya no quiere más excusas. Así que pagas o te destruiremos este hermoso local-. Amenazó Junior.
El hombre parecía ser el más rudo y cruel de los tres, por lo que sus amenazas hicieron temblar de miedo al anciano.
Bonus se enfureció al escuchar cómo su padre estaba siendo intimidado por el trío de jóvenes y los enfrentó sin temor.
-¿Cómo te atreves a amenazar a mi padre?-. Le dijo tomándolo de la camiseta sin importarle que tenía el mostrador de por medio. Pero Junior lo tomó de la mano apretando su muñeca derecha fuertemente.
-Escúchame, maldito imbécil. No sabes con quién te estás metiendo, así que no me provoques-.
-Suéltalo-.
Ambas personas miraron a su lado, viendo a Bank que tomaba el brazo de Junior obligando a soltar a Bonus.
-¿Acaso estás...?-.
-No, no. Sólo quiero que el producto a empeñar esté en perfecto estado, P'Junior-. Respondió con una sonrisa mirando hacia Bonus.
-¿Qué dices?-.
Bank se colocó delante de Junior y Kad, justo frente al padre de Bonus.
-Vendremos mañana a buscar el dinero. Si no lo tiene, nos llevaremos a su hijo. Permanecerá con nosotros hasta que nos pague todo lo que nos debe. Y no se le ocurra escapar, porque lo vigilaremos, ¿de acuerdo?-.
Junior se acercó y susurró en el oído.
-¿Qué mierda estás haciendo?-.
Bank no dijo una sola palabra, simplemente miró a Junior y luego retomó su atención hacia el anciano.
-Ya está advertido-.
Sin decir ninguna palabra, se retiraron de la tienda.
El anciano sintió su cuerpo casi derretirse. Las piernas le flaqueaban y las fuerzas comenzaron a faltarle para seguir en pie, así que se sentó inmediatamente en el asiento de la caja registradora. En cuando a Bonus, su situación no era mejor que la de su padre. Debían apoyarse el uno al otro para salir de este problema.
-¿Por qué no me dijiste lo que habías hecho?-. Habló el chico apenas recuperó la compostura.
-No era un asunto que pudiera ser de tu importancia-.
-¿Por qué no? Soy tu hijo. Debía saber que estabas pagando un dinero extra a unos prestamistas ilegales-.
Bonus reclamó con justa razón a su padre poniéndose en todos los escenarios posibles de lo que pudo haber ocurrido con él.
-Lo lamento, hijo. Ahora estás metido por mi culpa-.
-No me importa si me llevan o no, sólo me importa que tú estés bien. Y si tengo que salir a pedir dinero, lo haré. Te prometo que mañana pagaré al menos la mitad de lo que debes, y no dejaré que me lleven a ningún lado-.
El hombre agachó su cabeza y no pudo controlar sus lágrimas.
-Lo lamento mucho. Sólo quería que tuviéramos una mejor vida. Con ingresos permanentes-. Dijo con voz quebrada.
La primera vez que veía débil y frágil a su padre, Bonus no tuvo corazón para reprochar aún más sus decisiones. Se agachó a la altura de su rostro y posó sus manos en los hombros del mayor.
-No te atormentes más. Vamos a encontrar una solución, ya verás-.
---
Las tres personas se subieron al automóvil sin dirigirse la palabra ninguno de los tres. El ambiente era extremadamente pesado y frío. Nadie quería romper el hielo.
Esta situación artó a Kad, el más silencioso y tranquilo de los tres, quien apenas se subió en la parte trasera del auto, reclamó a su amigo.
-¿Te volviste loco, Bank? ¿Cómo se supone que nos secuestraremos a ese P'?-.
-No te preocupes, informaremos al jefe P'Good y le contaré mi plan-.
Junior se colocó como piloto y encendió el automóvil. Miró hacia el espejo retrovisor, viendo el reflejo del que no era su amigo, sino que su novio.
-No hagas caso, cariño. Este idiota nos meterá en un problema, sólo por querer a ese tipo-.
-P', confía en mí. Sé lo que hago-. Recalcó Bank.
El auto se colocó en marcha y se unió a la pista concurrida. Junior aún continuaba sus quejas.
-¿Cómo puedes saber lo que estás haciendo? Sólo te llevas a ese mayor porque estás caliente con él, ¿no es así?-.
Bank se echó a reír coquetamente.
-De acuerdo, lo admito. Él me gusta y quiero tenerlo por un tiempo, pero también nos servirá para que el anciano se apresure y se ponga al día con el dinero-.
-Pero podemos romper su tienda-. Añadió Kad.
-Para ese viejo, la vida de su hijo es más importante que su tienda. Pagará más rápido si lo chantajeamos con él, ¿lo entienden ahora?-.
Junior se enfocaba más en la carretera y el tráfico que las palabras de Bank. Sabía de las actitudes de su amigo en cuanto al romance. En su diccionario no existía la palabra "amor", así que es probable que después de poco tiempo, el pobre mayor sería desechado como un estropajo o eliminado si el anciano no cumple con lo pedido.
De todas formas, aceptó el plan de Bank, igualmente Kad.
Se introdujeron hacia un barrio no muy acomodado y se estacionaron en una casa de clase media, cuya estructura era tipo prefabricada de dos pisos con diseño rural. Cualquiera que lo viera jamás imaginaría que el propietario es dueño de millones de bahts. Pero él se mostraba así, como una persona de clase media.
-P'Good, hemos llegado-. Dijo Junior apenas entró con sus acompañantes hacia la sala donde el jefe estaba sentado en el sillón tomando cerveza y viendo televisión.
-¿Noticias?-.
-No, el anciano no pagó nada. Le dimos un plazo hasta mañana-. Respondió Kad.
El hombre cuya edad no sobrepasaba los 30, se levantó algo molesto. Sorpresivamente arrojó la botella directo a la pared haciéndola estallar.
-Ese maldito hijo de puta lleva dos meses sin pagarme ni un solo baht. Me estoy cansando de él-.
Bank sonrió al ver la rabieta de su jefe y decidió calmarlo.
-No se preocupe, yo tengo un plan que hará a este tipo pagar su deuda-.
-¿Y cuál sería ese plan?-.
-Él tiene un hijo de unos 29 años y es lo único que tiene. Hará lo que sea para que no le suceda algo malo, así que atacaremos ese lado suyo-.
Good lo miró con el ceño fruncido. Entonces, se acercó a él y golpeó su mejilla ligeramente un par de veces.
-¿Es que acaso te lo quieres follar? No es la primera vez que te gusta alguien para acostarte y lo deshechas-.
-De acuerdo, P'. Me gusta ese mayor, pero creo que podemos sacar más ventaja monetaria con él-.
-Bien, hagámoslo. Mañana a primera hora quiero ese dinero o a ese chico. Ese anciano pagará por no cumplir el pago de mi dinero-.
Los tres chicos aceptaron la orden de su jefe y se retiraron de la casa con rumbo a su trabajo continuo. Otras personas debían pagar su cuota del préstamo que se les entregó.
Al día siguiente, muy temprano, Bank salió de casa en busca del dinero. Pidió que fuese sólo él quien se encargara del asunto después de una calurosa discusión durante el desayuno.
Tomó la carretera expedita y más rápida para llegar a la tienda que estaba al otro lado de la ciudad.
Por fuera se veía serio y concentrado en su trabajo, pero por dentro era todo lo contrario. Su corazón saltaba de alegría al saber que posiblemente tendría un nuevo juguete con el que se podría entretener después de mucho tiempo sin actividad.
Desde lejos, divisó la librería que yacía cerrada. La hora que mostró su reloj digital eran las 11 de la mañana. Usualmente estaba abierta, pero ahora no. Esto extrañó mucho a Bank, intuyendo que algo estaba pasando en ese lugar.
No se atrevería a hacerlo, ya se lo había advertido. Si se ocultaba o escapaba, lo buscaría hasta matarlo. Así es como operaba este grupo de personas, aunque Bank nunca haya llegado a ese punto. La orden era matar sin piedad, si no, ellos serían los reemplazos.
Al estacionar en una esquina cerca de la librería, se bajó y revisó cada rincón del lugar sin que se encontrara alguien. Entonces, una mujer mayor que pasaba por allí, fue su cómplice sin saberlo.
-Disculpe, ¿a qué hora abren la librería?-.
-Bueno, a esta hora debería estar abierta-.
-¿No sabe lo que pudo pasar? Soy amigo del hijo del dueño y necesito hablar con él-.
-Pues, si lo necesitas con urgencia, él vive en aquel lugar-. La anciana levantó su dedo índice apuntando hacia una casa de dos pisos, con diseño rústico y llamativo, decorado con flores en su jardín y una reja color negro.
-Muchas gracias-.
Bank se despidió con un wai y caminó hacia la casa mencionada. Tocó el timbre un par de veces, pero nadie abrió. Entonces, debía pasar por la fuerza si no estaban dispuestos a recibirlo, y de mala manera saltó el portón botando algunas macetas al piso. Siguió su paso hasta la puerta e ingresó a la casa donde Bonus lo detuvo apenas bajó las escaleras.
-No tienes derecho a entrar así-. Encaró el dueño de casa.
-Sabes a lo que vengo, ¿no es así?-.
Bank sonrió perversamente intimidando al chico que era mayor que él, pero poco le importaba. La diferencia de edad no lo detenían al momento de respetar a sus mayores.
-Mi padre es una persona mayor. Ten consideración de él-.
-Él obtuvo una gran deuda y debe responsabilizarse. El dinero no fue de regalo-.
-Sí, pero están pidiendo mucho dinero. Mi padre no tiene esa cantidad, por favor dale más tiempo-.
Bank, sin siquiera sentir un poco de conmoción, colocó su dedo índice sobre la sien de Bonus, y mientras hablaba, iba golpeando la zona.
-¿Puedes calcular en esa mentecita cuántos son veinticinco millones de Baht?-.
Bonus golpeó el brazo ajeno y zafó de aquella burla. No estaba dispuesto a soportar las amenazas de ese matón, ni muchos menos que intimidara a su padre. Si fuese necesario, él tomaría la responsabilidad.
La tensión entre ambos se sentía a distancias, y el anciano pudo oler aquello desde lejos, por lo que se apresuró a entregar un poco de su dinero ahorrado.
-Toma, es todo lo que pude ahorrar. Pero no te lleves a mi hijo, por favor-.
Estiró la mano y entregó un sobre con dinero suelto a Bank. Este lo abrió y lo contó.
-Ni siquiera es la mitad de lo que debes-.
-Es todo lo que tengo-.
-De acuerdo, entonces elige-.
Como si fuera un rayo, sacó una pistola desde su espalda y apuntó directamente a la cabeza del anciano.
El amenazado levantó sus manos y echó un pie atrás con un gran temor que reflejaba en su rostro sudado, con ojos que ya salían de su lugar.
-¡Espera!-. Gritó Bonus interponiéndose entre su padre y el hombre.
-Sabes lo que tienes que hacer-. Soltó Bank bajando la pistola con lentitud para luego guardarla en el mismo lugar.
-Yo tomaré el lugar de mi padre. Iré contigo, pero déjenlo en paz a él-.
-Siempre que nos pague toda su deuda. Hasta ese momento, tendrás unas buenas vacaciones con nosotros-.
Bonus se volteó hacia su padre y lo miró con ojos mojados.
-No te preocupes, saldremos de esta-.
-Hijo, no tienes que hacerlo-.
-No tenemos alternativa. Yo me haré cargo desde ahora, ¿sí? Y no te sientas culpable de nada-.
Lo abrazó con fuerza siendo correspondido con el mismo furor sintiendo el temor de su progenitor.
-Por favor, no lo hagas-. Susurró el anciano.
Bonus soltó el abrazo sin decir ninguna palabra.
-Vamos, dejemos la cursilería-.
Tomó a Bonus del brazo y lo empujó hasta llegar al automóvil. Bonus tiró de la mano de Bank no permitiéndole sentir su piel y se apresuró a subirse al asiento trasero.
-¿Por qué te sientas ahí?-.
Bank miró fijo el rostro de un molesto Bonus que sólo tenía la intención de salir corriendo lejos de él, pero no lo sabía. Él respondió con tajante enfado.
-¿Debo responder esa pregunta?-.
-Te lo advierto, vas a cambiar conmigo-.
Bonus hizo caso omiso a las palabras sin saber que muy pronto estas se cumplirían.
_________________

El ángel de los guantes negrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora