CAPÍTULO 12
Al despertar, se encontró con la sorpresa de que el hombre ya se había marchado. Aprovechó que estaba completamente dormido para retirarse en silencio.
-¿Qué está pasando contigo?-. Dijo en voz alta cuando vio que el sofá estaba vacío.
Entonces, se le ocurrió ir en búsqueda de su celular y llamó al hombre.
Tres tonadas y la llamada fue contestada.
-¿Hola?-.
-¿Por qué no me despertaste para despedirme de ti?-.
-Lo lamento, pero tenía un trabajo que hacer-.
Bonus sintió un dolor en su pecho debido a la inconsistencia de Bank que lo dejaba completamente confundido, y optó por ir al grano.
-¿Por qué cuando sucede algo entre nosotros, desapareces?-.
Bank no dijo ninguna palabra, sorprendido de que Bonus fuese tan directo en este campo. Pero, ¿qué podía responderle?
-En realidad, no pasa nada. Todo está bien, no te preocupes demasiado-.
-Si todo está bien, entonces, ven al departamento ahora-.
-¿Eh?-.
-Te espero-.
La llamada fue cortada abruptamente sin darle oportunidad a Bank de responder a la citación.
Al otro lado del teléfono, la persona que quedó sin opciones de responder, golpeó con la mano su cabeza de la molestia que tenía. Estaba consciente de que la queja de Bonus era con justa razón, pero no podía poner en riesgo al hombre. Al menos por ahora, debía mantener distancia con él, aún si su corazón le dice todo lo contrario.
-¡Eh!-. Dijo Jame tomando su hombro.
-¿Qué sucede?-.
-Ya llegamos a la dirección. El viejo debe tener su primer pago-.
-De acuerdo, vamos-.
Bank y Jame se bajaron del automóvil y se dirigieron a la dicha casa de dos pisos donde no demoraron en resolver el asunto. Se alejaron del lugar mientras sostenían una conversación especial que Bank inició cuando algunas imágenes de un problema que sucedió hace unos días volaron a su mente.
-Recuerdas al hombre que tenemos en mi departamento, ¿verdad?-.
-Sí, claro. El viejo ha ido prácticamente todos los días a pagar, excepto hoy. P'God no está. Viajó junto a Junior y Kad a Chiang Mai-.
-Lo sé-. Respondió.
-Entonces, ¿por qué me preguntas eso?-.
Bank miró al conductor con seriedad.
-¿Y recuerdas a los amigos de ese chico?-.
-Por supuesto. A veces acompañan al viejo y otras están en la librería con él. Realmente son una molestia. Sobre todo, ese idiota de Jet-.
Oyendo que hasta sabía su nombre, se alegró. Lo que tenía pensado hacer, podría darse de manera más fácil.
-Necesito pedirte un favor con respecto a él-.
Jame se extrañó con el petitorio de Bank. Aprovechó un semáforo en rojo para prestar mayor atención a su amigo.
-¿Un favor? ¿De qué se trata?-.
-Necesito que lo enamores-.
-¿Quieres que enamore a ese tipo?-.
El semáforo cambió a verde y Jame comenzó a avanzar retomando su concentración en la carretera. Pero tenía la suficiente experiencia como para no quitar la atención a la conversación con Bank.
-Sí, necesito que lo enamores para que se aleje de P'Bonus. Puedo pagarte un dinero extra por esto-.
-No es necesario, puedo hacerlo. Ese tipo, a pesar que me desagrada, está demasiado atractivo, no sería malo. Pero, ¿tú qué ganas con esto?-.
-Ese tipo está enamorado de él y yo no permitiré que nadie se le acerque-.
-¿Me estás diciendo que estás enamorado de ese Bonus?-.
Bank se dio cuenta que había soltado demasiada información.
-No es eso. Es sólo que necesitamos desviar a sus amigos. Es mejor que el anciano no tenga ningún tipo de aliado-.
-Ya entiendo tu plan. No te preocupes, ese desgraciado caerá rendido a mis pies. Ya lo verás. Es más, creo que puedo comenzar desde ahora-.
Bank no entendió lo que Jame le dijo, hasta que este le insinúa con sus ojos la dirección de una gasolinera donde precisamente estaba Jet.
-Creo que le colocaré más bencina al automóvil-.
Jame cambió su ruta y se introdujo a la estación de servicio donde casualmente Jet se había desocupado.
Se estacionó junto a la bomba y el empleado, luego bajó su ventana y habló.
-Oye, chico guapo. Llena mi estanque-.
Jet lo miró con desagrado.
-¿No pueden ir a otra estación, malditos bastardos?-.
-Oh, por favor. Tan hermoso y tan sucia esa boquita-.
Se bajó del automóvil y se paró justo frente a él para soltarle dichas palabras en su oído, lo cuál puso al trabajador un tanto nervioso.
-No seas ridículo y aléjate de mí. Déjame trabajar-.
-Como ordene el señor-.
Inició la carga de bencina al vehículo siendo observado en todo momento por Jame, que no le daba otra cosa más que nerviosismo. Su corazón latía con fuerza inexplicablemente pues, según su razón, debía sentir odio y rechazo. No obstante, no hallaba nada de eso en su interior.
-Por favor, déjame trabajar con tranquilidad-. Reclamó.
Jame se encogió de hombros cuando respondió.
-Yo no estoy haciendo nada malo, sólo observo. Y eso no está prohibido, ¿o sí?-.
Jet no respondió.
Terminó la carga y se apresuró a darle su boleta para que pudiera pagar y al fin librarse de ellos, pero Jame estaba dispuesto a continuar. Si no fuera porque Bank le pidió volver rápidamente a casa, no se habría ido jamás de allí.
Jame quería irse con la convicción de que su misión estaba dando resultado, y para ello, aplicó uno de sus mejores recursos; antes de que subiera al automóvil, se acercó a Jet y le dio un beso en la boca que sorprendió al chico sin tener la posibilidad de alguna pequeña reacción de defensa. Posteriormente, se alejó con una sonrisa burlona en su rostro, advirtiéndole que no sería esta la última vez que se verían.
-Vaya, sí que eres rápido-. Habló Bank apenas perdieron de vista la esta estación de servicio.
-Te dije que no sería problema para mí; además, este chico está demasiado guapo y no quisiera desaprovechar una oportunidad con él.
-¿No escuché anteriormente que ese chico te desagrada?-.
-Tal vez, pero ahora que lo miré de cerca, algo despertó en mí. Realmente es demasiado deseable-.
-Bien-.
La conversación finalizó cuando llegaron a la casa para descansar después de un largo día de trabajo. Bank aprovechó de darse un baño y después tomar una siesta.
Su cumpleaños no era más que un día normal como cualquier otro, y dormir era la mejor forma de olvidar tal fecha.
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Allí, en el sofá, esperando a que la persona citada llegase al departamento, pero no asomó ni su sombra. Desilusionado y triste se refugió en la cama, sin saber ni entender el momento que estaba viviendo. Además del cansancio por haber estado casi toda la mañana en la cocina preparando una torta de cumpleaños para Bank.
Encerrado, viviendo con temor que su padre o él salieran heridos y con una persona que lo hacía sentir seguro y protegido, pero hace confundir su corazón con acciones románticas.
¿Qué estaba pasando con Bank que no puede ser directo con él para también confesar lo que le pasaba a su corazón?
Estuvo un par de horas en la cama hasta que vio que la luz del día estaba ocultándose. Se levantó de la cama, y sacudió su cabeza hastiado de tanto pensar en la situación, por lo que tomó una decisión.
Sacó su celular del escondite, buscó el número de su padre y llamó, siendo atendido casi inmediatamente.
-¿Hijo? ¿Cómo estás? ¿Sucedió algo?-.
-Papá...-.
La voz de Bonus sonaba triste y desolada. Su corazón comenzó a doler cuando vio que Bank se había ido sin decir alguna palabra después de lo sucedido en la madrugada, La primera vez que se besaron, se alejó. La segunda vez, no explicó con certeza lo que sucedía. Hacer cosas que lo confunden, simplemente lo lastimaba.
Finalmente comprendió lo que le estaba sucediendo; le gustaba Bank más de lo que pensaba.
-¿Ocurre algo? ¿Te hicieron algo?-. Preguntó preocupado por el tono de voz de su hijo.
-Ya no quiero estar aquí. Yo... Quiero irme a casa contigo-.
-¿Ese tipo te hizo algo?-.
-No, en realidad no. Sólo quiero que puedas ayudarme a volver a casa. No quiero seguir encerrado en este maldito lugar-.
Los ojos de Bonus se llenaron de lágrimas cuando suplicó por el regreso a su hogar y su voz se quebró al darse cuenta de lo que había escogido su corazón. No podía continuar allí sabiendo que esa persona iría frecuentemente al departamento, se involucraría más de lo que podría soportar.
-Está bien, sólo aguanta al menos un par de días. Iré a pagar la deuda con el dinero que tengo, ya sabes cual-.
-Papá, no aguanto un par de días. Por favor, sácame de aquí-. Habló con sollozos.
-¿Por qué estás llorando? Necesito saber qué fue lo que te hicieron. Dijeron que no te harían daño mientras yo pague la deuda con ellos-.
Bonus respondió casi al instante para que su padre no entrara en pánico y entendiera mal las cosas.
-No, ellos no me han golpeado ni nada por el estilo. Es sólo que no quiero estar más aquí viendo a una persona en especial que está golpeando fuertemente en mi corazón-.
-Estás hablando de...-.
Bonus tapó su boca para controlar sus palabras, luego continuó.
-No puedo decirte nada más-.
-Está bien, pero tienes que esperarme unos días. El maldito está fuera de la ciudad y no sabemos con exactitud cuándo regresará. Así que debes tener paciencia.
-De acuerdo-.
Cortó la llamada y se sentó en la cama con los brazos apoyados en sus piernas y sus manos sosteniendo su cabeza. Pero la levantó cuando escuchó una voz conocida que provenía desde la puerta.
-¿Por qué te quieres ir?-.
-¡Bank!-.
Secó sus lágrimas y se levantó rápidamente de la cama. Bank se acercó a Bonus hasta quedar frente a frente.
-Vine porque me citaste esta mañana-.
-Te llamé en la mañana y son casi las siete de la tarde. Deberías irte-.
-Lamento no haber venido antes; tuve mucho trabajo-.
-Entiendo-.
Bonus apartó sus ojos de los de Bank y miró hacia el piso mientras daba unos pasos hacia atrás para alejarse del recién llegado.
-Ahora que estoy aquí, ¿no dices nada?-.
Bonus levantó la cabeza y habló.
-Quiero irme de aquí-.
-Sabes que...-.
-¡Sí, lo sé! Pero quiero alejarme de toda esta mierda lo más pronto posible y volver con mi papá-.
-No puedo hacer nada al respecto. Sabes las consecuencias-.
Con un rostro furioso y dándole un empujón a Bank, respondió casi con un grito.
-¡No me importa! ¡Sólo quiero irme de aquí! ¿Es tan difícil de entender?-.
Bank responde en un tono calmado.
-¿Por qué estás actuando así?-.
-Es por ti que estoy así. Todo lo que sucede es por tu culpa-.
-¿Eh?-.
-Dime, ¿por qué no hablamos de lo que está sucediendo entre nosotros? ¿Por qué cada vez que sucedió algo, no eres capaz de enfrentarlo?-.
El problema no era muy complicado de entender para Bank. Como si fuera una suma de dos números pequeños, resolvió de forma inmediata en su interior. Pero por fuera, sólo dio una respuesta incompleta.
-Tú no sabes quién soy en realidad. Por eso no puede haber nada entre nosotros-.
-Nos hemos besado y masturbado el uno al otro, ¿y te atreves a decirme eso?-.
Bonus intentó evitar que sus lágrimas lo delataran, pero le fue imposible. Al momento de decir esas palabras, su voz se quebró y sus ojos comenzaron a empapar sus mejillas.
-P'... No sabes la persona que soy-.
-Sí, sé quien eres y lo que haces. Eres un ángel que ha estado siempre presente, evitando que me vuelva loco en este maldito encierro-.
-Yo no soy un ángel, soy un demonio-.
-Si no fuera por ti, ya habría hecho todo lo posible por escapar sin importarme nada. Pero cada vez que te veo, siento que estoy seguro y me transmites calma-.
-No sabes lo que dices-.
-Sí, sé lo que digo. Pero lo que no sé, es lo que sientes en tu corazón con respecto a mí-.
-¿Por qué quieres que te lo diga?-.
-Porque necesito saberlo para detener mi corazón antes de que sea demasiado tarde-.
La habitación se llenó de un silencio absoluto que dejó a Bank con la mente en blanco, sin opciones a buscar una respuesta que dejara satisfecho a Bonus. Sin embargo, su cuerpo inconscientemente habló por sí mismo y se abalanzó sobre la otra persona, agarrándolo de la cintura y apresando sus labios en un beso desesperado y con mucha pasión. Al principio, Bonus no quiso aceptar el beso e intentó separarse de él, pero su cuerpo tampoco respondió y terminó por caer en los brazos ajenos, aceptando que su lengua entrara en la cavidad bucal para saborear su interior.
Después de un tiempo, Bank terminó el beso y habló con sinceridad.
-No quiero que te hagan daño por mi culpa. Si P'God se entera de que nos estamos involucrando, es capaz de todo-.
-¿Por qué?-.
-Porque yo...-, hizo una pausa para pensar en las palabra que diría y luego prosiguió, -se dará cuenta de que desobedecí sus órdenes ayudándote. Es una traición para él-.
-Entonces, ¿qué significa? Por favor, sé honesto conmigo-.
Bank soltó la cintura y tomó su rostro, limpiando las lágrimas en sus mejillas.
-Me gustas mucho. Tanto que no puedo controlarme, y quiero dar el paso siguiente contigo. Ayer lo deseaba, pero no me lo permitiste-.
-¿Lo querías?-.
Bank asintió.
-Tú también me gustas mucho, pero no estaba seguro que si ibas a querer hacerlo, por eso sólo te dejé que me ayudaras-.
Bonus apegó su frente con la de Bank y rodeó su cuello con los brazos.
-Por favor, no me niegues la posibilidad de darle rienda suelta a mis sentimientos-.
-No lo hagas. Yo tampoco me negaré a hacerlo-.
Una sonrisa que hace mucho tiempo Bonus no mostraba, se dibujó en su rostro Iluminando el corazón de quien lo vio.
-Me encanta verte así-.
Bonus lo abrazó después de escuchar esas palabras y se aferró fuertemente a él.
-Finalmente podemos estar bien-.
-Por el momento, todo queda entre nosotros-.
-Sí-.
Bank soltó el abrazo y le dio un pequeño beso.
-¿Recuerdas lo que te dije anoche? No mentía cuando te dije que había sentimientos de por medio-.
-Lo sé... Ahora lo sé-.
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El ángel de los guantes negros
FanficBonus y su padre viven de los ingresos de una librería que lograron levantar gracias a un préstamo que el anciano consiguió a unos prestamistas a espaldas de su hijo. Esto provocó que Bonus cruzara su vida con uno de los cobradores, llamado Bank. Am...