Capítulo 14

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CAPÍTULO 14

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CAPÍTULO 14

A mitad de la noche, descansando en su pecho, entrelazando sus dedos, Bonus estaba pleno y feliz. Su corazón parecía salirse de su pecho por todo lo que había sucedido antes. Después de mucho tiempo había experimentado el amor.
-Parece que tienes experiencia-. Dijo Bank rompiendo el silencio.
-Si te refieres al sexo, la verdad es que no soy virgen. Tuve una relación que duró tres años, pero eso ya hace mucho tiempo-.
Bank sintió una punzada en su pecho, y continuó para saber más de ello.
-¿Esa persona era Jet?-.
Bonus soltó una pequeña risa que molestó un poco a Bank.
-No te rías-.
-Lo siento, es sólo que te ves lindo cuando estás celoso. De todas formas, no es Jet. Era un chico que ya no está en este país. Se mudó hace bastante tiempo al extranjero-.
-Y... ¿lo amaste mucho?-.
Bonus no respondió a esa pregunta. Pensó que no era el momento para contarle lo que había descubierto en ese instante. A cambio de la respuesta, quiso ser él quien se convierta en el entrevistador.
-¿Y tú? También pareces ser un experto en el sexo-.
-Yo no soy de esas personas que se enamoran. Sólo tengo aventuras de una noche y después borrón y cuenta nueva. Pero eso cambió desde que te conocí-.
-Aquel día en ese bar, ¿verdad?-.
-No-.
Bonus frunció el ceño sin entender lo que Bank había dicho. Según sus recuerdos, la primera vez que lo vio fue a través del espejo del baño en ese bar.
¿Cuándo se supone que Bank lo conoció?
-¿No? ¿Entonces?-.
-La primera vez que te vi fue en una fotografía que tu padre tenía en la sala. Cuando le cobramos la primera cuota de la deuda-.
-Pero eso fue hace poco más de un año-.
-Sí. Desde ese día es que tenía ganas de conocerte y entrar en tu vida-.
Al escuchar esas palabras, Bank calló y Bonus, descontento, continuó con la ronda de preguntas para obtener más de aquella información.
-Pero, ¿cómo es que nunca te acercaste a mí si sabías dónde me podías ubicar?-.
-Porque tu padre no te había contado nada sobre la deuda y yo no pretendía acercarme a ti sin que supieras de dónde provengo o a qué me dedico. No me gusta esconder cosas o mentir con tal de conocer a alguien que me gusta. Por eso esperé pacientemente a que conocieras esta parte de la historia para yo acercarme a ti-.
Bonus, por primera vez levantó su cabeza y miró hacia arriba, a los ojos de Bank.
-¿Esa es la razón por la cual propusiste que me secuestraran y me dejaran encerrado?-.
-La verdad es que esa fue la única forma que encontré para acercarme a ti. Pero mi plan era ser yo quien me hiciera cargo de ti. No conté con que P'God metería sus manos en esto. La situación se me escapó de las manos e intenté hacer todo lo posible por ser yo la persona que cuidara de ti. Así podría defenderte a pesar de todo-.
Bonus bajó su mirada hacia las manos entrelazadas y llevó la de Bank hacia su boca dándole un beso.
-Ahora entiendo toda tu ayuda. Realmente eres mi ángel. Gracias por eso-.
Bank continuó su relato que parecía una confesión.
-Al principio, tenía curiosidad de probar tu cuerpo, pero mi mente fue cambiando con cada día que te conocía un poco más-.
Se levantó de su puesto obligando a Bonus a levantarse también, quedando los dos frente a frente.
-No debiste darme este regalo de cumpleaños-.
-¿Por qué?-.
-Porque ahora voy a querer desearte todos los días-.
Bonus sonrió y respondió.
-No hay nada que pueda detenerte. De hecho, no te voy a detener-.
Él mismo se acercó a Bank y le robó un beso largo, haciendo su propio cuerpo hacia atrás trayendo a la otra persona con el fin de mostrar que quería un poco más de él.
La habitación se llenó de gemidos y sonidos de placer de dos hombres que se entregaron por completo hasta el amanecer, durmiendo apenas dos horas después de haber terminado satisfechos.
Bonus abrió los ojos gracias a un rayo de luz solar que daba justo en su rostro. Se quedó unos segundos escuchando los calmados latidos del corazón de Bank que continuaba dormido. Levantó su cabeza y lo miró con detenimiento para grabarse cada facción del rostro sereno del chico.
-Luces muy tranquilo, relajado... y feliz-. Dijo luego de haber depositado un beso en sus labios.
Tomó su celular del velador y miró la hora. Se sorprendió a tal grado que su gentileza se esfumó cuando zarandeó a Bank con brusquedad.
-¡Bank, despierta! ¡Ya son las doce del día!-.
-Mmmm-.
-¿No tienes que ir a hacer tus cosas?-.
El oyente no abrió los ojos pero respondió con indiferencia.
-Sí, pero no iré-.
-¿Qué?-.
Entonces, Bank abrió los ojos y tomó su celular para hacer un corto llamado.
-Hola, Jame. Sólo te llamó porque me tomaré un par de días de descanso-.
Por el tono alterado que emitió, Bonus podía escuchar de lejos al chico al otro lado del teléfono.
-¿Qué? ¿Cómo se te ocurre tomarte dos días? Esta tarde llega P'God y necesita que estemos en casa. Ya sabes cómo es él-.
Bank se sobresaltó luego de la noticia.
-¿Cómo que llega esta tarde?-.
-Sí, Kad acaba de enviarme un mensaje-.
-Olvídalo, no te preocupes, yo le explicaré todo. Tú estarás a cargo de las cobranzas. Si P'God llega a preguntar por mí, sólo le dices que no estoy-.
-Bueno, no soy tu papá, así que puedes hacer lo que quieras-.
-Adiós-.
Apagó su aparato y lo dejó en la mesita de noche, luego volvió a Bonus y colocó su cabeza en las piernas de este.
-Por favor, quedémonos en cama-. Suplicó con ternura.
-Pero, ¿cómo no irás? El conserje vigila la entrada, se dará cuenta de que no has salido de aquí y le contará a tu jefe-.
-No te preocupes por eso. Yo me encargaré-.
Bonus suspiró y accedió a su petición.
-De acuerdo, pero con una sola condición-.
Bank inmediatamente se enderezó.
-¿Condición? ¿Cuál sería?-.
-Quiero que seas honesto conmigo cuando me respondas lo que te preguntaré, ¿de acuerdo?-.
El oyente asintió.
-Después de lo de anoche... ¿Cuál es nuestra relación a partir de ahora?-.
Bank colocó una expresión seria y alejó su rostro de Bonus.
-¿Qué quieres que seamos?-.
El sonido de esa pregunta parecía dudosa y esquiva, lo cual parecía que Bank no quería saber sobre el tema. Bonus capturó este mensaje inmediatamente y bajó su mirada sin responder ninguna palabra.
Bank se levantó de la cama colocándose unos pantalones ligeros y caminó hasta la salida de la habitación, siendo detenido por Bonus, quien fijó su mirada en aquella persona antes de que desapareciera de su vista.
-¿A dónde vas?-.
-Voy a ducharme. Tengo que comprar algunas cosas para que mi novio coma algo-.
-¿Tu novio?-. Preguntó sorprendido.
Bank suspiró y se acercó a Bonus con cautela.
-No quería decírtelo, pero ayer me acosté con mi novio y lo hice mío. Él aún no sabe que en ese momento lo tomé como mi novio. ¿Se enojará si le digo que será mi novio aunque él no quiera?-.
-¿Por qué no pruebas?-.
-Tienes razón, lo haré-.
Lo tomó del mentón y lo besó con ternura, luego habló.
-Eres mi novio, aunque no quieras serlo-.
-Seré tu novio, aunque intentes alejarme de tu vida-.
-Eso jamás-.
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El vuelo hacia Bangkok se retrasó debido a unos contratiempos de la aerolínea, modificando la llegada de sus pasajeros quienes fueron sorprendidos por la oscuridad de la noche.
-¡Rayos! P'God duerme tan plácidamente. No sé cómo puede hacerlo después de lo que sucedió-. Dijo Kad luego de mirar a su jefe dormir en el asiento que daba a la ventanilla.
-Tranquilo, esto es parte de nuestro trabajo. Ya deberías saberlo-.
Junior, sentado en el medio, también miró a su derecha después de haberle hablado a Kad y masajeado su hombro.
-No me refiero a eso, sino por el hecho de que él será buscado por esas personas y no tiene ningún tipo de miedo o preocupación-.
-Lo sé, no fue a un simple deudor al que le quitó la vida. Pero no te preocupes, voy a estar a tu lado para protegerte-. Respondió Junior con un beso ligero en su boca, -Ahora duerme un poco-.
El chico sólo soltó un suspiro y acomodó su cabeza hacia atrás cerrando sus ojos para dejarse llevar por el sueño.
Fue como si hubiese pestañeado un par de veces cuando ya estaba aterrizando en Bangkok a mitad de la noche. Junior lo despertó avisando de la llegada por lo que se apresuraron a salir del avión.
God tomó su celular y llamó a uno de sus subordinados.
-Jame, estamos por bajar del avión, ¿has llegado?-.
-Sí, P', he llegado hace unos quince minutos-.
-De acuerdo. Recógenos en la entrada-.
-Sí-.
Fin de la llamada.
Los pasajeros estaban avanzando rápido para salir del avión así que no demoraron en llegar hasta la camioneta que los llevó a casa para descansar del pesado viaje.
Al día siguiente, temprano en la mañana, el jefe realiza una reunión durante el desayuno con tres de sus empleados.
-¿Dónde está Bank?-.
Todos fijaron su vista en Jame pues este sería la única persona que sabría de su paradero.
-Pues, hablé con él ayer en la mañana. Me dijo que se tomaría dos días de descanso-.
-¿A dónde se fue?-. Agregó Kad.
-Bueno, anoche y la noche anterior no vino a dormir-.
God frunció el ceño y continuó su interrogatorio.
-Entonces, ¿dónde pasó la noche?-.
-La verdad no lo sé. Sólo me dijo eso-.
God comenzó a sospechar del lugar de dónde estaría su mejor empleado, y llamó primero al conserje de su edificio.
La llamada fue contestada inmediatamente.
-¿Señor?-.
-Bank ha pasado por su departamento?-.
-No, señor. Hace dos noches que no asoma por estos lugares-.
-¿Y el rehén?-.
-No se ha visto nadie que vaya a ese departamento, así que no sé si está muerto o vivo-.
-Bueno, no me importa si lo está o no. Gracias-.
Inmediatamente después de colgar, marca a su mejor empleado quien responde a la sexta tonada.
-Hola, P'-.
-¿Dónde mierda estás? ¿Cómo es eso de que te tomas dos días de descanso?-.
-Pues salí de Bangkok por un par de días solo-.
El hombre nunca tuvo una queja sobre el trabajo de su empleado y tampoco dejaba sus labores, así que el regaño fue mínimo y le permitió su ausencia.
-De acuerdo, sólo dos días. Te espero mañana aquí, ¿de acuerdo?-.
-¿Mañana?-.
-Sí. Me anunciaron que ayer no viniste a trabajar, y hoy tampoco. Ya tienes tus dos días-.
Bank simplemente suspiró.
-Está bien-.
La llamada finalizó antes de que las dos personas pudieran despedirse, así que el jefe dio por terminada la reunión antes de levantarse de la mesa.
-Tengo algo que hacer, así que vuelvan a sus labores-.
-Sí-. Dijeron los tres chicos presentes a coro.
God no quiso que nadie fuese testigo de lo que planeaba hacer, razón por la cual ordenó que sus chicos fuesen a trabajar en las cobranzas correspondientes. Tomó dos maletas de su viaje y las colocó dentro de una de las camionetas de su propiedad, posteriormente se subió en ella y emprendió su viaje rumbo a la casa abandonada que utilizó en un principio como cárcel para Bonus.
La casa, si bien estaba abandonada, la compró silenciosamente para tener a su rehén sin que nadie supiera de su ubicación, menos su padre. Ahora estaba en las mismas condiciones de abandono sin ser visitada por alguien.
Como un rayo se hizo paso hacia la casa abandonada llegando en menos de una hora al lugar. Bajó sus maletas y se dirigió hacia la habitación principal en el segundo piso, donde se encontraba sólo un ropero grande. La abrió y se encontró con dos maletas.
-Aún están a salvo-.
Se volteó hacia una de las nuevas maletas y abrió una de ellas con una gran sonrisa observando con avaricia el montón de dinero guardado allí que alcanzaba los 50 millones de Bahts.
-Aquí jamás te van a encontrar. Mucho menos los idiotas de los empleados de ese mafioso de mierda-.
Cerró la maleta y revisó la siguiente para corroborar que todo estaba en orden. Hizo espacio con las otras dos ya puestas, pero notó que una de ellas estaba un poco más ligara que lo normal.
Si estaba llena, debía tener mucho peso, pero esta maleta, a juzgar por la ligereza, supuso que estaba vacía, no obstante, quería confirmar sus sospechas.
-¡Mierda! ¡¿Quién fue el hijo de puta que se atrevió a robarme?!-. Gritó con todas sus fuerzas, haciendo un escándalo de aquellos, dando patadas a todo lo que se le cruzara por su camino.
-¡Maldita sea!-. Continuó.
Tal y como lo sospechaba, la maleta estaba completamente vacía, sin rastros del dinero que tenía guardado allí, lo que provocó la furia del hombre.
Comenzó una serie de preguntas dentro de su cabeza, pero sin tener respuesta alguna a ninguna de ellas.
¿Quién habrá sido capaz de robarle en dinero? ¿Se metió alguien a la casa?
Pensaba en todas las posibilidades, pero no dio con alguna respuesta que pudiera aclarar este suceso. Revisó la maleta que estaba junto a la vacía y el contenido estaba completo.
-Entonces, ¿cómo pudo ser un robo casual?-. Se preguntó.
Un ladrón como cualquiera, se robaría todo lo valioso que le sea posible. En cambio, este peculiar delincuente sólo robó una maleta y la otra estaba completamente intacta. Ningún villano es tan tonto como para robar sólo la mitad de un millonario botín.
-¿Quién mierda se enteró de la existencia de esto?-.
Guardó las tres maletas llenas en el sótano de la casa y se subió a la camioneta con rumbo rápido hacia su casa. Tomó su celular y llamó a la primera persona que encontró en su lista.
-¿Hola?-. Contestó la persona a la tercera tonada.
-Junior, necesito a todos en la casa ahora-.
-Sí, señor-.
-Y que también esté Bank. Quiero que estén todos reunidos en la casa, ¿entendiste?-.
-Sí, señor-. Respondió si nada más que decir.
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El ángel de los guantes negrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora