-Dia 4-

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Estoy bien.

Sonrió pero inmediatamente borro mi sonrisa con mis hombros decaídos, mientras observo la fachada de el instituto. Algunos estudiantes pasan por mi lado dedicándome miradas curiosas qué rápidamente son descartadas por mi mala mirada. Saco el pequeño espejo que tengo guardado en mi bolsillo para echarme un vistazo y asi notar que mi maquillaje sigue en perfecto estado.

No pude dormir en toda la noche por todas las lágrimas que he tenido acumuladas a lo largo de estos meses y que decidí dejar salir anoche para drenar algo de mi sufrimiento. Es por eso que, la mañana del día de hoy, mis ojos amanecieron hinchados por lo que tuve qué hacer uso de mis conocimientos sobre el maquillaje para que esto no se notará y verme como la nath de todos los días.

Guardo de nuevo el espejo en mi bolsillo, para tomar la decisión de adentrarme al instituto con mi mentón en alto al ritmo de mis pasos seguros, elegantes y muy coquetos. Porque a pesar de las adversidades jamás he dejado que me vean destruida, siempre he sido la chica chispeante, coqueta y sociable, no es algo que pienso cambiar ahora. Cuando empecé a crecer y a entender vagamente el ritmo de la vida, entendí que si dejas ver alguna grieta en tu armadura las personas se aferraran a ella hasta que logran romperte.

Es por ello que levanto mi mano para dedicar algunos saludos seguidos de sonrisas y algunas guiñadas de ojos. Me detengo frente a mi casillero y meto la llave para abrirlo rápidamente, saco mi libro de literatura para tomar la puerta de mi casillero y cerrarla para ver el rostro de Jacob detrás de esta. Un jadeo abandona mis labios por el susto pero me recompongo casi automáticamente.

_ Morgan, piensas matarme de un susto?

Este sonríe, pero no responde mi pregunta. Mi mente regresa a nuestro pequeño momento en la cancha, por lo que rompo el contacto visual por miedo a que note algún cambio en mi comportamiento.

_ Vendrás al partido de hoy?

Vuelvo a observarlo y afirmó.

_ Te guardaré uno de los mejores puestos.- me dedica una sonrisa pícara.- ya sabes, para que tengas las mejores vistas.

Abro la boca para responder pero esto se ve interrumpido por la presencia de el resto de nuestro grupo. Alexia deposita un beso en mi mejilla, por lo que ahora ella es mi centro de atención quien me dedica una de esas miradas que tanto detesto.

Lástima.

Le hago una mueca que ella logra entender rápidamente porque su expresión cambia a una más alegre.

_ Estamos en la semana final.

_ Alexia, estamos a mitad de nuestro último año escolar.

Peter acomoda sus lentes viéndose más nerd de lo normal.

_ Me refiero a el campeonato de fútbol.

Este menea la cabeza y Jeremías afirma.

_ Vendrán a vernos, verdad?

_ Nath acaba de confirmarme que sí.

Nuestras miradas vuelven a conectarse y ese ambiente pícaro se crea nuevamente entre nosotros. Lucho contra las ganas de morderme el labio inferior, soy una mujer que le encanta disfrutar del sexo opuesto, pero desde que Jacob Morgan llegó a mi vida es como si se hubiera transformado en la única persona que logra revolucionar mis hormonas, pero yo conozco estos desenlaces y siempre terminan en sentimientos mezclados, no puedo arriesgarme a esto.

Porque él que se enamora pierde.

_ Van a besarse o no?

Rompo nuestro juego de miradas para observar a jeremias quien tiene un puchero.

Solo es cuestión de tiempo (#2 Temporales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora