>Treinta y uno<

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17:22

Estaba en mi habitación mientras comía palomitas viendo una película de un jefe en pañales, me encantaba está película. De verdad, de mis favoritas y creo que nunca me cansaré de verla repetitivas veces.

Apunto de cerrar mis ojos sentí que alguien tocó la puerta de mi habitación, me puse de pies y vi que era;

- ¿Qué quieres? - Me apoyo en el marco de la puerta

- Que hablemos - Intenta pasar pero lo detengo - Hazme espacio, Sam~

- No, largo Tom, recuerda que te pedí que habláramos anteriormente y no quisiste escucharme. Ahora lo siento, estoy muy ocupada. - Intente cerrar la puerta pero pone el pies

- ¿Ocupada? Si cómo no, seguro poniéndote linda para cualquier idiota que te va a cog~

- Si, no veo el problema. Soy asi ¿No? Una puta. No me lo recuerdes. - El suelta un suspiro y me hace a un lado - No, que haces - y se adentra conmigo cerrando la puerta

- Hablemos - Bufe molesta y me sente en la cama - ¿Un jefe en pañales? Puff- se burló - ¿Por qué no porno? -

- Por que verlo si puedo grabarlo yo misma - Solte, molesta de brazos cruzados

- Si. Conmigo. - Hablo tan rápido que se tiró sobre mi

- To~tom ya~mierda tú. - Forcejeó, tratando de sacarlo sobre mi cuerpo pero tenía más fuerza

- No te hagas de rogar. - Aprieta mis muñecas llevándola atrás de mi cabeza - Sé que quieres esto y más- Se inclino hasta mi rostro, rozando su labio húmedo - y te lo daré, Sam - murmuró soltando un suspiro qué ya sabía su comportamiento EL PORQUÉ estaba actuando ASÍ

- Tom no. Estás ebrio. - Movi mi cuerpo y el aún no se movía, estaba sobre mí - Podemos hablarlo pero no~

El empezó a besarme, al principio dejé llevarme pero reaccione alzando levemente mi rodilla y golpeando su entrepierna haciendo qu esté cayera seco al piso. Me resiste el no reírme o quedaba como la maldita.

Me puse de pies, acomodando mi ropa.
- No me escuchabas y tuve que actuar así- El gruñia en el suelo, con sus manos en la zona que fue golpeada

- Maldita sea, Samantha, eso dolió. Auuuu. - Soltaba quejidos y lo levante, poniéndolo sobre mi cama - ¿Que harás? Por fin me obedeceras y vamos a cog~

- Jamás. - Agarre el control y apague la televisión. - Nunca va a suceder eso, tu y yo nunca - Es obvio que mentía pero bueno, mi ego dice que no me declaré ahora. En su estado no.

- Si claro - Rie

- Descansa - Murmure y note que sus ojos empezaban a cerrarse, hasta sentir sus ronquidos 

Tan rápido se moría, perdón dormía. Aprecie un buen rato su perfil desde el suelo sentada, es que tenía una perfecta nariz, sus cejas QUÉ ENVIDIA, hablemos de lo perfecto que le queda el piercing junto a sus carnosos labios.
El se movió dándome la espalda y así seguir durmiendo.



















(....)









20:30

Ya estaba preparada esperando a Nick cuándo veo que bajaba Tom junto a los demás. Adormilados frotando sus ojos.

- ¿Ya saldrás? - Pregunto Bill, tirándose al lado mío.

- Si, en un rato viene - Mire a Tom quién se metió a la cocina

- ¿Lo haces por el verdad? - Mire a Bill, intentando comprender de lo que me dijo hace nada de un segundo

- ¿Que? No te escuche - Acomode mi vestido

- Que todo lo haces por el, digo, darle celos y eso - Es obvio pero no lo afirmaría. Tal vez mienta, sólo por esta vez así Tom se vuelva a interesar en mí

- No. No lo sé, cuando choque con Nick de verdad sentí algo...un...- Justo suena una bocina desde afuera de la casa y salió Tom, mirando a la puerta - Debo irme chicos. - me puse de pies

- Que te vaya bien Sam. Esperó que el sea el indicado....que tanto decías.. - Solte un suspiro y asenti, mire a Tom quién rápido bajo su mirada y pude notar lo tensa que estaba su mandíbula

- Adiós baby - Se despidió Cris, abrazándome. Le correspondi y me separé para despedirme de los demás

- Adiós Tom. - Murmure bajito, y el solo asintió mirando aún al suelo

Sin más salí de casa, viendo que ellos me veían por la ventana todos, menos Tom, de seguro le molestó pero necesito que su interés por mí vuelva y renazca, cómo en los viejos tiempos.

Salude con un beso en la mejilla de Nick y arrancó su auto, llevándome a equis lugar. No me hablo en todo el camino sobre a dónde me llevaba pero seguro a un restaurante, no quiero creer que me lleve a un bar y nos emborrachemos.

No digo que sea mala idea pero quiero algo serio, osea, comida. A ver si me especificó también, pucha.






















(....)

Al llegar pude ver que estábamos acercándonos un campo....claro, ahora entiendo por la ruta que agarramos, alejándonos de la ciudad. Mire, todo era color verde y algunas flores de tulipanes. Era magnifico.

Al estacionarnos baje, tocando con mis tacos el verde césped, de verdad olía a la naturaleza, me gustaba. Aprecie la vista de una mesita acompañada de dos sillas y sobre la mesa había velas rojas, se veía unos platillos allí mismo.
Sonreí inocentemente admirando una cabaña a lo lejos de la mesita, ¿Alquiló esto por mí?

- ¡Tarán! - Pegue un salto al oír su voz, haciéndome desviar mi mirada de todo lo magnifico y viéndolo a él. Quién sonreía al estar viéndome. - ¿Y, te gustó? Todo esto es para ti. Una disculpa por voltear tus oreos  - Reí

- ¿Por mis oreos, nada más? - Murmure con una sonrisita en mi rostro.

- Si. Ven, acércate, aprecia que tenemos de platillos- Me dio curiosidad y me acerque

- ¿Que hay de menú? - Sonreí

Me asomé, agarrando una manta blanca que cubría algunos platos y demás utensilios. Al sacarla note que había cosas dulces y no sólo éso era todo, definitivamente todo de oreo.

- ¿Oreos? - Mi sonrisa se agrandó, sintiéndome en el ciudad de las oreos. O así me vi en unos segundos al ver los platillos

- Si, los preparé justamente para ti. Torta de oreo, un budín de oreo, cómo postre oreos y nutella. De beber leche chocolate o agua. Por el plato final tenemos helado de frutilla, no es de oreo pero podríamos agregarlo. - Rei, admirando la mesa

- Definitivamente es el paraíso esto. Ay Nick...- Me abalanzó sobre el, rodeando mis piernas en su cadera y abrazarlo fuertemente - Muchísimas gracias, de verdad, de verdad eres muy creativo. - senti su risita

- No es nada. Es así cómo me disculpo. - Ambos nos separamos y lo miré con una ceja alzada

- ¿Así fuiste con todas las que te chocaste accidentalmente? - Hable con sarcasmo y el solto una carcajada

- ¿Celosa? - Levanta sus cejas, inclinándose hasta mi rostro

- Jamás  - Agarré la silla y me sente - Estoy lista para saborear esto, por más que tenga acidez no importa. - Reí

- Podrías no llenarte de comida por favor, también aliméntate y toma tu leche.- Lo miré con mi rostro más mal pensado, una hija de puta soy

- Claro.- Sonrei incómoda, me moví sobre mi asiento y acomode mi vestido


Con el empezamos a comer mientras saboreaba todo. Literalmente todo, me encanta las oreos ¿por qué no aprovecharlo?. La cena dulce fue de pura charla sin sentido y entre risas por sus chistes que eran buenos. No del todo cómo los míos por supuesto.


(...)





𝕊ℂℝ𝔼𝔸𝕄|| 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora