>Treinta y Dos<

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Samantha Smith



Tipo 3 a.m. llegue a casa después de jugar con Nick. No tendría que especificarme de que manera jugamos, puede ser de todos los juegos posibles hasta quedar exhaustos.

Me tire a mi cama aún con la ropa de la que salí, solo que me agarro pereza para desvestirme. Al tratar de cerrar mis ojos siento un gran golpe en la puerta, me levanto viendo a Tom.

El había azotado con fuerza haciendo cerrar bruscamente la puerta.

- ¿Que haces aquí? - Me dirijo a el, quién se mantenía tenso

- ¡¿Por qué coños llegas a está hora Samantha?! - Me agarra por los hombros con fuerza, haciéndome retroceder y tratar de zafarme de su agarre. Ya me estaba doliendo ante el apretón de sus manos.

- ¡Pero joder! - Lo empujo, soltandome con fuerza - ¡No debo explicarte de nada! - me encamine hasta la puerta para abrirla y que se largará. Pero senti su agarre haciéndome girar y chocar nuestras narices. - ¡Tom! - Mis manos en su pecho trataban de empujarlo pero el no me dejaba.

- Samantha estoy harto de fingir - No entendí pero el reaccionó besándome. Haciéndome exaltar en el beso pero se lo seguí.

Necesitaba sentir sus labios, más que nada lo quería a él. Pero mi diablito pequeño de mi lado izquierdo decía de hacerlo rogar y mi angelito del lado derecho decía de seguirlo, por que cuanto sufrí por tenerlo así y hacerlo de rogar era muy de egoísta.

Pero recuerdo que el también fue egoísta..

- ¡Thomas! - Me separé de sus labios haciendo un sonoro ruido de nuestros labios. - Basta, no intentes hacer cómo si nada pasó. Ahora déjame dormir, quiero estar en paz. - Camine hasta la puerta

- ¿Por qué haces esto? ¡Ya te dije que me harte de fingir que no te deseo! ¡Tú más que nadie sabes que eres mi deseo desde que llegaste! ¡Maldicion! - Renegó, golpeando la pared

- Es tarde. Creó que tuviste que pensar antes de ignorarme y follarte a las malditas rubias. - El suelta una risa

- ¿Perdón? ¿Piensas que debo pedirte perdón? - Asenti - ¿Por? Bien recuerdo, tu me abandonaste yéndote con Cristián. ¿Por que debería disculparme yo? -

- Sabés qué....no tengo ganas de discutir así que mejor largo. Ahora. - El bufó molesto y salió de mí habitación, sin antes darme un beso en mis labios e irse - Narcisista de mierda - Murmure con una inconsciente sonrisa en mis labios













(...)
Me desperté e hice mi rutina diaria de todos los días. Baje y me encontré a Bill desayunando con Georg y Gus..

- Buen día - Los salude con besos en su mejilla a lo que ellos sonrieron

- ¿Porqu~

- No quiero oír sus preguntar del por qué estoy contenta hoy. Ayer salí y me folle a Nick. ¿Quieren detalles? - Al instante todos negaron con sus cabezas

- Dios Sam. Eres perrisima. - Bill me abraza y yo sonreí - Hoy quiero salir contigo, hacer compras de ropas es que no tengo bastante ropa elegante y necesito. Hoy vienen unos amigos de Tom y quisiera estar más que presentable. - Sonreí levantando mis cejas con ternura

- El ha amigos de Tom llama a unos traficantes de cocaína. Tranquila. - Aclaro Gustav con sarcasmo

- Bueno no tengo la culpa de ver algo bueno y no feo, sin dudas nadie quiere eso - Yo ya ni se lo que quiero - ¿No Sam? - asenti.

- Bueno entonces si vienen "amigos" de Tom, deberíamos salir a comprar ropa y vestirnos sexys, potros, elegantes. Perrisimos. - Hable con emoción, mientras bebía una taza de chocolate que estaba en las manos de Bill.

𝕊ℂℝ𝔼𝔸𝕄|| 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora