Miranda.

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Te encontrabas sentada en el suelo, con lágrimas incontrolables saliendo de tus ojos.

¿Quién pensaría que una sola visita terminaría en un horrible llanto?

Después de todo, tenías tus motivos.
No es fácil ver qué quien fue tu más grande amor en la vida, ahora estaría a punto de casarse con quien fue el motivo de tu infierno amoroso

Te preguntabas una y otra vez cómo era posible que haya dado contigo.

¿Cómo era posible que después de tantos años haya podido localizar a tu mamá?

Porque claro, no te encontró a ti directamente, encontró a tu madre.

Al final, no podías hacer nada para evitarlo, ya tenía tu dirección
y aún cuando la ignoraras, sabría cómo buscarte.

No te quedó más remedio que aguantar su regreso.
No era algo que odiaras, pero tampoco era algo que deseabas con toda tu mente y alma.

Te dolía ver cómo mientras ella te contaba felizmente y con una sonrisa de punto a punto que se iba a casar, tú llorabas a mares por dentro.

Te quedaste llorando un buen rato, hasta que tus lágrimas fueron disminuyendo y en un intento de encontrar la paz en ti te recostaste aún en el frío e incómodo suelo, mientras los sollozos permanecían contigo.
Pasaste un rato así hasta que tu cuerpo se cansó tanto que te quedaste dormida inconscientemente.

Después de unas horas, te despertaste a causa de unos golpes en tu puerta.

Te pusiste de pie mientras asimilabas lo que había sucedido las últimas horas.

Tomaste tu teléfono y viste la hora, "6:50 p.m.", tu teléfono se apagó y te quedaste viendo tu reflejo en la pantalla de aquel aparato.

Ahí estabas, tu cabello estaba despeinado, tus ojos estaban con algunas pequeñas lágrimas todavía, hinchados.

Los golpes en tu puerta se volvieron a escuchar.
Reaccionaste y solo lograste limpiarte los restos de tu llanto con la manga de tu suéter gris.

Abriste la puerta sin siquiera pensar de quién se tratase.
Aunque claro que descartaste a Miranda, pues ya le habías mencionado que ibas de salida.

Te sorprendió ver quién estaba detrás de esa alta puerta de madera.
Una figura de estatura más grande que la tuya, con un perfecto cabello azul.

¡Vaya, por fin algo bueno en el día!

Esa persona era nada más y nada menos que tu vecino, Wally Darling.

Se veía tranquilo, verlo te transmitía una sensación de paz y tranquilidad, por lo cual, al verlo, te sentiste segura, haciendo que olvidaras todo lo que pasó con Miranda.

Finalmente tu vecino decidió romper el silencio.

Wally: ¡Hola, querida!
pasaba para ver qué todo estuviera en orden.

...

Wally: ¿querida?

En ese momento reaccionaste, trataste de buscar una respuesta pero debido a que no le prestaste atención a eso, no la encontraste.

T/N: Disculpa, estoy un tanto distraída, ¿me podrías repetir?.

Wally: claro, decía que sólo pasaba para ver qué todo estuviera en orden..¿Todo está bien?

T/N: sí, todo bien, gracias por preocuparte, Wally.

Wally: ¿Segura?

moviste tu cabeza en señal de "sí".

Wally: está bien, cualquier cosa, estoy para tí, vecina.

Soltó dándote una gran manzana roja, la tomaste y el sólo se dió la vuelta y caminó a su casa.

Cerraste la puerta sin saber que decir, tu mirada se dirigió a tu mano y ahí estaba esa manzana, sentiste tus mejillas arder y fuiste a dejarla a la cocina.

Sin nada que hacer, te cambiaste tu ropa y te quedaste en tu cama lo que restaba del día hasta que te quedaste dormida.

˖๑‧˚꒷꒦︶︶₊꒷꒦︶︶₊꒷꒦˚‧๑˖
[🌟🍒]: HOLAAA ¡!
regresamos a actualizar un nuevo capítulo del fanfic.
Lamentamos irnos durante mucho tiempo, tuvimos algunos problemas que ya solucionamos.
Prometemos que de ahora en adelante vamos a editar lo más pronto a futuros capitulos.
Esperamos que disfruten de este.

☆゚.*・。°𝐞𝐥 𝐣𝐚𝐫𝐝𝐢𝐧 𝐝𝐞 𝐖𝐞𝐥𝐜𝐨𝐦𝐞 𝐇𝐨𝐦𝐞゚.*・。゚☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora