En la dimensión espejo invocada por Laura Barone.
Amelia había perdido el conocimiento. El fuerte golpe que Laura Barone le atinó había causado mucho daño a su débil cuerpo humano. La licántropa se movía alrededor de su presa desmayada sin mostrar intención de sentir piedad por ella.
– Ahora, ¿qué te haré? No es tan divertido si estás inconsciente. Quería escuchar tus gritos de dolor –se decía a sí misma la desquiciada licántropa.
Al fijarse en los anillos de Amelia, Laura escupió sobre ambas manos de la humana. Detestaba la idea de que los haya obtenido de Stefan. Él nunca le dio un anillo o joya que guardara algún significado de su amor por ella, ni siquiera para su cumpleaños o para el aniversario de su relación, que era, coincidentemente, el cumpleaños de Stefan. Laura sabía que nunca fue importante para él, ya que no hizo ni el más mínimo esfuerzo en luchar para que Los Höller la aceptaran, y mucho menos hizo algo para rechazar la conexión predestinada con Amelia.
– Solo me utilizaste, Stefan Höller. Te divertiste conmigo. Ahora yo me divertiré con tu Luna –el dolor que Laura guardaba por sentirse despreciada por Stefan después de encontrar a su alma gemela era el motor que avivaba sus ansias de producir el mayor daño posible al frágil cuerpo de Amelia.
Laura estaba levantando la pierna para quebrar con una fuerte pisada la columna vertebral de la Luna Höller, cuando una fuerza invisible la arrojó con mucha violencia contra uno de los árboles de la berma. La licántropa no entendía qué fue lo que la golpeó, hasta que escuchó una voz.
– Y luego dicen que los vampiros somos los malos de las historias.
Era Catalin, la hija de Morgan Dracul, la mejor guerrera vampira y segunda al mando de los ejércitos de Los Dracul, quien dejó a su clan al encontrar a su predestinado en Thomas Häus, el Beta del Alfa Karl Höller.
– Como que estás muy lejos de tu prisión, maldita chupasangre -la insultaba Laura a la par que sacudía la tierra que ensuciaba su ropa por caer aparatosamente contra un árbol.
– Igual digo. Estas no son tus tierras, Barone. Creo que no eres muy buena en geografía porque estás muy lejos de tu manada –decía Catalin cuando llegó a ella el olor de la sangre de Amelia. Al agudizar su oído, la vampira se percató que el corazón de la humana aún latía, aunque a un ritmo demasiado lento, así como su respiración se daba con bastante dificultad.
– ¿Qué pasa, chupasangre? ¿No me digas que te provocó hambre oler la sangre de la Luna de tu manada? -Laura reía al ver la cara de desconcierto de Catalin. La vampira sabía que, si no le daban primeros auxilios pronto a Amelia, podría perder la vida.
– Acabemos esto pronto. Debo ayudar a la Luna de mi manada.
Catalin corrió hacia Laura, quien al dar un salto se convirtió en lobo. La vampira tomó del cuello a la licántropa, dio con ella un triple giro en el aire y cayó golpeando el lomo de Laura en el cemento de una banqueta. La loba intentó morderla, pero Catalin la evitó y colocó un potente puñetazo en el hocico de Laura. De ahí vinieron una patada en las costillas, un manotazo en la nuca y el azote contra otro árbol al tomarla de la cola y elevarla por el aire.
– Estás en muy mala forma. Se nota que tu entrenamiento es precario -le dijo Catalin apretando su cuello-. Un poco más de presión y podré oír tu cuello romperse. Hace tanto que no escucho los huesos de un licántropo crujir entre mis manos. Ahora sé que fui enviada para tener la oportunidad de revivir los viejos tiempos como uno de "Los Azotes de las manadas".
Catalin estaba dispuesta a acabar con la vida de Laura cuando de un portal multidimensional hacen su aparición el brujo Sasha y el Alfa Barone. Al ver a su hermana sometida por Catalin, Gianluca se transformó y arremetió contra la vampira, quien de un salto esquivó el ataque sin perder la presión en el cuello de Laura. Como el Alfa no podía contra la vampira, Sasha lanzó un hechizo. El brujo congeló el tiempo para liberar de los brazos de la vampira el cuello de Laura. Al retornar el paso del tiempo, Catalin entendió que el brujo rescató a la licántropa, y que Gianluca iba a atacar por la retaguardia. La vampira dio un salto mortal y cayó en el lomo del Alfa Barone, apretándole las costillas con las piernas, haciendo que algunas crujan al romperse por la fuerza del ataque.
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La hija de la Madre Luna
ParanormalAmelia es una bella e inteligente jovencita con sueños de destacar en el mundo del diseño de modas, cuyo desconocido origen no importó hasta que alguien prestó atención al dije que colgaba de su cuello, aquella pista que la haría visible ante los so...